Y un día volvió con todo el kirchnerismo del apriete. Y es que de otra forma no puede considerarse el tuit amenazante e intimidatorio de parte del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández contra el dibujante Cristian Dzwonik, conocido popularmente como Nik, por el solo hecho de no respetar a alguien que piensa distinto y que tiene todo el derecho del mundo a expresar de forma libre su pensamiento.
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Y es que cabe destacar que resulta muy preocupante el lenguaje utilizado por el responsable máximo de la Seguridad de nuestro país, Aníbal Fernández, al dirigirse en forma amenazante hacia el humorista Nik. Referir a sus hijos menores y dar cuenta de la escuela a la que asisten resulta, por lo menos, intimidatorio. Pero, además, resulta por fuera de los deberes de un funcionario público en el juego limpio de la democracia y del respeto a sus instituciones.
Para colmo, absolutamente nadie desde el Gobierno nacional procedió a expresarle a Nik su solidaridad o algún tipo de acompañamiento institucional. En ese marco, no debe de extrañar que Alberto Fernández rechazara la exigencia de la oposición de forzar la renuncia del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, tras la polémica generada por su tuit intimidatorio y amenazante.
El Presidente busca dar por cerrado el tema cuanto antes y tratar de que no se profundice el rechazo hacia el Frente de Todos en las elecciones de noviembre. De más está decir que Aníbal Fernández instala miedo con este tipo de conductas con fines intimidatorios que buscan mantener a los ciudadanos callados. Los funcionarios del Gobierno Nacional siguen creyendo que pueden actuar con total impunidad, de manera avasallante y abusando de su poder.
Es por ello que queda claro que el responsable de la seguridad no está a la altura del cargo para el que fue recientemente designado y que debería poner a disposición de Alberto Fernández su renuncia indeclinable. La estrategia en el oficialismo en principio es no hacer comentarios. Al final la última palabra la tienen Alberto Fernández o Juan Manzur, los jefes directos de Aníbal Fernández. La línea oficial claramente pasa por lavarse las manos como siempre lo hicieron.
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El país del revés, donde el ministro de seguridad Aníbal Fernández en lugar de cuidar a los ciudadanos, genera miedo y amenazas con sus declaraciones públicas en las redes sociales. Es grave e inadmisible lo ocurrido, amén de que realmente resulta muy bajo meterse con los hijos. Y es que se trata de prácticas de los peores gobiernos totalitarios, con los cuales el kirchnerismo no solo se identifica, sino que también copia.
De esta forma, queda inaugurada una nueva temporada más del patoterismo kirchnerista de la mano de uno de los personajes más nefastos de la política moderna. La vuelta de Aníbal Fernández confirma de esta manera que el oficialismo volvió peor de lo que era antes, ya que cambiaron de pelaje como el zorro, pero no modificaron ninguna de sus mañas dignas de la mafia de la peor estopa.
