El presidente Joe Biden anunció nuevas y “devastadoras” sanciones contra Rusia y decidió limitar la capacidad de Moscú de hacer negocios en dólares, euros y yenes, mientras bloqueó a cuatro bancos rusos más y limitó las exportaciones de tecnología. “Putin eligió esta guerra: él y su país sufrirán las consecuencias”, advirtió.
En una esperada conferencia de prensa desde el salón Este de la Casa Blanca, Biden dijo que “Putin es el agresor” y el culpable de “un asalto brutal contra el pueblo de Ucrania” y comunicó una serie de medidas destinadas a “imponer costos severos a la economía rusa ahora y en el tiempo”.
Biden dijo que la agresión de Rusia contra Ucrania “no puede quedar sin respuesta”, y agregó que si lo hiciera, “las consecuencias para Estados Unidos serían mucho peores”.
“Estados Unidos se enfrenta a los matones, defendemos la libertad”, dijo Biden en un discurso en la Casa Blanca. “Esto es lo que somos”.
También anunció un nuevo despliegue de fuerzas terrestres y aéreas en la zona para apoyar a los efectivos de la OTAN y reiteró que las tropas estadounidenses no entrarán en conflicto directo en Ucrania.
Biden habló luego de haberse reunido virtualmente con los mandatarios del G7, con quien coordinó las medidas que fueron anunciadas ese jueves. Biden dijo que las nuevas sanciones incluyen a cuatro bancos rusos y “billonarios corruptos” y sus familias cercanas al Kremlin.
Los negocios
“Esto significa que todos sus activos en EE.UU. serán congelados (…) Vamos a frenar la capacidad de Rusia de financiarse”, remarcó Biden, quien destacó la importancia de la coordinación internacional de estas medidas económicas contra Moscú.
Entre los sancionados figuran Alexander Vedyakhin, director adjunto del Sberbank; Andrey Puchkov y Yuriy Soloviev, altos cargos del banco VTB, y la esposa de Soloviev, Galina Ulyutina.
“Limitaremos la capacidad de Rusia de llevar adelante negocios en euros, dólares, libras y yenes y ser parte de la economía mundial. Vamos a impedirle su capacidad de financiar y hacer crecer sus fuerzas militares. Desarticularemos su capacidad de competir en la economía del Siglo XXI”, afirmó el presidente.
Y agregó: “Todo esto los golpeará en las ambiciones de largo plazo”.
Las nuevas sanciones incluyen también la limitación de instituciones financieras y prohibición de exportación de tecnología, dijo Biden. Se impuso controles a las exportaciones a Rusia de productos como semiconductores estadounidenses y otros, con el objetivo de dañar la industria.
Por ahora, Biden se reservó de aplicar la llamada “sanción nuclear”, considerado el máximo castigo. Esta opción era quitar a Rusia de la Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales conocida como SWIFT, la red bancaria internacional. Sacarla de esa red significaría bloquearla de todo el comercio internacional y todas las transacciones internacionales.
Pero sobre todo impedirles la transferencia de los beneficios de la producción energética, que son más del 40% de los ingresos del país. Dejaría a la banca rusa sin acceso a dólares y euros.
En una conferencia de prensa caótica al final de su mensaje, Biden explicó a una periodista que no habían implementado esa opción porque no había consenso aún entre los miembros del G7, pero dijo que las sanciones anunciadas eran igualmente duras, aunque podría tardar tiempo para que se sintiera e impacto.
¿Y ahora que?
El presidente ya había anticipado en un tuit que había acordado con los líderes del G7 avanzar con “paquetes devastadores de sanciones y otras medidas económicas” contra Rusia.
Su mensaje fue duro de palabras, pero al jefe de la Casa Blanca y sus aliados ya no le quedan muchas armas de disuasión. De hecho, la amenaza de sanciones radicales no frenó la invasión rusa sobre Ucrania. Tampoco las amenazas de “consecuencias jamás vistas” y otras duras palabras de Biden y sus aliados occidentales.
Ahora los funcionarios del Tesoro estadounidense y sus contrapartes europeos deben cumplir su promesa de obligar a la economía rusa y sus elites a pagar el precio.
Pero deben hacerlo de manera de dañar lo menos posible la economía de la UE y la de Estados Unidos, ya afectada por la pandemia y una inflación inédita que se niega a ceder. Biden lo reiteró en su mensaje: están buscando evitar los costos para los estadounidenses.
Hay que ver para qué servirá este nuevo paquete. Muchos esperaban que se lanzara toda la batería más extrema de castigos para apuntar de manera mucho más amplia a la economía y el sistema bancario ruso. La moderación no disuadió a Putin, será difícil que estos anuncios logren su cometido.
Rusia ya sufre sanciones desde que Rusia anexó Crimea de 2014, y por el envenenamiento del opositor Alexéi Navalni, pero es evidente que ninguna medida ha tenido el menor efecto sobre él, salvo incrementar su intransigencia.
Además, el Kremlin se ha venido preparando ante un posible castigo de Occidente y un conflicto que podría extenderse en el tiempo. Para eso, hace tiempo que Putin ha ordenado la acumulación de divisas extranjeras. Los expertos calculan que alberga unos 640.000 millones de dólares.
PB