La Ciudad de Buenos Aires ya tomó una decisión: el 22 de octubre, cuando los porteños regresen a votar, no utilizará las máquinas electrónicas, ni tampoco sumará la boleta para jefe de Gobierno a las de las autoridades nacionales.
Se analiza utilizar una boleta corta de papel para Jefe de Gobierno. Se colocará un biombo de cartón y una urna exclusiva para autoridades locales y en la misma mesa habrá otro biombo con las boletas de las autoridades nacionales y otra urna.
“La decisión definitiva acerca de cómo se votará, de todos modos, se tiene que discutir con todos los involucrados”, dijo una alta fuente del gobierno de la Ciudad. Los hombres de Horacio Rodríguez Larreta están evaluando escenarios y hablando con los de Jorge Macri para analizar la mejor opción, luego de que la jueza electoral María Servini decidió romper el convenio entre la Ciudad y la justicia electoral para organizar las elecciones generales.
Esto se debió a lo que la jueza interpreta como incumplimiento de las autoridades de la Ciudad las tareas que habían asumido, dado que hubo muchos problemas derivados del uso de máquinas de boleta electrónica, cuestionadas por la justicia federal.
Servini enumeró casos de máquinas que no funcionaron, y se quejó de falencias técnicas y hasta desobediencia de la empresa MSA que proveyó las máquinas de los funcionarios judiciales.
Ante semejante denuncia ante la Cámara Nacional Electoral, en la que además sostuvo que votar de esta manera en octubre sería “una burla” a la ciudadanía, es que se resolvió dar de baja el convenio.
La Ciudad emitió ayer un comunicado en el que defendió el uso de la boleta electrónica y culpó a las autoridades de mesa por las demoras. De todos modos, dijo que estaba evaluando alternativas para votar el 22 de octubre.
El Instituto de Gestión Electoral, que es organismo porteño responsable de las elecciones locales, señaló que la decisión de Servini “torna abstracto el debate sobre la utilización de la Boleta Única Electrónica (BUE) en las próximas elecciones”. Otro modo de decir que no se usarán. Aunque aclararon que lo consideran “un instrumento válido y ha mostrado sobrados beneficios en las elecciones PASO del 13 de agosto”. Pero que ahora el Instituto “se encuentra abocado junto a las autoridades judiciales al diseño de un nuevo sistema”.
Más allá de estas apreciaciones, el Instituo de Gestión Electoral dijo que las demoras en los colegios porteños y las largas colas “en algunos casos fueron consecuencia de las dificultades que planteó la concurrencia con dos instrumentos, en otros por las demoras en las aperturas de las mesas, el alto ausentismo de autoridades de mesa y la no aplicación del sistema de voto simultáneo que se había aprobado para la ocasión”.
Dijo la Ciudad que “detectó fallas en 251 máquinas de votación” de las cuales 166 se repararon en el momento y otras 85 tuvieron que reemplazarse, “tarea que no demandó más de 5 minutos en cada caso”. Dijo que son solo el 2 % del total por lo que “no puede atribuirse a esas fallas las dificultades registradas”.
Y en cambio señaló que el problema eran las autoridades de mesa ya que en algunas mesas el voto era fluido porque “las autoridades aplicaban el sistema de votación simultáneo, en otras se generaron demoras porque sólo se permitía ingresar de a un votante”.
Dijeron que en 7 de las 1097 escuelas se votó hasta las 19.30 y que a las 21:30 “se ofrecieron los primeros resultados de la elección para las autoridades locales con el 70% de las mesas escrutadas”. Dijo que los resultados del voto electrónico estuvieron antes que el voto de papel y que seguirán trabajando con la justicia electoral en otro sistema que reemplace a las máquinas.