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La CGT rechaza un acuerdo de precios y salarios y ya pide un bono de fin de año

Tras los anuncios de Massa, en la central obrera avalaron la mejora en Ganancias, pero advierten por el deterioro salarial producto de la inflación y reclaman una compensación por la pérdida de ingresos.

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Para la CGT, no alcanza con la rebaja de Ganancias anunciada por Serrgio Massa
Descacharreo

Con gusto a poco recepcionó este domingo la primera línea de la CGT el anuncio del ministro de Economía, Sergio Massa, de la suba -desde noviembre- del piso salarial desde el cual los trabajadores deben pagar el impuesto a las Ganancias. Si bien en la central obrera admiten que la medida supone una mejora en los ingresos, afirman que en realidad beneficia a un universo reducido de trabajadores con sueldos altos y con mayor capacidad de recuperarse frente a la inflación.

“Desde #CGT recibimos con agrado la decisión del compañero ministro de economía @SergioMassa de subir el piso del impuesto a las ganancias a partir del 1° de noviembre. Lxs trabajadorxs son el motor fundamental de la economía, cuidar su salario tiene que ser prioridad”, afirmó Héctor Daer, uno de los triunviros de la central, en un mensaje a través de Twitter con el que avaló la decisión.

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No obstante, la escalada en la suba de precios y su impacto en los salarios de la mayoría de sus representados, que -en promedio- acumulan casi cuatro meses consecutivos de pérdida frente a la inflación, sigue concentrando la preocupación de la CGT y sus reclamos. Por eso, la insistencia en sus demandas para que el Gobierno garantice el pleno funcionamiento de las paritarias y a la vez avance en la definición del pago de un bono de fin de año generalizado que permita a los sectores más retrasados compensar el aumento de precios.

“Algo van a tener que anunciar, un bono general o un esquema de ese estilo, esperamos que lo estén evaluando”, remarcó a Clarín un referente de la cúpula cegetista en relación a la expectativa sindical sobre las medidas que analiza el Ejecutivo en línea con los reclamos de recomponer ingresos.

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El anuncio de Massa sobre el incremento salarial que determina al universo de trabajadores alcanzados por Ganancias no tomó por sorpresa a la dirigencia gremial. En la previa a su viaje a Washington, el ministro de Economía se había reunido con Pablo Moyano, el número dos de Camioneros y miembro del triunvirato cegetista, y le había anticipado que a su regreso se oficializaría un paquete de medidas, que incluiría la mejora impositiva.

La misma información recibieron -informalmente- otros caciques de la central. “Está bien la decisión, pero solo beneficia a un grupo muy chiquito y con salarios altos, para la gran mayoría faltan otras respuestas”, dijo uno de los gremialistas, cada vez más crítico de la administración de Alberto Fernández.

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También el bancario Sergio Palazzo, que tras cerrar su paritaria con un incremento del 94,1% había encabezado la presión sindical en el Congreso para acelerar la suba de Ganancias. 

En la conducción sindical, en cambio, enfocaron más la atención en el otro anticipo de Massa: la implementación de un nuevo esquema de precios para contener la escalada inflacionaria de los últimos meses, que golpeó fuerte sobre el poder adquisitivo de los salarios. “Los congelamientos por la fuerza no funcionan, sí creo en un trabajo acordado con las empresas de consumo masivo”, dijo el ministro respecto del nuevo programa, que prevé la fijación de precios de un amplio paquete de productos de la canasta básica.

El anuncio encendió entre los gremialistas el ruido que un par de semanas atrás provocaron las versiones sobre la intención de Economía de avanzar en un nuevo acuerdo de precios y salarios, resistido en la cúspide de la CGT. En su interpretación un pacto de esas características, como mecanismo para anclar expectativas y con ello contrarrestar la inercia del actual proceso inflacionario, solo es posible una vez que los salarios se alineen con la evolución que registraron los precios en los últimos meses.

No podemos pensar en un esquema así si venimos corriendo de atrás a la inflación. Los formadores de precios ya ajustaron para arriba, ahora es el turno de los salarios”, analizó otro dirigente sindical ante Clarín, que propuso considerar esa alternativa como sendero para el próximo año. Y añadió: “Ahora tenemos que asegurar que los salarios pierdan lo menos posible”.

Hasta Pablo Moyano coincidió en ese mismo rechazo pese a las diferencias que mantiene con el resto de la cúpula cegetista y que serán visibles este lunes en dos actos por separado para celebrar el Día de la Lealtad peronista. “¿Quien garantiza que yo congelo los salarios y los empresarios van a cumplir y congelar los precios? Es todo verso. Cuántos acuerdos se han hecho, de Precios Cuidados, y nadie los respeta”, criticó.

Ahora en la primera línea cegetista aguardan la convocatoria oficial que Massa anticipó este domingo para definir el alcance de la mejora en Ganancias entre otras cuestiones. Allí los gremialistas insistirán con la defensa de las paritarias -un mensaje que repetirán en el primer encuentro cara a cara que mantendrán con la nueva ministra de Trabajo, Kelly Olmos, previsto para el transcurso de la semana- y renovarán la presión por un bono de fin de año.

El Gobierno tiene que dar respuestas al pedido de un decreto para un bono o una suma de fin de año urgente para aquellos gremios que no tienen salarios muy altos. Son medidas para aliviar el bolsillo de los trabajadores”, reclamó públicamente Moyano hijo, en línea con el planteo que alienta el resto de sus pares de la CGT.

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