El Banco Central República Argentina desde el 7 de diciembre del 2023 a la fecha mostró una suba de reservas del 41,6%. Hay que tener en cuenta que a fin de mes realizará un pago al FMI que la volverá a colocar por debajo de la barrera psicológica de los 30.000 millones de dólares.
Durante mayo, el ingreso de la cosecha de soja y maíz debería empujar fuertemente a la suba a las reservas, problemas de recolección de cultivos ligados al clima y logística han demorado la llegada de mercadería a puerto, recién a fines de mayo sabremos si hay voluntad del agricultor de retener mercadería o vender. En breve, debería comenzar la siembra de trigo, en donde los números han comenzado a cerrar; sin embargo, podría caer un 5% la superficie a sembrar, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
En cuanto al pasivo del Banco Central, la circulación monetaria creció el 30,5%, mientras que la inflación medida en igual período podría ubicarse en torno del 100% (no tenemos la inflación de abril aún), el dólar mayorista en igual período aumentó el 139,6%. En términos reales, la cantidad de moneda cayó fuertemente y si la medimos en dólares, mucho más. La circulación monetaria medida en dólares al 7 de diciembre era de U$S 18.001 millones, en la actualidad es de U$S 9.805 millones.
La menor cantidad de billetes ayudó a la caída de los dólares alternativos. Claramente, el que apostó por el dólar perdió, y esto genera un efecto pobreza en la población, que se estima tiene un stock de dólares cercano a los u$s200.000 millones, de los cuales unos u$s80.000 millones conviven en un mercado informal.
Pesos del Banco Central y otros resultados
Los encajes subieron el 34,1%, no resulta una suba significativa, lo que refleja que no hubo una explosión de crecimiento en los depósitos bancarios.
Los pasivos en dólares muestran una fuerte suba, en primer lugar, por la devaluación del peso; en segundo lugar, por la colocación del bono para los importadores Bopreal, esto le aportó más reservas al Banco Central, pero también pasivos. Se espera que se coloque un nuevo bono Bopreal para aquellos que quieran remesar utilidades y dividendos al exterior, se estima unos u$s4.000 millones. En términos de dólares, el pasivo del Banco Central pasó de u$s5.051 millones, a u$s9.058 millones, se colocaron Bopreales, pero se cancelaron deudas en Levid.
Los pasivos en el BCRA subieron 54%, casi la mitad que la inflación.
Los pasivos en pesos del Banco Central subieron el 54,2% en el período analizado, casi la mitad que la inflación, y aquí operó el efecto licuadora: se ajustan por tasas de interés negativas frente a la inflación. En la actualidad la tasa de política monetaria es del 60% anual, lo que implica una tasa mensual del 5,0% mientras que la inflación casi duplica este nivel de tasa de interés.
La tesorería ha emitido bonos para seducir a los bancos que muten desde letras del Banco Central a bonos de mayor plazo, tratando de mostrar una mejora en la capitalización del Banco Central, reduciendo su pasivo e incrementando reservas.
¿Qué pasa con los bonos?
En esta semana hemos observado en el mercado una fuerte baja de los bonos en pesos ajustados por inflación. Por dar solo dos ejemplos, el bono TX26 cayó un 11% y el TX28, 13,8% desde sus máximos. La baja de estos títulos es porque el mercado está descontando una fuerte caída en los niveles de inflación.
Ambos títulos muestran tasas de retornos negativas del 1,2% y 3,4% anual, en ambos casos la inflación esperada menos esta tasa de retorno nos daría una tasa de interés superior a la tasa de plazo fijo y a la tasa de devaluación del peso, con lo cual estos bonos siguen siendo muy atractivos a pesar de la baja de los últimos días.
El TX28 subió desde que asumió Javier Milei el 116,8% que, comparado con una suba del dólar MEP del 3%, deja una ganancia en dólares espectacular. Similar es el caso del TX26 que subió el 101,5%. No hay dudas de que ambos títulos protegieron contra la inflación y dejaron grandes ganancias en dólares. Por eso, los tenedores de ambos títulos pueden despreciar la baja de los últimos días.
La baja de los títulos es porque el mercado está descontando una fuerte caída en los niveles de inflación en la era Milei.
Paralelamente a la baja de los bonos ajustados por inflación vemos que los bonos soberanos están en niveles máximos: el AL30 cerró en 58,17, el viernes anterior a la asunción de Javier Milei cotizaban en u$s37,15, lo que reflejan una suba del 56,6% en dólares. El arbitraje de bonos cortos por títulos más largos buscando mayor cantidad de nominales puede ser un buen ejercicio para buscar potenciar utilidades a futuro.
Inversiones en mayo: los bonos seguirán siendo negocio
Hay tres temas importantes: en primer lugar, el Banco Central mejoró sustancialmente su balance, pero aún le falta camino por recorrer. La escasa emisión monetaria, el dólar más estable y tasas como la Baldar que pasaron del 130% al 50% anual muestran un cambio sustancial del escenario monetario y cambiario. La tasa de política monetaria que remunera los pasivos en pesos del Banco Central bajó del 133% al 60% anual.
En segundo lugar, no vemos posibilidades que bajo el esquema actual tengamos un recorrido alcista en el dólar. Daría la impresión que el dólar mayorista seguirá ajustando a una tasa del 2,2% mensual; la tasa implícita del dólar futuro se ubica en el 57,5% anual con lo cual no esperamos sorpresas por este lado.
Respecto del dólar billete, la recesión nos aseguraría que toda suba será oportunidad de venta. Los agentes económicos están “desplatados” y deberán recurrir a sus ahorros en moneda dura para equilibrar sus cuentas.
La promesa del Gobierno Nacional de honrar las deudas, el pago de intereses y amortización de los bonos soberanos en dólares el 9 de julio próximo seguirán empujando a la suba a estos títulos, con un horizonte de precio en torno a los u$s70 en el caso de los bonos más cortos.
Respecto a los bonos en pesos ajustados por inflación, siguen siendo una muy buena opción, a pesar de las expectativas de baja en la inflación.