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Horacio Rodríguez Larreta pide “firmeza” con Cristina y se prepara para la peor hipótesis: Macri candidato

El jefe de Gobierno está condicionado por la grieta. El plan para vaciar a Bullrich en el Interior.

mauricio macri y horacio rodríguez larreta
Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, a fines de abril, cuando el Presidente participó de una reunión del Gabinete porteño. / FOTO Walter Carrera
Descacharreo

“Firmeza”. La palabra, atribuida a Horacio Rodríguez Larreta, la repiten funcionarios que trabajan asiduamente con él. Es el pedido que les hace el jefe de Gobierno porteño para la gestión y, según admiten los estrategas de campaña, es lo que le demandan los potenciales votantes al propio Larreta. 

El reclamo se escuchó en particular por estas horas en las oficinas de Uspallata. El jefe porteño entiende que el conflicto con Cristina Kirchner y cómo limitar las marchas del aguante que hacen los militantes en la puerta de su casa en Recoleta puede resultar un termómetro clave para su figura.

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Eso explica, entre otras cosas, la decisión de poner las vallas el sábado a la mañana en la zona y evitar que el kirchnerismo avanzara -según información que tenía la Ciudad- con ferias o acampes. También en esa línea se entienden las declaraciones del ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, prometiendo que “no me temblará el pulso en usar la fuerza pública”.

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Militantes peronistas y kirchnerista se concentran este lunes frente al edificio donde vive Cristina Kirchner. FOTO Rafael Mario Quinteros.

Además de a los votantes, la declaración del funcionario fue una respuesta a Patricia Bullrich, que había acusado a Larreta de dejarse ganar la calle. Aún este lunes se escuchaban insultos en privado a la titular del PRO en la jefatura de Gobierno. Y recuerdos sensibles: “Cuando ella estaba a cargo de Seguridad, la Nación, la Provincia y la Ciudad eran del mismo color político. Y aun así, cuando tuvo que despejar cortes de ruta tuvo muertos”.

En la Ciudad continuaban haciendo un balance positivo del accionar de las fuerzas de seguridad. Básicamente porque no hubo heridos (al menos de gravedad y que trascendiera) entre los militantes. Y la Policía de la Ciudad actuó sólo con escudos y agua.

“Si ahí tirabas un gas o balas de goma, los dispersabas en dos minutos. Pero no sabés en qué termina. Esto no es una ruta, es un barrio, había 4.000 personas y podías tener un muerto“, insistían cerca del jefe de Gobierno para valorar el operativo.

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¿Actuar o aguantar?

A cargo de la Policía de la Ciudad está Gabriel Berard. Trabajó en la Federal desde 1982 a 2017, cuando pasó a la esfera porteña. En la Federal fue jefe de Operativos durante 15 años. “Es la persona que más sabe de manejo de disturbios en el país. Y evitó que esto terminara en una batalla campal”, lo defienden en el Gobierno porteño. 

Como contó este domingo Clarín, Berard estaba junto a autoridades de la Ciudad cuando, desde la calle, los agentes le pedían instrucciones para “actuar” y él ordenó “aguantar”. Finalmente se decidió retirar las vallas y a los policías, y, tras un acuerdo político y la palabra de Larreta y Cristina, los manifestantes se dispersaron. La vicepresidenta autorizó a sus funcionarios a negociar cuando supo que su hijo Máximo había sido corrido violentamente por los agentes.

Pero la tregua duró un día y el domingo a la tarde volvieron los cortes y la decisión de la Ciudad de mandar a la InfanteríaEsta inestabilidad podría durar meses. “Esto será así, minuto a minuto. Tenemos gente de Infantería en apresto, cerca, para actuar si hace falta. Los kirchneristas no le hacen caso a la Justicia, no cumplen la ley, menos van a cumplir un acuerdo político de palabra”, abrieron el paraguas desde el Gobierno porteño.

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Incidentes entre militantes K y la Policía de la Ciudad, frente al edificio donde vive Cristina Kirchner. FOTO Rafael Mario Quinteros.

Ese acuerdo, aseguran en la Ciudad, incluía que los manifestantes estuvieran en las veredas, en ciertos horarios y sin tirar fuegos de artificio, y que si se acumulaba mucha gente los cortes de calle fueran momentáneos. No se cumplió. De todos modos, siguen los canales abiertos entre D’Alessandro y Juan Martín Mena, viceministro de Justicia de la Nación y representante de Cristina en las negociaciones.

“Esto va para largo. Cristina está perdiendo la batalla en la Justicia, probablemente pierda las elecciones, lo único que le queda es ganar la calle. A medida que los fallos o momentos judiciales la perjudiquen, ella va a calentar la calle“, evaluaron cerca de Larreta. Esto, de ocurrir, será una prueba de fuego para la gestión y las expectativas electorales del jefe de Gobierno.

Algunos funcionarios confían en que en algún momento la Justicia local intervenga para ponerle límites a la protesta. Es lo que esperaban los funcionarios porteños el mismo sábado, cuando el dirigente kirchnerista Juan Grabois presentó un amparo para sacar las vallas.

“Era una buena oportunidad para que se meta la Justicia. Y ahora también convendría que lo haga, para que nadie tenga que aparecer como perdedor en la pelea política“, analizó una fuente. Hoy suena improbable que el conflicto descomprima con una decisión de Tribunales. 

La peor hipótesis: Macri candidato

El armado electoral de Larreta ya había acelerado antes del conflicto con Cristina. Y tenía dos dos fuertes ruidos internos. Con nombre y apellido. Patricia Bullrich y, sobre todo, Mauricio Macri. Una alta fuente del larretismo admite ante Clarín que “si se presenta de candidato es un problema”. Se refiere al ex presidente.

“Nosotros lo vemos lanzado. Y como siempre, trabajamos con la peor hipótesis, En este caso, es que se presente como candidato”, asegura otro fuente que trabaja día a día con Larreta. También está hablando de Macri.

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Patricia Bullrich, en una de las últimas reuniones de Juntos por el Cambio. En el larretismo le apuntan con dureza. FOTO Guillermo Rodríguez Adami.

El jefe de Gobierno promete que si esto ocurre, él mantendrá su postulación. Eso mismo aseguran sus enviados al Interior, que presionan para sumar la mayor cantidad de aliados provinciales: “¿Vos querés ser gobernador? Bueno, Horacio quiere se presidente”, arrancan la “charla” para reclamar (y ofrecer) apoyo. Buscan doble carambola: “Nos sirve contra Mauricio, pero también para dejar sin nada a Patricia. Nosotros tenemos estructura, financiamiento y territorio. Y ellos no”.

Otros integrantes del PRO son más cautelosos. Creen que si Macri decide presentarse, habrá que resetear todas las variables. Y hacer de nuevo las cuentas.

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