El presidente Javier Milei tiene previsto mudarse a vivir a la Quinta de Olivos la semana próxima, cuando concluyan las reformas previstas y, sobre todo, la construcción de caniles especialmente adaptados para sus “hijos de cuatro patas”, cinco mastines ingleses. En los últimos días, en la residencia se aceleraron los trabajos, que no sólo tienen que ver con cuestiones edilicias.
El propio jefe de Estado ayer retuiteó un video donde la periodista Liliana Franco contó en televisión los pormenores de la mudanza y reveló que el demorado traslado se debía, entre otros motivos, a que todavía no habían concluido los trabajos para adaptar una dependencia de la residencia presidencial como espacio para sus perros.
Desde el año pasado, en medio de la campaña, Milei vive en un hotel céntrico porteño, ubicado en la avenida Córdoba, y tenía previsto vivir y trabajar desde la Quinta Presidencial, pero según contó la periodista se fue atrasando porque la obra para construir los caniles dependía de un insumo importado que no pudo ser adquirido porque ingresó en la dinámica burocrática en la que está la mayor parte de la economía argentina, debido a la falta de dólares y los controles al comercio exterior.
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La obra en cuestión es financiada personalmente por el propio Presidente y fue encargada a una arquitecta que es conocida por Javier y Karina Milei y un par de personas de su círculo más íntimo. El celo en la reserva del nombre de la profesional a cargo de las refacciones, como también cuál es el insumo importado que no ingresa al país y la empresa involucrada en la importación, tiene que ver con que el Presidente exigió a su equipo no recibir ningún trato especial.
Así fue que desde el 10 de diciembre se espera la autorización de los dólares del Banco Central para la importación de estos insumos, pero hasta la fecha no se ha concretado el proceso de obtención de divisas.
“No puedo llevar a mis hijitos a la Quinta de Olivos porque no autorizan los dólares necesarios, pero es lo que les ocurre a miles de argentinos”, aseguran que dijo Milei a sus colaboradores. En concreto, los perros son mastines ingleses que pesan alrededor de 100 kilos cada uno y ocuparán una dependencia en la Quinta de Olivos que requerirá refuerzos en las paredes. Según cuentan amigos del Presidente, Milei ya tuvo que reparar las paredes de su departamento en dos ocasiones debido al peso de sus mascotas.
En una entrevista que concedió a Radio Mitre esta mañana, Liliana Franco abundó sobre los detalles de la mudanza del hotel Libertador a Olivos y agregó detalles que no había mencionado en la televisión ni en el diario Ámbito Financiero. Reveló que además de las tareas de refacciones y el tema de los perros, en la Quinta de Olivos también hicieron “limpieza de malas energías”.
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“Milei se va a mudar sin los perros. Son cosas distintas. Él hubiera querido irse con ellos, pero no es que no se muda por los perros. No es que no se muda hasta que no estén los caniles, son cosas que van por carriles paralelos. Uno son las adecuaciones de la casa -pintura-, la compra de colchones y… cómo lo digo elegantemente… ¿creen en la buena onda o en la mala onda?… yo creería”, dijo.
Y al ser consultada sobre si se trató de tareas de “limpiar energías”, Franco respondió: “Sí. No fue solo pintar o acondicionar… Se encontraron cositas raras”, consideró. “Me refiero cuando vos te vas y dejás mala onda al que viene… Una limpieza… Esto le pasó a Macri también”.
Más allá de las especulaciones, Infobae pudo confirmar que el presidente Milei se va a mudar la semana que viene a Olivos y desde allí va a trabajar con su equipo. Diferentes dependencias de la Quinta Presidencial -distintas de la “casa” propiamente dicha, donde el jefe de Estado va a dormir- serán asignadas a su hermana, Karina Milei, y a otros integrantes de su círculo más cercano, entre los que figuran la ministra Sandra Pettovello.