Cuidándose de quedar al margen del escándalo que se generó por la investigación sobre presunto tráfico de drogas en el Departamento Operativo Móvil del Siprosa, el ex jefe de Personal de la repartición Juan Carlos Flores dio detalles de las irregularidades que denunció involucrando a los empleados que hoy están en la mira de la Justicia Federal.
Según detalló, “Liro” Andrade, “Hombre Lobo” Cardozo y a “Leke” Suárez ingresaron al sistema de la mano de Oscar Heredia, quien fue director de ese departamento en aquellos años. Aseguró que los tres presentaron la documentación regular y que, como tenían sellos oficiales, no se les hizo observaciones.
Pero se encargó de aclarar que ninguno de los tres se desempeñó alguna vez en el puesto que se les había asignado. Es más, según Flores estuvieron casi dos años sin presentarse a trabajar porque realizaban tareas en el gremio de ATSA.
El ex jefe de Personal sostuvo que varias veces le hizo planteos por esas ausencias a Heredia, ya que no había resolución oficial que le diera marco legal a la irregularidad, y que como única respuesta el titular de la repartición le dijo que ellos marcaban tarjeta en el sindicato.
Es decir que, según el testimonio del ex funcionario, que aseguró haber sufrido problemas laborales por sus denuncias, los tres empleados hoy investigados por narcotráfico realizaban gestiones gremiales mientras cobraban un sueldo estatal, a lo que sumaban otra retribución otorgada por ATSA.
En otro tramo de su exposición, Flores recordó los inicios del hoy legislador Renée Ramírez y del actual concejal capitalino José Luis Coronel. El primero iba a trabajar en una bicicleta de calle mientras que el ex director del Departamento Móvil lo hacía e sus inicios en un viejo auto de color verde al que describió como “atado con alambre”.
También denunció que durante su gestión, el ex director Heredia habría nombrado a unos cincuenta familiares, algo que, afirmó, también ocurrió cuando lo sucedió el actual edil Coronel. Asimismo aseveró que un hermano de Renée Ramírez fue designado como chofer de ambulancias, pero que nunca asumió.
Flores concluyó contando que fue trasladado, suspendido y privado de beneficios jerárquicos a los que había accedido como represalia por sus denuncias. A lo que sumó el despido de una sobrina y hasta un ataque a tiros contra su vivienda, atribuyendo todo esto a la venganza de quienes se vieron perjudicados por sus planteos.