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LA ARGENTINA Y UNA JUSTICIA QUE NO HACE JUSTICIA

La decisión de la Corte Suprema de la Nación convalidaría el plan de impunidad de Cristina Kirchner

Cristina Alberto
Vicepresidenta Cristina Kirchner - Presidente Alberto Fernández
Descacharreo

Reza el refrán popular que no se puede quedar bien con Dios y con el diablo, sin embargo, eso es lo que intentó hacer la Corte Suprema de la Nación, tal y como lo anticipó Tucumán Despierta. Lo que los magistrados quisieron presentar como un fallo salomónico, no es más que la convalidación de la intención de Cristina Kirchner de sacar a los jueces de las causas en las que está involucrada y que la investigaron.

Los magistrados de la Corte borraron con el codo lo que escribieron con la mano hace dos años, en dos acordadas distintas, en las que habían convalidado el lugar que ostentaban los jueces que investigaron a la vicepresidenta y ahora tienen los días contados. Esto se debe al hecho de que sólo los mantendrán en sus cargos hasta que sean reemplazados por otros, elegidos por concurso, por lo que tan solo es cuestión de tiempo.

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El alto tribunal quiso quedar bien con Dios y con el diablo, pero el daño ya está hecho. Y es, que los saquen y los reemplacen por jueces militantes es solo cuestión de tiempo. ¿Cuánto tiempo? Depende, casi, exclusivamente, del apuro que tenga Cristina Kirchner. Pero eso no es todo, ya que con este fallo, una de las causas con más pruebas de la Argentina, los cuadernos de la corrupción, acaba de ser herida de muerte.

Esto se debe al hecho de que los jueces Bruglia y Bertuzzi habían confirmado el procesamiento de Cristina Kirchner y de un total de 71 grandes empresarios y ex funcionarios. Mientras que el juez Castelli tenía que seguir investigándolos, desde su lugar como juez del tribunal oral. Pero eso ya no sucederá. Y dejarán de avanzar todos los juicios de corrupción que involucren a funcionarios o amigos de la vicepresidenta debido a que los nuevos camaristas lo impedirán.

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El precedente que sentó la mayoría de la Corte Suprema es grave debido a que, de aquí en adelante, todos los jueces deberán cuidarse de investigar y juzgar la corrupción de la política. Cristina Kirchner les quería cortar la cabeza a esos jueces y los miembros del máximo tribunal los puso ahora en el cadalso en lo que terminó siendo un favor político enorme a la vicepresidenta que irá por todo con el fin de lograr su impunidad.

Y como si esto fuera poco, ayer el presidente Alberto Fernández se envalentonó a sabiendas de que la Corte Suprema fallaría como su gobierno pretendía, volvió a pedir a la Cámara de Diputados que se digne a discutir la Reforma Judicial. La misma que pretende colocar a la Justicia de rodillas ante los espurios intereses del oficialismo encabezado por Cristina Kirchner para salvarse a ella misma y a su entorno.

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El próximo domingo 8 de noviembre habrá una nueva marcha, en contra de lo que muchos ciudadanos consideran el principio del fin de la división de poderes y de la República. Es para evitar, aún frente a los hechos consumados, que una sola persona, Cristina Kirchner, condenada por corrupción, no se siga llevando al mundo por delante. Que ella y quienes la apañan encuentren un límite y no terminen de romper todo.

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