Finalmente, se aprobó con disidencias el impuestazo en Yerba Buena, tal y como lo anticipó Tucumán Despierta la semana pasada. De esta manera, el Concejo Deliberante autorizó subas de alrededor del 130% en algunas tasas municipales. Cabe destacar que los únicos que votaron por la negativa fueron la concejal Gabriela Garolera (UpP), el concejal Walter “Kabuby” Aráoz (UpP) y la edil María Moraiz de Juntos por el Cambio (CREO).

El resto del cuerpo deliberativo de la Ciudad Jardín no tuvo problema en asestar un duro golpe a los bolsillos de los habitantes de Yerba Buena dándole el gusto al flamante intendente local, Pablo Macchiarola quien, a pocas horas de asumir su cargo, ya había intentado infructuosamente promover un brutal incremento de los tributos para todos los vecinos.
De hecho, nuestro medio informó oportunamente también que esa posibilidad estaba empantanada a causa de que el mandatario municipal no estaba consiguiendo los votos necesarios para aprobar el impuestazo. A pesar de que Yerba Buena tiene un presupuesto de más de 10 mil millones de pesos.
Tucumán Despierta había anticipado también que existía la posibilidad cierta de que se hubiera decidido no aprobar semejante impuestazo antes de las elecciones del pasado domingo en el marco del balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei en el que resultó vencedor éste último por una diferencia de casi doce puntos porcentuales.
Nuestro medio, además, dejó en claro que estaban definidos los concejales que darían luz verde para la suba de casi el 130%, lo cual terminó de confirmarse en la última sesión del Concejo Deliberante luego de lo que fue el feriado del lunes cuando tuvo lugar la sesión especial prevista para después de las elecciones.
Cabe señalar que, para lograr este objetivo, Pablo Macchiarola afirmó previo a la aprobación del impuestazo que, sin un ajuste en los tributos, el Municipio se desfinanciaría y que su administración no podría reponer luminarias del alumbrado, sostener el Hospital Carrillo o mantener la Guardia Urbana.
“Tenemos que actuar con responsabilidad, sin populismo ni demagogia. Se registra una inflación del 142,3% y las tasas municipales deben acompañar esa inflación para que podamos seguir brindando servicios y haciendo obras”, expresó el mandatario de Juntos por el Cambio. Recalcó que los aumentos están por debajo de los índices inflacionarios.
Es por ello que, luego de que se consumara el saqueo a los bolsillos de los contribuyentes yerbabuenenses, el intendente dijo que “valoro mucho la posición de los concejales que responsablemente aprobaron la ordenanza. Comer una pizza, por ejemplo, sale más que el doble que un año atrás”.
“Si uno va a comprar cubiertas para los vehículos, aceite o maquinarias, hasta el triple más. Entonces, ¿Cómo haría la municipalidad para enfrentar los gastos de obras y de servicios sin actualizaciones?”, se preguntó el nuevo mandatario municipal. Subrayó que toda la información de su gestión está abierta y disponible para la consulta de los vecinos y de la prensa.
Habitualmente, la Ordenanza Fiscal suele retocarse a fines o principios de año. En las últimas oportunidades, todavía durante la gestión de Mariano Campero, también se había sancionado con polémicas de distinta intensidad política. En definitiva, la única verdad es la realidad y la misma indica que el 2023 termina con un impuestazo a los bolsillos de los yerbabuenenses.