Una mujer de 23 años intentó realizar una compra de más de $ 10 mil en una farmacia ubicada en el centro, pero cuando fue a pagar, los empleados detectaron que usaba una tarjeta denunciada como robada.
Simulando un inconveniente de otro tipo en el proceso de pago, la entretuvieron en el lugar mientras uno de ellos acudía a contar lo sucedido a un policía que estaba de guardia en la zona.
Ya con presencia policial en el lugar, la mujer fue requisada, descubriendo que en su bolso llevaba otras tarjetas de crédito igualmente malhabidas, además de documentos, también obtenidos de manera ilegal.
Además, en el sistema de facturación de la farmacia, constataron que había realizado una operación similar a la que intentó concretar allí, en otra sucursal de la misma firma.
Y junto con los plásticos y documentos robados, aparecieron tickets de compras concretadas ese mismo día en otros negocios por un monto total superior a los $ 60 mil.
Ante esto, la Fiscalía de Delitos Flagrantes I dispuso su aprehensión y el secuestro de los elementos de prueba, hasta tanto se celebre la audiencia en la que se definirá su situación judicial.
