Las dudas, el misterio y la incertidumbre reinan en la causa que investiga a quién pertenecieron los huesos humanos que encontraron en una casa donde Gustavo Cerati vivió dos años, en el barrio de Coghlan, que fue demolida para la construcción de un edificio.
En ese contexto, los investigadores dejaron en claro que todas las hipótesis están abiertas, incluso la de un posible homicidio. A partir de esto surgen ciertos interrogantes, como qué pasaría en caso de que se confirme que la persona fue asesinada y encontraran al autor del hecho.
En diálogo con TN, el abogado Fernando Madeo Facente despejó todo tipo de dudas. “Primero hay que determinar si se trató o no de un homicidio. Para el caso que se pruebe un homicidio, si fue hace más de 25 años el entierro efectivamente, o el homicidio fue hace más de 25 años por el estado de descomposición de los huesos y demás, la causa en principio estaría prescripta siempre y cuando se tratara de un homicidio simple”.
“Ahora bien, si se trata de un homicidio agravado, la causa es imprescriptible porque tiene cadena perpetua. Habría que determinar que se trató de un homicidio y que encima fue agravado. Ese sería el único supuesto en el cual habría una acción penal vigente”, sentenció el letrado.
Vale recordar que los huesos habrían sido enterrados en los 90 y pertenecen a una persona menor de 30 años, varón, de contextura grande. Asimismo, el Equipo Argentino de Antropología Forense está buscando en los restos óseos alguna herida que pueda determinar que se trató de una muerte violenta.
Un reloj, la pista clave detrás del hallazgo de los huesos en una casa donde vivió Gustavo Cerati
A casi un mes del hallazgo de huesos humanos en una casa del barrio de Coghlan donde vivió Gustavo Cerati entre 2001 y 2003, aparecieron nuevas pistas que dieron un giro a la investigación.
Fuentes del caso le contaron a TN Show que, ahora, el foco está puesto en el reloj digital con calculadora que encontraron junto a los restos óseos en la fosa de 1,20 metros de largo, 60 centímetros de ancho y 40 de profundidad hecha en la medianera de la casona de Avenida Congreso al 3700.
Se trata de un reloj calculadora marca Casio, modelo CA-90, lanzado al mercado entre 1981 y 1982, pero que no llegó a la Argentina hasta 10 años después. “Ese reloj fue vendido en el país en 1992. Por el número de serie tenemos cuándo se vendió y otros datos, con lo cual, ese reloj nunca pudo estar ahí antes de 1992. Suponiendo que el día que lo compró, lo enterraron, la fecha es del ‘92 para acá”, indicaron fuentes de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº61, a cargo de Martín López Perrando, quien encabeza la investigación.
“Estamos tratando de investigar si el mecanismo que tiene ese reloj puede determinar cuándo se detuvo. No es lo mismo si se detuvo en el ‘96, en el ‘92, o en el año 2000. La pila tiene una duración que podría acotarnos un poco el plazo”, sumaron.
Por otro lado, las fuentes consultadas aclararon que aún no se está profundizando en contactar a los habitantes de la casa a lo largo de los años, ni de los del edificio de al lado: “Estamos buscando a través de servicios, del Registro Civil, agencias a ver quién puso domicilio allí. Estamos tratando de hacer el abanico lo más grande posible para después empezar a preguntar”.
