Javier Milei acaba de recibir buenas noticias desde Washington. No es el desembolso extra del FMI que alguna vez se puso como prioridad Luis Caputo, pero al menos es una manifestación de optimismo de la vocera del Fondo Monetario Internacional sobre el futuro próximo de la economía argentina en momentos en que varias empresas locales – y, sobre todo, sus empleados- empiezan a sentir fuerte la caída casi vertical de la actividad.
El presidente argentino es, desde hace ya algunos meses, tema de interés entre sectores informados de la capital estadounidense. Cualquier argentino que se reúna por estos días en Washington con periodistas, empresarios, diplomáticos, políticos o dirigentes interesados en la política recibirá el saludo protocolar y una primera pregunta que, invariablemente, estará referida a Milei.
Por curiosidad, interés antropológico o genuino interés por las ideas, el establishment de Estados Unidos se acercó, aunque sea de manera tangencial, a las novedades sobre el libertario. Algo parecido, aunque con una intensidad mayor, sucede en España, hacia donde viajó Milei en las últimas horas. En ese país, Milei es tema de conversación en el oficialismo y también en las distintas tribus de la oposición.
Milei llegó como una de las estrellas -y probablemente la que más atracción generará- de la cumbre Viva 24, que organizó el partido Vox con sus socios internacionales. Será una suerte de relanzamiento del partido de derecha español, que viene de capa caída desde las elecciones del año pasado, cuando consiguió apenas un cuarto de la cantidad de escaños que obtuvo el Partido Popular, la agrupación de centroderecha que resultó más votada, aunque ese apoyo no le alcanzó para desplazar al socialista Pedro Sánchez del Gobierno.
En Madrid dicen ahora que Vox recuperó un poco el tono tras aquella derrota y que el Viva 24, con Milei y otros dirigentes de la derecha mundial, les servirá como empujón para recuperar presencia. Esa repercusión internacional viaja a la velocidad que circulan hoy las cosas a través de las redes sociales, un medio ambiente que Milei aprovecha como muy pocos políticos en el mundo saben hacerlo.
Con modos de influencer global, el Presidente elige a sus amigos por la afinidad más que por el interés: en España no se reunirá con funcionarios de Sánchez y, dicen en su entorno, esquivará también los encuentros con las estrellas del Partido Popular. A su regreso de España, Ezeiza esperá a Milei con noticias menos brillantes. Ya es casi un hecho que el Senado no aprobará el paquete fiscal y la Ley Bases a tiempo para que el Presidente pueda firmar el Pacto de Mayo con todos los papeles en regla.
¿Qué hará el Gobierno el domingo 25? ¿Seguirá adelante con la celebración que había preparado para acompañar la llegada de las primeras leyes de la gestión? ¿O dejará de lado las formalidades y esperará a que esas leyes sean votadas para festejar con el resultado ya puesto?
