La suba de precios estuvo por debajo del rango esperado por los analistas privados
Lentamente, marcando un camino hacia la modificación de la política cambiaria que delineó el Gobierno en el corto plazo, la inflación de noviembre se volvió a desacelerar y marcó un 2,4%, según el Indec. De esta manera, reflejó el registro más bajo desde julio de 2020, en plena cuarentena de coronavirus, precios máximos y derrumbe de la actividad.
El presidente Javier Milei había anunciado -luego del dato de octubre de 2,7%- que si sumaba dos meses más con una inflación similar bajaría el llamado crawling peg [la microdevaluación mensual del dólar] del 2% al 1%. Analistas económicos esperan que la suba de precios de diciembre también esté por debajo de 3%.
“Si le restamos la inflación inducida (devaluación prefijada + la inflación internacional), la inflación monetaria viene viajando al 0,2% mensual, esto es, 2,4% anual. De confirmarse dos meses más esta inflación se bajará la devaluación mensual al 1%”, posteó Milei en X el 12 de noviembre pasado, cuando el Indec dio a conocer el número de octubre.
Si le restamos la inflación inducida (devaluación prefijada + la inflación internacional), la inflación monetaria viene viajando al 0,2% mensual, esto es, 2,4% anual. De confirmarse dos meses más esta inflación se bajará la devaluación mensual al 1%.
VLLC !!!
JM pic.twitter.com/hg69cbG43g— Javier Milei (@JMileiElecto) November 12, 2024
Quienes había participado del último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) esperaban una inflación mensual de 2,8% en noviembre. Para este mes, se proyectaba una décima arriba (2,9%), teniendo en cuenta que se trata de un período con alta estacionalidad. La inflación porteña había marcado esta semana un 3,2%, igual al de octubre.
Para el año, las 29 consultoras y centros de investigación locales e internacionales y 13 entidades financieras de la Argentina que participan de la encuesta que realiza el Banco Central esperaban un alza de alrededor de 120%. El último año de Alberto Fernández y Cristina Kirchner (2023) había terminado con la mayor suba de precios en más de tres décadas (211,4%).
“Hace exactamente un año, la tasa de inflación viajaba a un ritmo del 17.000% anualizado en el índice mayorista”, dijo ayer el presidente Javier Milei en su discurso para celebrar su primer año al frente del Gobierno en cadena nacional
“Nos habían plantado una hiperinflación que, dadas las condiciones sociales en las que ya se encontraba la Argentina, iba a dejar un tendal de miseria nunca antes visto. Ni el Rodrigazo, ni la Híper del 89, ni el 2001, ni dichas tres crisis juntas. Hoy, ese mismo índice de precios mayorista marcó un 1,2% para el mes de octubre, y sigue bajando. Estamos cada día más cerca de que la inflación sea poco más que un mal recuerdo”, afirmó.
“Estamos entrando a un año de baja inflación, alto crecimiento económico y, en consecuencia, un crecimiento sostenido del poder adquisitivo de los argentinos, algo que hace décadas los argentinos no viven”, prometió el Presidente. De hecho, LA NACION contó hoy que el salario real promedio de los trabajadores privados registrados traspasó por primera vez en octubre pasado el nivel que mostraba en noviembre de 2023, antes de la devaluación.
Sin embargo, Empiria informó días atrás que el ingreso disponible en un hogar promedio del AMBA cayó 13,9% entre noviembre de 2023 –antes de la asunción del Milei– y septiembre de 2024. Es que, más allá de la suba de salarios, los gastos fijos (transporte, electricidad, gas, luz, agua, expensas, alquiler, todos consumos difíciles de ‘ajustar’ aunque aumenten sus precios) crecieron 35,2% en términos reales. Esto quiere decir que el ‘saldo disponible’ para otros consumos de las familias (alimentos, vestimenta, esparcimiento) aún está “seriamente afectado por la recesión”.
La reducción de subsidios a los servicios públicos y los aumentos asociados en tarifas (entre 60% y 92% real subieron el transporte público, la energía del hogar y el agua), los incrementos en las expensas (+15% desde noviembre) y el alquiler (+24%) “absorbieron la recuperación en los ingresos de los hogares que comenzó en abril”, indicaron en Empiria.
Más allá de lo que ocurra con los ingresos, el BCRA viene dando señales de que la inflación seguirá su camino de desaceleración. De hecho, anunció el jueves pasado que volvió a bajar su tasa de política monetaria, de 35% a 32%. “Esto tiene que ver con una señal de tasas con relación a la inflación”, contó una fuente oficial sobre esa decisión.
Si efectivamente se confirma que el IPC de diciembre se mantiene en los niveles de octubre y noviembre, la entidad que conduce Santiago Bausili podría desacelerar la devaluación mensual, apostando apalancar aún más los precios, e incluso podría determinar una nueva baja de tasas con la intención de comprimir las ganancias que dan las tasas implícitas positivas en dólares, el llamado carry trade (uno de los principios de la estabilidad actual más allá del ancla fiscal).