La llegada de los primeros turistas le imprimió ayer más movimiento a la Feria de Simoca. Sin embargo la romería tuvo momentos de tensión. Un grupo de feriantes de distintos lugares de la provincia, que reclaman autorización para vender en ese sitio, llegaron exigiendo hablar con las autoridades municipales. “Queremos trabajar” gritaron con insistencia. Una veintena de policías de infantería fueron desplegados en el acceso del predio ferial para evitar cualquier desborde. En un momento los manifestantes amenazaron con cortar el tránsito de la ruta nacional 157, al no lograr en principio que algún funcionario los escuchara.
El titular del Concejo Deliberante local, a cargo del Ejecutivo municipal, Daniel Paz, puso paños fríos a la situación, recibiendo en una oficina del centro comercial a representantes de la Asociación Civil de Feriantes de Tucumán. Entre estos estuvieron Alejandro Ruiz, Héctor Quipildor y Claudia Pereyra. “Atravesamos una situación de extrema crisis y necesitamos que nos habiliten a trabajar en este lugar. Nuestro compromiso es el de respetar el protocolo de bioseguridad que está en vigencia”, dijeron los dirigentes a Paz. “Si otros fueron autorizados, ¿por qué nosotros no?” expusieron.
El edil a cargo de la intendencia (ante la ausencia por viaje de Marcelo Herrera) les explicó que la feria local se realiza solo con los vendedores locales por disposición del Comité de Emergencia de la provincia (COE). “Nosotros respetamos lo que nos ordenan desde la provincia. No podemos hacer nada por encima del COE. Y en estos momentos no permite la realización de ferias con participación de vendedores de otras jurisdicciones que no sean del medio” insistió Paz, integrante del Comité de Emergencia local. “Lamentablemente el impacto de esta pandemia fue terrible para todos en lo económico. Pero la postura del municipio sigue siendo la de privilegiar la salud, la vida de los habitantes. El virus sigue presente en nuestro municipio y mientras tanto tenemos que seguir firme con las previsiones” apuntó.
Paz, no obstante, se comprometió a elevar a las autoridades del COE el pedido de autorización hecha a través de una nota por los feriantes para retornar a la feria. “La situación se la va analizar en los niveles que corresponde. Nosotros entendemos la situación de estos trabajadores, pero las decisiones no están en nuestras manos” volvió a aclarar.
Son más de 300 los feriantes que pugnan por reinstalarse en la feria de Simoca luego de que esta dejara de funcionar en marzo pasado. Hace un mes reabrió sus puertas, con unos 200 puesteros locales. Los integrantes de la Asociación de Feriantes, luego de escuchar a Paz, se comprometieron a esperar una semana la respuesta de la provincia al planteo del sector que elevará el municipio de Simoca.
Turistas
La tradicional feria de a poco recupera el movimiento de otros tiempos. “En los tres primeros sábados se vendió muy poco porque fue escasa la presencia de gente. Había solo algunos vecinos de aquí. Ahora comenzaron a circular más visitantes, que son los que más compran”, contó doña Lucía López. Los primeros turistas arribaron ansiosos de disfrutar de las comidas regionales en los ranchos habilitados hace dos sábados. También del tradicional pastel de novios y las empanadillas con dulce de batata. “Lo bueno es que pudimos llegar a Tucumán sin problemas. Llegamos con el PCR negativo, pero en ningún control nos pidieron. Teníamos muchas ganas de salir y disfrutar de esta feria y de los cerros” comentó Mónica Medina, de La Paternal (Buenos Aires). La mujer estuvo acompañada por su hija y otros dos parientes. “La pandemia, el aislamiento, nos generaron unas ganas terribles de salir a respirar aire puro y alejarnos de la ciudad, de los amontonamientos. Y desde un principio se me puso la idea de venir a Tucumán. Hoy estoy muy contenta de estar aquí”, dijo.
Paz, este sábado, con el afán de asegurar que todos los feriantes respeten las normas de bioseguridad vigentes, distribuyó entre estos barbijos y delantales con logos de la feria.