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La Cámpora y la Policía confirmaron que la agrupación K estaba al frente de la custodia de Cristina Kirchner en Recoleta

Lo declararon ante la Justicia los oficiales de la Federal y los militantes que estaban el día del atentado. Los testimonios expusieron los errores en la seguridad de la vicepresidenta.

cristina kirchner sale de su casa rodeada de sus custodios el día después del atentado
Cristina Kirchner sale de su casa rodeada de sus custodios el día después del atentado. El rol de la seguridad está bajo sospecha.
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Santiago Guiglielmoni, subinspector de la Policía Federal, se sentó ante el fiscal Carlos Rivolo y la jueza María Eugenia Capuchetti y empezó a contar los detalles de los segundos previos y posteriores al atentado contra Cristina Kirchner y dejó en evidencia que ese día al frente de la seguridad de la vicepresidenta estaba La Cámpora, la agrupación K que fundó su hijo Máximo. “Una vez arribado el móvil de la vicepresidenta al lugar, aproximadamente 20:40 horas, yo me encargué de abrirle la puerta y recibirla. En el momento en el que ella se acerca al caudal de gente, La Cámpora se encontraba realizando un cordón humano para que la gente de atrás no se abalance hacia ella”, reconoció el subinspector.

Pero su testimonio en la causa que investiga el intento de homicidio contra la vice no fue el único que ratificó que la custodia principal de la vice estaba en manos de la militancia. En el procesamiento que dictó la jueza Capuchetti contra Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte hay al menos una docena de testigos que revelan cómo era el verdadero dispositivo de seguridad que estaba en manos de La Cámpora.

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Entre los testimonios hay integrantes de la Policía Federal, de la custodia de la vice y de militantes que admitieron que eran parte de un “esquema de organización de guardia” frente a la casa de Cristina en Juncal y Uruguay para protegerla. Incluso este jueves, cuando habló ante curas villeros, la propia Cristina destacó el rol de protección que ejercieron los militantes ese día.

Todos esos testimonios volcados en el expediente revelan la seguidilla de errores que tuvo el operativo de custodia oficial a cargo de Aníbal Fernández y el jefe de la División Custodia Vicepresidencial, Diego Carbone. Los policías no solo no advirtieron lo que estaba pasando sino que reconocieron que la detención de Sabag Montiel y el hallazgo del arma fue gracias a los militantes. A pesar de las falencias evidentes, Aníbal Fernández aseguró que en el operativo de custodia “no falló nada”. 

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Diego Carbone, el jefe de la custodia de Cristina, no estuvo cuando la atacaron y llegó más tarde a la zona de Recoleta. Foto Enrique García Medina.

El subinspector Guglielmoni, en su testimonial, reveló más detalles de ese día. Admitió que no se dio cuenta de lo que estaba pasando y dijo que reaccionó luego de que la vice entró a su departamento. “Al instante que ella ingresa a su domicilio, veo tumulto en las inmediaciones donde hace minutos lo había visto. Cuando arribo al lugar exacto del tumulto, personal de La Cámpora refiere que en el piso había un arma de fuego”.

El ​comisario Jorge Pellegrino, integrante de la división Custodia Vicepresidencial, también reconoció ante el fiscal y la jueza que recién se dio cuenta del atentado cuando los militantes les dijeron que había un arma de fuego. “Me acerco y veo que la Sra. Vicepresidenta está agachada queriendo agarrar un libro. En ese momento, entre los partidarios de La Cámpora empezó un forcejeo… Nosotros habíamos entendido que habían tirado un libro. No se entendía bien que ocurría”, admite el comisario que debía cuidar a Cristina y agrega: “Los de La Cámpora empezaron a decir que había un arma tirada en el piso”.

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Los militantes de La Cámpora frente a la casa de Cristina Kirchner en una de las manifestaciones de apoyo. Foto Emmanuel Fernández.

Los errores de la custodia policial quedaron expuestos uno a uno en los testimonios de los oficiales. El comisario Guillermo Federico Gallo, integrante de la custodia de la vice y que estaba con ella cuando intentaron gatillarle en la cabeza, también le dijo a la Justicia que no vio a Sabag Montiel y el arma. “Comienza una gresca entre la militancia y se observa que se cae un libro por lo cual ella agacha la cabeza y manifiesta ‘se cayó el libro’. Una vez ingresada la mandataria en su domicilio yo me acerco al sector donde había estado pasando la gresca y me manifiestan que había un arma tirada en el lugar y una persona detenida sobre la calle Uruguay”, admite Gallo.

Desde el momento que Sabag Montiel intentó disparar hasta que Cristina entró a su casa pasaron 6 minutos. Si hubiera existido otro atacante la situación habría sido aún más grave. En ese lapso de tiempo los custodios nunca la evacuaron ni la pusieron bajo protección: caminó y siguió firmando libros.

El símbolo de la guardia de seguridad paralela de La Cámpora que custodia a Cristina Kirchner.

 La zona había quedado bajo control de la Policía Federal luego de que el juez Roberto Gallardo -muy enemistado con el PRO en la Ciudad- ordenó que la Policía porteña que conduce Marcelo D’Alessandro deje de custodiar la zona de Juncal y Uruguay donde vive Cristina.

Gallardo tomó la decisión luego del episodio de las vallas y tras la presentación de un amparo impulsado por la legisladora porteña del Frente de Todos Ofelia Fernández.

En el procesamiento hay más testimonios que revelan el rol de La Cámpora en el dispositivo de seguridad paraestatal para cuidar a la ex presidenta. Lo revelan los propios militantes que integran lo que denominan “esquema de organización de una guardia de custodia”.

Matías Fernando Larroca Coutinho, uno de los integrantes de la agrupación K, contó ante la Justicia que con otros “compañeros” participa del “esquema de organización de los ingresos y egresos dela Vicepresidenta” en su domicilio en Recoleta. En su testimonio cuenta que estaba con Federico García -que es concejal de Presidente Perón- y que fueron ellos quienes detuvieron a Sabag Montiel en lugar de las fuerzas de seguridad.

“Federico García lo agarra del cuello y yo de los brazos. En ese momento no vi el arma. Lo sacamos del lugar y lo llevamos hasta la puerta doble que da a la calle Uruguay. Ahí llamamos a la Policía Federal”, cuenta. En esos forcejeos golpearon a Sabag Montiel que quedó con un ojo morado. 

Los hechos que reveló a continuación también hablan del rol de La Cámpora como custodia y de la ineficiencia de la Policía en los primeros instantes tras el ataque. “Nos volvemos para Juncal y Uruguay y Federico pisa el arma de fuego que estaba en el piso. Yo no la alcance a ver, pero Federico me dijo que era un arma de fuego. Yo me ocupé de hacer un cordón para que no ingrese más gente. Después, la policía nos empezó a pedir los datos”.

El dispositivo de custodia de La Cámpora lo maneja Marcelo “Jirafa” Fernández. Es él quien junta a los militantes, organiza los pasillos de seguridad y los mantiene alerta de todo lo que pasa alrededor de la vice. Ese dispositivo estuvo activo desde que comenzaron las manifestaciones de apoyo frente al departamento de Cristina, pero también la acompaña desde hace tiempo a actos e incluso en sus visitas al Congreso.

“Jirafa” también declaró en el expediente. Su testimonio es de los más escuetos a pesar de ser el jefe de esa custodia paralela. “Veo un tumulto. Entonces voy corriendo a ver qué pasaba. La gente se abre y veo a dos compañeros que estaban agarrando a un masculino y la gente decía ‘tiene algo, tiene algo’. Entonces les dije que se lo llevaran y hablen con la policía”, contó Fernández que en esas pocas frases ante los investigadores evidenció que la Policía estuvo todo el tiempo en un segundo plano.

La causa del atentado ya tiene identificados a los autores principales del intento de homicidio. En paralelo, la Justicia indaga sobre los errores en la custodia. Tiene mucho trabajo por hacer. 

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