“Pedimos que nos expliquen por qué entraron así a nuestra casa, de quién era la orden y cuál era la causa (judicial). Queremos que respondan por los daños (materiales) y por la contención de mi hijo, quien quedó afectado”, manifestó Vanesa Martínez. Ayer, la joven madre, de 32 años, no había recibido aún respuestas oficiales o alguna explicación del procedimiento policial que había soportado, de manera equivocada, el viernes en su vivienda del barrio Soeme, en Las Talitas.
[su_highlight background=”#FAFA05″ color=”#000000″ class=””] Al rededor de las 22, una decena de “personas de negro, armadas y encapuchadas”, según describió, se bajó de los vehículos “no identificados” e ingresó a la propiedad, donde residen la muchacha, su pareja y sus padres. En el predio hay dos edificaciones separadas. [/su_highlight]
“Anoche vino el jefe de la zona, con dos o tres policiales. Dijo que venía a pedir disculpas en nombre de la institución policial, pero que ellos no tenían nada que ver (con el procedimiento), sino que era de la capital. Nos mencionó que no tenían ningún allanamiento o alguna medida previstos”, remarcó.
[su_note note_color=”#0A8C06″ text_color=”#ffffff” radius=”10″ class=””]Y prosiguió: “le respondí que las disculpas, lamentablemente, no me sirven. Mi hijo (de cinco años) quedó mal psicológicamente. Ayer (por el sábado) paró la camioneta y comenzó a llorar. Tenía mucho miedo. ‘Mamá, ¿nos van a matar? ¿Nos llevarán presos?’, me preguntaba. Jamás le enseñé a mi hijo que tuviera miedo a la Policía. Al contrario, le dije que es quien nos debe defender. Le decía que si se perdía o si le pasaba algo, que buscara a un policía para que lo ayudara. Ahora les tiene miedo”.[/su_note]
Martínez y su madre, Mónica Salazar, explicaron que no habían recibido ningún acta ni tareas de contención, tras el operativo. “Primero, me dijo que buscaban a una persona y me dio un apellido. Luego, otro agente me ha dicho que buscaban a tres que estaban relacionadas con el crimen del negocio (en Las Talitas)”, enfatizó Salazar.
El viernes, un grupo de policías rompió el portón, entre otros elementos, y avanzó por el patio de acceso. “Los policías ingresaron y ordenaron a mi marido y a dos primos, que estaban en el comedor, que se tiraran al suelo. Vi a mi hijo llorar y les dije que no me iba a tirar al suelo porque mi hijo estaba llorando. Les pedí que me lo trajeran. Uno de ellos me agarró del brazo y me tiró al piso. Me dejó un moretón”, relató la joven.
[su_note note_color=”#0A8C06″ text_color=”#ffffff” radius=”10″ class=””]Luego, los agentes se dirigieron a la casa principal, donde residen los padres de Martínez, y prosiguieron con el operativo. Al final, uno de los oficiales le dijo a la familia que se habían equivocado de lugar.[/su_note]
Luis Ibáñez, secretario de Seguridad, expresó ayer que esperan el “análisis operativo” del procedimiento, que elabora la Jefatura de Policía, para evaluar el caso. “En cada grupo de irrupción (allanamiento) hay un responsable interno, otro externo o de requisa. Está todo delimitado. Esa información será elevada a la Fiscalía que intervendrá en la causa”, explicó el funcionario.
Fuentes judiciales remarcaron que la denuncia de la familia, realizada en la comisaría de El Colmenar, ingresaría hoy a tribunales penales y que a partir de ahí se definirán la intervención de una de las fiscalías y la figura penal, que podría encuadrar en “violación de domicilio”. Sin embargo, tanto el vocero judicial como el secretario de Seguridad coincidieron en que en este tipo de acciones, es decir, en el marco de investigaciones criminales, existe “un margen de error” en el procedimiento.
