“Hoy festejamos una fecha muy importante que es el Día Mundial sin tabaco. El programa del Ministerio de Salud Pública tiene por objetivo disminuir la morbimortalidad causada por el cigarrillo, a través de tres ejes: la prevención donde hacemos concientización; la protección por medio de la creación de ambientes cien por ciento libres de humo de tabaco; y la cesación tabáquica que justamente, es lo que alentamos en este día, animarse a dejar de fumar”, sostiene la neumonóloga del Programa de Lucha Tabáquica del PRIS, doctora Ariela Tarcic.
En pleno contexto de pandemia, hay que resaltar que el tabaquismo aumenta el riesgo de contraer una enfermedad más grave de COVID-19. “Sin dudas, esto ha generado mucha angustia en los pacientes fumadores, y ha aumentado el número de consultas por cesación tabáquica. Es un momento muy importante para tomar la decisión de dejar de fumar”, subraya.
Para ello, Tucumán cuenta con 18 servicios públicos y gratuitos, que si bien ahora no están atendiendo de manera presencial, los pacientes sí pueden acceder a las consultas por telemedicina.
“El primer paso está en querer dejar de fumar, porque el “debo dejar de fumar” lo saben todos los pacientes. Pero tener el “quiero” es el primer paso. Esto implica una gran motivación, palabra que proviene del latín y significa moverse, es decir salir del lugar, correrse. Decir quiero y estar motivado para dejar de fumar es el primer paso”, advierte la referente.
Luego, lo importante es pedir ayuda. Esto permite a los equipos colaborar y trabajar con los pacientes en una terapia cognitivo-conductual, con apoyo farmacológico. Asimismo, quienes no poseen obra social, se les da la posibilidad de retirar de Farmacia Oficial la medicación gratuita.
“Pasadas las primeras dos semanas se vuelve más fácil, y pasados los dos meses se vuelve más fácil; se puede dejar de fumar. El mensaje es: nos comprometamos a dejar, esta es una gran oportunidad para lograrlo”, incentivó la médica especialista.
Fumadores pasivos
Por otro lado, se refirió a los derechos de las personas que no son fumadoras, pero terminan afectados por quienes sí lo hacen: “Primero tienen que saber que deben hacer valer su derecho a estar en un ambiente libre de humo. Cada hora que están en ese ambiente, es como si hubiesen fumado tres a cinco cigarrillos, por más que no lo hayan hecho. Entonces, el paciente que no deja de fumar, al menos debe hacerlo afuera de casa o del trabajo, para proteger a los seres queridos o compañeros de trabajo”.
