¿Se trató de un hecho de inseguridad o de una maniobra política? Por estas horas, en la Casa de Gobierno se preguntan si el gobernador, Osvaldo Jaldo, fue víctima de un hurto cualquiera o de un hecho delictivo vinculado a su rol como titular del Poder Ejecutivo. El Ministerio Público Fiscal ya está investigando el episodio y se estaría analizando incrementar las medidas de seguridad ante los episodios que tuvieron como protagonista al mandatario.
A Jaldo le quitaron su teléfono celular del bolsillo, luego de un acto que encabezó en La Cocha. Jaldo y buena parte del gabinete habían partido durante la mañana a ese municipio del sur para encabezar diferentes actos y eventos institucionales.
Luego del almuerzo, subió a un escenario para hablar ante militantes y vecinos de esa ciudad y de las seis comunas del departamento. Al bajar, como acostumbra, la gente comenzó a acercarse para saludarlo y tomarse fotografías. En ese tramo hasta la camioneta que lo aguardaba, alguien metió la mano en sus bolsillos y le quitó el móvil.
Para suerte del gobernador, al subir al vehículo se percató de que no tenía su teléfono. De inmediato, personal de seguridad del mandatario y efectivos de la zona comenzaron a indagar entre los presentes. Así, revisaron las imágenes tomadas por un fotógrafo que se encontraba allí y vieron a una mujer que -en apariencia- mete la mano en el bolsillo del saco de Jaldo.
Dirigentes locales la identificaron y, ya con aviso a la Policía, acudieron hasta su domicilio en Los Pizarro, a unos siete kilómetros del lugar.
Efectivamente, tenía el móvil del gobernador en su poder. Tras ser reintegrado el teléfono, luego de aproximadamente una hora, la mujer quedó aprehendida en la comisaría de La Cocha. En principio, según confirmaron fuentes policiales, la arrestada no tendría antecedentes y podría ser puntera del oficialismo de Alberdi.
El fiscal Fabián Assad convalidó la aprehensión y en las próximas horas definirá cuándo hará la formulación de cargo. La causa se investiga en el Centro Judicial de Concepción.
En el interín, Jaldo tuvo que dar de baja la línea y luego, una vez recuperado el aparato, pedir su reactivación. Las dudas sobre lo sucedido aún sobrevuelan en el entorno del mandatario. En particular, porque La Cocha se encuentra a poco más de 20 kilómetros de la Municipalidad de Juan Bautista Alberdi.
Esa administración municipal fue intervenida hace 10 días por el gobernador tras los audios y las denuncias de presuntos vínculos entre sectores de la política local y el narcotráfico en el que están siendo investigados el ex intendente Luis Campos, su esposa y legisladora -en uso de licencia- Sandra Figueroa, el ex secretario de Hacienda de ese municipio José Roldán y Roque “Chipi” Giménez, supuesto empresario de la construcción.
Por lo pronto, la instrucción del mandatario es que la causa avance para determinar si se trató de un hecho de inseguridad o de un episodio orquestado con otra finalidad.
Jaldo fue protagonista de otros hechos que despertaron la atención. Él, junto al juez Gonzalo Ortega y los fiscales Carlos Sale, Ignacio López Bustos y Pedro Gallo recibieron amenazas a través de un audio. El fiscal Carlos Picón sostiene que ese acto intimidatorio habría sido realizado por Miguel “Miguelón” Figueroa, sospechado de ser narco y condenado por tres homicidios. Segun la teoría que maneja, se trataría de una maniobra para conseguir su traslado desde una cárcel de máxima seguridad de Buenos Aires a Tucumán.
El otro episodio fue más insólito aún. En mayo se hizo público que la influencer y cantante santiagueña Valentina Olguín habría utilizado la identidad del dirigente tranqueño y de otros cuatro gobernadores para traer ropa desde Estados Unidos. Por la denuncia que realizó Jaldo, la joven fue procesada por el planteo que realizó el fiscal federal Agustín Chit y aceptada por el juez José Manuel Díaz Vélez.
“Se está analizando todo”, dijo el jefe de Policía Joaquín Girvau sobre el hecho de La Cocha. El robo del celular también puso en la mira el accionar de los efectivos que deben custodiar al mandatario.