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Jorge Lanata, el último periodista político de la TV

Jorge Lanata, en su último ciclo, Periodismo para todos, en eltrece | Archivo

Surgido del periodismo gráfico, se adaptó de inmediato al lenguaje televisivo y se convirtió con el tiempo en la figura de su tipo que hizo el mejor aprovechamiento de los recursos visuales de la pantalla chica para analizar la actualidad

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A diferencia de algunos de sus encumbrados colegas del mundo periodístico televisivo, Jorge Lanata se instaló en el mundo audiovisual después de una larga carrera en los medios gráficos. Pero nadie podrá negar que llegó mucho más lejos que todos ellos en el aprovechamiento integral de los recursos visuales y de lenguaje que propone la TV para el tratamiento de la actualidad.

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Lanata participó de todos los modelos disponibles dentro de este género. Estuvo a cargo de programas de entrevistas, fue columnista de varios noticieros, incursionó en el documental periodístico aquí y en el exterior, condujo ciclos de preguntas y respuestas y hasta llevó esa impronta a la pantalla grande como codirector del largometraje Deuda, en 2004. Pero con ideas como la de Periodismo para todos, su último gran éxito televisivo, llevó las posibilidades del tratamiento periodístico de la noticia en TV hasta un lugar que nadie se había animado.

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Esta fórmula, que tiene su antecedente más claro en Día D y se profundizó en las doce temporadas ininterrumpidas de Periodismo para todos, encontró en Lanata a un artífice, productor, mentor y realizador que dejó bien expresas allí las virtudes y las dificultades de unir elementos periodísticos duros con herramientas más bien frívolas y ligeras, ligadas fundamentalmente al humor.

La columna vertebral de los programas más exitosos y logrados de la historia periodística de Lanata en TV siempre tuvo que ver con la actualidad: la elección de algunos ejes informativos candentes en el debate público reflejados cada semana en las emisiones dominicales de sus ciclos con un tramo informativo y otro de análisis. A Lanata siempre le gustaron los elementos simbólicos que sirvieran para ilustrar, a veces de manera demasiado explícita y obvia, los temas tratados: maquetas, gigantografías, ilustraciones o elementos de utilería que funcionaron como expresión o ilustración gráfica de cada tema tratado. También cuadros enteros que se transformaban directamente en sketches, en algunos casos con apreciable continuidad.

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En la temporada 2012 de PPT, la atracción principal fue Alexandra Larsson, una bella modelo sueca que usaba su disfraz de enfermera y su precario español (siempre nombraba al conductor como “Lanato”) para tratar en clave humorística algún tema muy serio de la realidad. El personaje tuvo tanta repercusión que en una oportunidad hizo el monólogo completo de apertura en una de las emisiones del ciclo.

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Lanata siempre confió en el poder de la imagen. Su recurso preferido siempre fue el “informe” surgido a partir de una denuncia o un caso explosivo por lo general conectado con casos de presunta corrupción, malversación de fondos o comportamientos irregulares en los tres poderes del Estado. La puesta en escena se completaba en cada caso con un gran despliegue de cámaras, micrófonos y cronistas en el lugar de los hechos (la investigación periodística siempre fue uno de los fuertes de sus ciclos) y un análisis en el piso, compartido por el cronista encargado de la pesquisa y el propio conductor. En estas experiencias, seguramente las más importantes de su carrera, Lanata siempre confió en el trabajo de equipos periodísticos destacados. Los encargados de cada investigación también debían oficiar, llegado el caso, de columnistas especializados.

El caso que se conoció como la “ruta del dinero K” fue la cumbre de esa perseverante labor y la investigación periodística de la que más se enorgulleció Lanata en toda su historia televisiva. Hoy se reconoce la considerable influencia que tuvieron esas revelaciones en la opinión pública durante los meses previos a las elecciones que consagraron presidente de la Nación a Mauricio Macri, en 2015.

El otro aspecto que Lanata siempre privilegió en sus envíos periodísticos más ambiciosos es el humor. Debe haber influido mucho en su espíritu y su criterio periodístico el contacto con los ciclos satíricos de actualidad que siempre funcionaron muy bien en la televisión de los Estados Unidos, con The Daily Show a la cabeza.

A Lanata siempre le gustó iniciar sus programas con monólogos de actualidad en los que la cobertura informativa de los temas más importantes del momento se trataban con ironía y espíritu mordaz, casi como un homenaje a figuras como Tato Bores. Pero siempre defendió por sobre todo la identidad periodística de su mensaje y por eso se molestaba mucho cuando lo acusaban de frivolizarlo. En 2020 reaccionó con dureza cuando el entonces jefe de Gabinete Santiago Cafiero, habitual destinatario de las ironías del conductor, dijo que PPT era un programa exclusivamente humorístico. “Cafierito, preguntale a Cristina si se ríe con nuestras investigaciones”, respondió con sorna en ese momento.

Más allá del tono serio que mantuvo en el terreno de los informes y las denuncias, Lanata siempre procuró dejar a la vista de todos la veta risueña de su programa, que empezaba por aprovechar muy bien algunos recursos escenográficos. El modelo “PPT Box” de las últimas temporadas, con el estudio armado a partir de elementos de diseño rectangular, funcionaba de un modo muy atractivo desde el aspecto visual.

Ese perfil deliberadamente irónico configuró hasta el vestuario del propio conductor. La historia completa de Periodismo para todos también podría escribirse a partir de las sucesivas transformaciones de la indumentaria que Lanata elegía para salir al aire. De a poco fue cambiando los trajes más o menos formales y de colores neutros por una sucesión de sacos, chalecos y corbatas de diseño cada vez más llamativo y extravagante.

Tal vez en algún momento debe haberse convencido de que no había otra manera de acompañar su mirada mordaz sobre la realidad que una vestimenta con detalles coloridos, pintorescos y hasta estrafalarios. No fue lo único que lo distinguía en este aspecto: solía emplear lenguaje satírico para suavizar información muy cargada o para lograr que un tema arduo o complejo llegara más directamente al público. Pero en esta tarea, su personalidad lo traicionaba muy seguido. Tenía una tendencia casi incontinente al recurso de la palabrota o la expresión de trazo grueso, casi siempre innecesaria y fuera de lugar.

Una imagen de la escenografía "en blanco" que Lanata eligió para abrir la temporada 2022 de PPT 
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Una imagen de la escenografía “en blanco” que Lanata eligió para abrir la temporada 2022 de PPT
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Ese afán por llenar de humor el tratamiento de la actualidad en sus programas tuvo algunos momentos muy logrados y también algunas pruebas fallidas, como la participación de un grupo de imitadores de los personajes políticos más importantes. Con el aporte de humoristas y actores muy competentes y profesionales, dispuestos a lucir las máscaras y las prótesis que les permitían acercarse a la fisonomía de las máximas figuras de la actualidad, Lanata buscó a través de estos segmentos humorísticos pintar la realidad (y sus posibles derivaciones) desde el lugar de la parodia. Empleó este recurso con insistencia durante varias temporadas y en contadas ocasiones logró su propósito, aunque dejó en la historia de sus programas algunas imitaciones muy comentadas, como la que hizo Fátima Florez de Cristina Fernández de Kirchner.

Con distintas innovaciones, pero siempre apoyado en una columna vertebral integrada por un monólogo, un panel más o menos estable de columnistas (encabezado por Nicolás Wiñazki, Cecilia Boufflet y Jesica Bossi), Periodismo para todos (o PPT, como prefería denominarlo) mantuvo su vigencia a través de los años y hasta el final levantó solitariamente en la noche de cada domingo la bandera de los programas políticos en la televisión abierta. Mientras Lanata tuvo fuerzas, permaneció al frente del programa en temporadas semestrales (de mayo a noviembre) que funcionaron como expresión genuina (y con el tiempo también definitiva) de su vínculo con la TV.

Fuente: LANACION

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