Envalentonado luego de lo que fue el acto de inauguración de su sede partidaria en la localidad de Yerba Buena, Germán Alfaro decidió hacer lo que un dirigente peronista jamás deja de hacer, es decir, recorrer diversas localidades de la provincia como si no hubiera pandemia y sin ningún tipo de acatamiento a los protocolos sanitarios como el distanciamiento social. Sin embargo, lo más grave fue la acusación que recibió.

Todo comenzó cuando durante el transcurso de la mañana de ayer el intendente de San Miguel de Tucumán y precandidato a senador nacional de la lista C de Juntos para Construir, visitó Las Talitas. Y es que en el marco de la visita a un comedor comunitario de la zona advirtió que “no es digno que los tucumanos tengamos que seguir abriendo más merenderos”. Esta frase le valió la crítica al jefe municipal.

Y es que la concejala capitalina por Fuerza Republicana, Liliana Leiva, cuestionó al intendente de la ciudad y opinó que “resulta risible, insólito y nada serio, la apreciación y declaración vertidas por el Intendente, Germán Alfaro, al hablar de los merenderos en Tucumán”. No sólo por el hecho de que fueron expresiones realizadas de forma hipócrita debido a que justamente él se encontraba allí durante la inauguración del comedor.
Y es que la legisladora capitalina declaró que “humildemente, creo que es más indigno arrojarles alimentos desde arriba de un camión a esos “pobres”, que él indirectamente hace alusión. Para terminar, denostando la más pura de las hipocresías, en una visita de una ex ministra nacional, en Concepción, se observa en una foto al intendente, a funcionarios provinciales y municipales junto a una olla gigante de alimentos”.

“Y no se observa para nada, primero, a nadie estar acongojado por la falta de comida en las mesas de la gente necesitada y segundo a ninguna persona “pobre” que haya sido invitada”, agregó la concejala bussista. Es por ello que dijo que “hay que ser consecuente con lo que se pregona, con sus ideas, y declaraciones. O quizás, pensará que los ciudadanos no se dan cuenta que, con el hambre de esos pobres, resulta ofensivo mostrar tanta ostentación de comida”.

Cabe mencionar que la práctica clientelar es una de las habituales mañas del peronismo a las cuales echa mano Germán Alfaro sin el más mínimo pudor. Además, hace gala de las mismas a sabiendas de que puede manejarse con total impunidad debido al hecho de que, por un lado, cuenta con un blindaje mediático lo suficientemente aceitado como para cuidar que hechos como los denunciados por Liliana Leiva trasciendan.
Mientras que, por otro lado, Germán Alfaro sabe que, debido a que cuenta con la bendición de las autoridades nacionales del PRO, como es el caso de la ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, puede manejarse a sus anchas. Y es que es consciente de que, si lograron “olvidar” su traición, cree que le perdonarán cualquier cosa.