“Cada tuit tiene una experiencia personal, familiar o de compañeros de trabajo”. Lorena García, argentina que emigró a España en 2001, culminó con esa frase un hilo de Twitter en el que relató una serie de consejos y recomendaciones en la Argentina para lidiar con la inseguridad. La publicación, tras viralizarse, despertó un sinfín de críticas y discusiones.
El martes por la mañana, la escritora nacida en la provincia de Buenos Aires narró: “Voy a hacer un hilo de cosas que se hacen en Argentina por seguridad y que de este lado del charco flipan a muchos”.
Las 16 recomendaciones de una escritora para lidiar con la inseguridad en la Argentina
En primer lugar, García sostuvo que “el 99% de las ventanas de la planta baja tienen rejas. El herrero es uno más de la familia. En caso de incendio no hay buen pronóstico”.
“Ningún coche duerme en la calle. Un coche sencillo vale 25 sueldos de un obrero y es un bien muy fácil de robar entero o por piezas”, prosiguió.
En el tercer punto indicó: “Si usas el coche para ir a trabajar se cambia el recorrido de vuelta a casa y el horario. Si ves alguien cerca de la puerta del parking o garaje no se para, vuelta manzana hasta que se vaya. Incluso el de tráfico de menores por el caso de una compañera de Universidad de Córdoba que Gendarmería recuperó su hijita en la frontera con Bolivia”.
“A partir de cierta hora de la noche no se respetan los semáforos. Parar es arriesgarse a robo con violencia”, dijo en cuarto lugar. Y agregó: “Nunca se lleva bolso y/o mochila a la vista en el asiento del coche. Los motochorros rompen los cristales y huyen en menos de 15 segundos”.
“Las mochilas y bolsos siempre se llevan en la calle hacia adelante. No se pierden de vista en ningún momento”, dijo en el sexto punto. En el séptimo manifestó: “Si vas a retirar una cantidad de dinero importante del banco no se cuenta en ventanilla. Es preferible que el cajero se ‘equivoque’ antes que alguien vea los billetes. Sobre y a correr”.
“En los bancos está prohibido usar los teléfonos móviles para evitar la comunicación con la calle”, continuó. Y sostuvo: “Los niños no tienen ninguna referencia a su nombre de pila en batas del colegio, mochilas o camisetas. Como mucho hay identificadores con velcro que se retiran al salir del aula. El tráfico de menores para prostitución, adopción ilegal y órganos no cesa”.
“Si tienes un accidente de tráfico mides las palabras y evitas insultar al otro conductor. Es muy frecuente la portación de armas por lo que un piñazo (choque) puede acabar en velatorio”, expresó en el punto 10.
En el 11 remarcó: “Nunca entrar en un túnel al que no ves la salida. Años me llevó fiarme de los cruces subterráneos de España”. En el 12 brindó la primera recomendación relacionada al dinero: “Llevas algo muy a mano por si te asaltan en la calle. Si el ladrón es novato se pone nervioso y puede disparar si te demoras”.
Sobre el final de su publicación, García dijo: “No se discute, no se negocia, no se habla ni se mira al que te está robando”. En el punto 14 aseguró: “En las vías de entrada a las grandes ciudades no se frena el coche por ninguna circunstancia ajena al volumen del tráfico. Ni golpes, ni piedras, ni personas tiradas en los laterales”.
En su anteúltimo consejo estableció: “Nunca abres la puerta de tu casa a una persona que no conozcas. Sin excepción. Tampoco abres si comienza a entrar por debajo agua o algún otro líquido”. Y completó: “Si ves movimientos raros en la casa de un vecino llamas a la policía. Es preferible que sea un malentendido a que tu vecino vuelva de comprar y se hayan llevado hasta los sanitarios”.
Las reacciones en Twitter y la respuesta de la escritora
“Viví media vida en la Estación Espacial de Córdoba Capital. Familia en el exoplaneta de Gran Buenos Aires. Tengo de española lo que Macri de modesto y Cristina de pobre”, dijo García luego de leer las primeras reacciones a sus tuits.
“Córdoba no es todo el país, Lorena. Mentiste y exageraste en todo tu hilo, por algo todos salieron a criticarte, tu experiencia no describe la realidad de Argentina, en cada punto que expusiste hay una mentira, sobre todo la de los niños”, le respondió una usuaria.
Otra mujer le contestó: “La gente de Argentina cuando se va de su patria inventa que es un lugar horrible para poder superar la vida afuera. Eso faltó”.
Un hombre le expresó: “Lo que tenés también es un poco de confusión. Buenos Aires y Córdoba no son Argentina. Vivo a 350 kilómetros de Capital Federal y el 99% de la cosas que mencionas no aplican”.
En diálogo con Clarín, la mujer argumentó su publicación: “Algunos coinciden, otros me atacan. Todo lo que escribí fue basado en hechos que me pasaron a mí. A mis hijos me acuerdo de llevarlos al jardín y que hasta la Policía te recomendara no ponerle mucha identificación porque ‘si tienen menos de cinco años puede haber problemas’”.
“Me dicen que eso ahora cambió. Bueno, me alegro mucho, pero pasaba. Cuando mi marido cobró la indemnización de su trabajo entramos al banco, le pagaron en un sobre, nos dimos media vuelta y nos fuimos. La idea era contar a la gente de acá que Argentina es precioso, pero tiene estas cosas”, continuó.
Y concluyó: “Volví a Argentina solo una vez porque necesitaba despedirme. Me había ido un tiempo nada más para restablecerme económicamente, no para siempre. Fui a comprarme facturas y comerlas llorando en el parque para despedirme. Mi vida ahora es acá”.