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“Hablamos de reducir más de 10 veces la sobrecarga del sistema”

Omar Sued, presiente de la Sociedad Argentina de Infectología, insiste (hasta con números) en lo crucial del aislamiento.

CUIDARNOS. “Si todos los que pueden se quedan en casa la curva de crecimiento de casos se aplanará”.
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No para; incluso desde antes de que apareciera la caso 1. Porque lo estaban esperando; sabían que llegaría y había que prepararse lo mejor posible. Y el covid-19 llegó, y entonces él no para. En la voz, al teléfono (porque los que podemos nos quedamos en casa), casi a medianoche, se oye el cansancio; también la cadencia que nos dice que a pesar de vivir en Buenos Aires es producto del interior: Omar Sued nació en la provincia de Jujuy, en la cuidad de San Pedro, y estudió Medicina en la Universidad de Córdoba… Después sí, Buenos Aires, España, EE.UU…. el mundo. Pero en la voz del presidente de la Sociedad Argentina de Infectología el interior argentino se desliza acariciador y sereno; y vine muy bien en tiempos tan tensos. Es bueno sentir que conoce el país desde adentro y nos habla a todos.

“Debemos entender que hoy tenemos una oportunidad de oro para buscar que tengamos la menor cantidad de casos posibles: quedarnos en casa. No hay vacuna; los tratamientos son experimentales e inespecíficos… Para limitar lo que nos pasa la única herramienta es la cuarentena”, dice de nuevo. Hace tiempo que perdió la cuenta de cuántas veces al día lo repite, y va a explicarlo de nuevo.

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– ¿Por qué es la única manera, y por qué es una oportunidad?

– Es una oportunidad porque hemos empezado temprano, cuando los casos aún eran pocos e importados. Y es la única manera porque tenemos que lograr achatar al máximo la curva ascendente de nuevas infecciones. Los casos van a seguir creciendo porque el virus tiene una capacidad infectiva muy alta; y los casos de hoy son la foto de lo que pasaba hace una o dos semanas, porque el período de incubación es de hasta 14 días.

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Con la cuarentena buscamos reducir al máximo los nuevos casos, porque un infectado transmite a dos, dos a cuatro, y cuatro a ocho… Sin control, 1.000 serán 2.000; casi enseguida, 2.000 serán 4.000, y será imposible pararlo. La cuarentena permite sostener una curva con muchos menos casos. Algunos transmitirán; pero si logramos que los 1.000 sólo pasen a 1.100 el sistema de salud podrá atenderlos. Las cifras son contundentes: basados en datos de otros países, si no cumplimos el aislamiento Argentina puede llegar a más de 20 millones de afectados en un mes. Si lo hacemos bien, podemos bajar ese número a cifras controlables; hablamos de reducir más de 10 veces la sobrecarga del sistema. Y la diferencia es clave.

– ¿Por qué motivo?

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– Porque es la mejor estrategia para asegurar que podamos atender todas las personas que van a requerir internación, terapia intensiva, y respiradores… o no poder. Y eso es lo que te marca la mortalidad. Si todos los que podemos nos quedamos en casa (pero en serio, ¡todos!), veremos los efectos del aislamiento: la curva de crecimiento se aplanará

-¿Algo más se puede hacer para enfrentar la enfermedad?

– Insisto: la población en general debe quedarse en casa (si no, mantenemos la circulación del virus, que se va a quedar en los más vulnerables); lavarse las manos, desinfectar los pisos con agua con lavandina y cuidar a sus personas mayores, para que no salgan y no se expongan. Hay que evitar acercarse demasiado a otras personas… Pero el distanciamiento no debe ser emocional: a divertirse en casa, llamar a familiares y amigos con frecuencia, valorar pequeñas cosas y momentos familiares. No angustiarse, que todo pasa.

¿Y desde lo médico?

-No hay vacunas disponibles, y no las habrá por varios meses; quizás años. Las que se están evaluando recién empiezan su fase de pruebas en humanos. Y hay que asegurarse no sólo de que son efectivas, sino también de que no causen efectos secundarios adversos. Tampoco hay medicamento del que pueda decirse que tratando a las personas se van a curar, o que prevenga la enfermedad. Entre los nuevos en estudio está Remdesivir, un antiviral que se desarrolló originalmente para Ébola y se está probando en algunos países si tiene eficacia contra este virus. No está disponible en Argentina y no lo estará, a pesar de que lo hemos solicitado, porque la demanda es muy alta, y la disponibilidad no. Pero hay otros que se usaron para otras enfermedades.

Por ejemplo el Lopinavir/Ritonavir, que se usa en VIH, pudo reducir el tiempo de internación y mejorar el pronóstico en algunos pacientes con otro coronavirus (el SARS) sobre todo administrado en forma temprana; la hidroxicloroquina, que se usa para artritis, también demostró algún impacto y reducir un poco la producción de virus en células en laboratorio, pero los datos son muy limitados y estamos a la espera de evidencias de que realmente resultan en humanos.

Hay otros posibles tratamientos, pero todos con poca evidencia. Todo esto lo está revisando el Ministerio de Salud, que aprobó por ahora el uso provisorio de Lopinavir/Ritonavir y de hidroxicloroquina, que estarán disponibles en todo el país, proporcionados gratuitamente por el ministerio, y se puede usar solos, o combinados en caso de neumonía muy grave. Sin embargo es tratamiento provisorio, con poca evidencia de que realmente sea efectivo y con posible riesgo de toxicidad.

– ¿En qué consiste el estudio internacional del que participará Argentina por convocatoria de la OMS?

– El estudio se llama Solidarity (participarán también países cómo Canadá, Francia, Irán, Sudáfrica y España); se va a comparar diferentes tipos de tratamiento para identificar la rama que sea más efectiva y poder empezar a utilizarla con mas seguridad de aquí en más; incluyen ademas de los mencionados Remdesivir e Interferón. Pero insisto: hoy lo mejor que podemos hacer la gran mayoría de los argentinos, para cuidarnos y cuidar a los demás, es quedarnos en casa.

Recomienda el experto:

– No usar barbijo a menos que se esté enfermo; no sirve para protección personal (no tapa los ojos). Tampoco los guantes; en su lugar, lavarse minuciosamente las manos.

– El riesgo de contaminación de alimentos es muy bajo; pero si se considera necesario, ponerlos en agua con lavandina (tres gotitas por litro) entre 10 y 15 minutos.

– No salir. Si se tiene menos de 60 años y razones muy de fuerza mayor, volver muy rápido y lavarse muy bien las manos con agua y jabón. Por calzado, anteojos, llaves y el resto de la piel que haya estado expuesta no preocuparse.

– El aire acondicionado no es un problema si se está en casa y no hay nadie enfermo. Pero hay que ventilar un buen rato las casa todos los días.

– Si se tiene síntomas, los barbijos deben cambiarse apenas se humedezcan, descartarse sin tocarlos y no reutilizarse.

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