“El narcotráfico nos preocupa mucho”, admitió el presidente Alberto Fernández en la última reunión del Consejo de Seguridad Interior frente a representantes de la DEA, el FBI y organismos europeos. En ese mismo encuentro, el Grupo Operativo Conjunto (GOC) NOA,en el que participan las cuatro fuerzas federales y la agencia antinarco estadounidense, presentó el hallazgo de la mega plantación de marihuana cerca del límite entre Jujuy y Salta. Lo consideraron un caso paradigmático.
Fuentes vinculadas al procedimiento, que se ejecutó en febrero, indicaron que la finca narco generó inquietud debido a sus dimensiones y a su ubicación, un terreno de difícil acceso. Aunque creen que se trató de una audacia de un grupo de jóvenes de Jujuy que vio la oportunidad y que es probable que no se repita, no descartan que su ejemplo sea seguido por otras organizaciones.
No se trata de la primera plantación de gran envergadura encontrada en el país: en abril de 2019, Gendarmería encontró una plantación de 70 por 70 metros con un aforo aproximado de $7.421.000 en un predio del Ejército, cercano a Puerto Iguazú. Pero el procedimiento en Salta marcó “el secuestro más grande de marihuana plantada a cielo abierto en el país”, detallaron.
Al mismo tiempo, llamó la atención la “ingeniería” con la que contaba la banda jujeña que usó la finca “Chalcanio”: instalaciones para el secado, para cosecha, para la elaboración de cogollos, entre otros mecanismos para la producción en gran escala, tal como sucede en Paraguay,un país considerado como “productor”.
También, fue toda una sorpresa para los investigadores toparse con la finca, cerca de la Ruta Provincial 122, a unos 7 kilómetros de la entrada de Monterrico (Jujuy) y emplazada en el departamento de la Caldera (Salta). Hasta ese momento, los cultivos de marihuana, presumiblemente de narcos paraguayos, habían sido detectados cerca de la frontera en Misiones.
Incluso, días después del allanamiento en la finca de marihuana, Gendarmería desmontó otra plantación, mucho más pequeña en esa provincia con 151 plantas.
En tanto, desde el Ministerio de Seguridad, a cargo de Aníbal Fernández, destacaron el trabajo conjunto entre Gendarmecría, PSA, Prefectura y la policía de Salta junto a la DEA en el hallazgo del sembradío de la finca “Chalchanio”, que fue Las Pavas, junto a un cerro. “Es un terreno con desniveles, ellos habían sembrado en los niveles más bajos”, explicaron.eguridad Interior.
La finca de marihuana: semillas de Estados Unidos, plantas de dos metros y barreras naturales
Los detectives que trabajaron en el caso sospechan que la que encontraron, a punto de ser cosechada, no era la primera producción de la finca “Chalchanio”, ubicada a una distancia de 4 kilómetros del límite interprovincial, que marca el río Las Pavas, junto a un cerro. “Es un terreno con desniveles, ellos habían sembrado en los niveles más bajos”, explicaron.
Los agentes secuestraron 2.515 plantas de cannabis sativa de una altura promedio de dos metros; 7.205 plantines; 1.008 plantines en ferminación; 305 gramos de semillas; 71,395 kg de cogollo y los elementos básicos para el cultivo (como insectividas y regaderas) y para el procesamiento (picadoras, bolsas, tijeras, entre otros).
La investigación, que comenzó en agosto del 2021, contó con la colaboración de todas las fuerzas federales, la DEA y la policía de Salta nucleadas en el GOC. Con la intervención de la Procunar reginal NOA, a cargo del fiscal Eduardo Villalba, se realizaron incursiones a pie por el monte jujeño/salteño y se usó un drone para realizar tomas fílmicas y fotográficas de la zona cultivada.
La cartografía que habían obtenido los detectives no estaba actualizada, por lo que debieron solicitar la ayuda de la División Análisis Geográfica Delictual de la Dirección de Inteligencia Criminal de Gendarmería, para que aporte mapas actualizados de la zona.
El terreno que ordenó allanar la jueza federal de Garantías Mariela Giménez era de difícil acceso de varios kilómetros por caminos del tipo sinuoso, rocosos, con desniveles y alturas, con espesa vegetación y para allanar, los agentes debieron cruzar dos ríos que, por las intensas lluvias, crecieron e impidieron su salida y el traslado del material secuestrado.
Los trabajadores de la finca Chalcanio: dos mil pesos por día y horas extras
La investigación determinó los roles de los detenidos. En lo más alto de la pirámide, los líderes Víctor Nicolás Farfán y Sergio Humberto Salum, aportaban la materia prima, el dinero para los salarios y organizaban horarios, transporte y comida de los trabajadores. Ambos, de buena posición económica, se negaron a declarar en la audiencia en la que la fiscal auxiliar Mariana Gamba Cremaschi detalló las imputaciones.
Luego, ubicaron a los coordinadores de la finca: Juan Andrés “El Morsa” Berruezo, propietario del predio, controlaba al personal y pagaba los salarios. Su mano derecha, Jonatan Emanuel Garzón, controlaba el trabajo en la siembra y el cultivo de cannabis.
Por último, Gustavo Carlos Segovia, José María Segovia y Rodrigo Martín Guillermo Coronel trabajaban la tierra a cambio de dos mil pesos por día, con un plus por horas extra.
Ante el pedido de la fiscalía, la jueza Giménez ordenó la prisión preventiva de todos los detenidos.