Decidido a darle épica al Pacto de Mayo que anunció con toda pompa en la Asamblea Legislativa, Javier Milei explora los mecanismos para entregarle la significativa condecoración de la Orden de Mayo a todos los gobernadores que se plieguen a su convocatoria. Busca darle mayor institucionalidad a la ceremonia, premiar a los que se plieguen, pero también, presionar o castigar a los dirigentes que están decididos a darle la espalda o dudan sobre la conveniencia de aceptar la invitación.
La ley indica que es sólo para dirigentes extranjeros, por lo que deberían modificarla antes. Julio Cobos había presentado un proyecto en 2021 para exigir que no se entregara con liviandad.
A medida que el ajuste se siente con más fuerza, aunque no crea en la política ni en el Estado, Milei ansía posicionarse como garante de la firma de un gran acuerdo nacional más allá de los colores políticos y los partidos, el 25 de Mayo. La cita, como reveló en su discurso del 1ro de marzo, será en Córdoba (la locación exacta aún no se consensuó), con todos los gobernadores e invitados de los niveles más altos de la dirigencia nacional.
Faltan siete semanas, ni siquiera se inició el debate en el Congreso de la nueva Ley Bases, que condiciona el “pacto”, y nadie en el espectro político confirmó participación con todas las letras. Sin embargo, en la Casa Rosada preparan los detalles del evento. La secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, que se encuentra de viaje oficial con su hermano en Estados Unidos, enviará en los próximos días una comitiva de colaboradores en plan de avanzada a Córdoba, para coordinar el gobierno de Martín Llaryora, que bajó el tono a las recriminaciones al oficialismo desde que lo designaron como anfitrión del acto.
El Presidente convocó a todos los gobernadores a Córdoba
La Orden de Mayo -inicialmente llamada Orden al Mérito- tiene un peso institucional sólo comparable con la Orden del Libertador San Martín. La diferencia es que se otorga a ciudadanos civiles o militares extranjeros que se hayan distinguido por sus servicios y obras personales y merezcan la gratitud de la Nación.
Fue creada como Orden al Mérito en 1946, durante el primer gobierno de Perón, y luego modificada por Pedro Eugenio Aramburu en 1957 para aquellos que “con su esfuerzo contribuyen al progreso, al bienestar, a la cultura y al buen entendimiento y solidaridad internacionales (cuyos) fines coinciden con los ideales de los hombres de Mayo, iniciadores de la grandeza argentina (y) forjadores de nuestra nacionalidad”.
Quienes deciden si incorporar a los gobernadores son los miembros del “Consejo de la Orden”. Justamente, el Presidente, en calidad de “Gran Maestre de la Orden”; el ministro de Relaciones Exteriores, actualmente Diana Mondino (”Gran Canciller”) y el de Defensa, Luis Petri. Que, una vez tomada la decisión, deberán remitir a todos los senadores y diputados una copia de la Orden para poner a su disposición los antecedentes e información en su poder. Los legisladores tendrán un plazo de diez días para observar las calidades y méritos de la persona propuesta, y luego remitirlos a la autoridad de aplicación correspondiente, quien será la encargada de realizar el descargo y de continuar o no con dicha postulación.
Los diplomas se distinguen entre “Al Mérito”, “Al Mérito Militar”, “Al Mérito Naval” y “Al Mérito Aeronáutico”, y tiene varios títulos y grados: “Collar”, “Gran Cruz”, “Gran Oficial”, “Comendador”, “Oficial” y “Caballero”. Los miembros del Consejo también pueden retirarla. Por caso, Alberto Fernández se la había quitado, el año pasado, a Augusto Pinochet, como gesto por el 50 aniversario del golpe militar chileno contra Salvador Allende.