El dato del 7% que acumuló la inflación en agosto y la perspectiva, cada vez más firme, que la suba de precios anual alcance finalmente el 100% puso en alerta a toda la dirigencia gremial, que aceleró sus pasos en la apuesta a activar anticipadamente las revisiones previstas en su respectivas paritarias para compensar el deterioro salarial de los últimos meses. El objetivo, compartido entre sindicatos de la actividad privada como del sector público, es llevar los aumentos cerrados hasta ahora, que promedian entre el 60% y 65%, a un piso en torno al 80% y con la alternativa de forzar una nueva reapertura antes de que culmine el año si se mantiene la actual dinámica del proceso inflacionario.
Un guiño oficial de la última semana alimenta la estrategia sindical para presionar por la revisión de los aumentos hacia un esquema de subas promedio del 80%. El Gobierno propuso a los gremios docentes con representación nacional elevar al 82% el incremento del piso salarial de la actividad, que luego deben replicar el resto de las provincias.
A su vez, los sindicatos que nuclean a los estatales nacionales, UPCN y ATE, esperan una convocatoria inminente del Ejecutivo para reabrir las negociaciones, en las que pedirán adelantar los dos tramos de la suba de 60% previstos inicialmente para enero y marzo de 2023 y discutir una mejora adicional que compense la aceleración de los precios del último trimestre. “Estamos corriendo otra vez desde atrás a la inflación”, reprochó un jefe sindical del sector preocupado por la demora en la renegociación del aumento.
La misma inquietud comparten los gremios del sector privado, que también optaron por presionar por la revisión de sus acuerdos aún antes de los tiempos previstos. Así, el último jueves, apenas horas después de conocer el dato de la inflación de agosto, el titular de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, el sindicalista más cercano a la vicepresidenta Cristina Kirchner, reclamó en una nota formal adelantar un mes la reapertura de su paritaria con el argumento de que “el proceso inflacionario, en forma anualizada, ya ha rebasado el porcentaje de aumento salarial convenido”. Los bancarios acordaron en mayo con las entidades financieras una mejora anual escalonada de 60% y ahora la pretensión es estirar ese incremento hasta por lo menos el 80%.
Ese parámetro tiene antecedentes importantes en tres revisiones paritarias convenidas en agosto: los trabajadores agrupados en la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (Utedyc) llevaron su incremento original al 82,2%, el personal de seguridad representado por Upsra negoció un aumento en cinco tramos que totaliza 85,7% y los empleados de YPF nucleados en el Supeh cerraron una suba de 80% además de un bono de $100.000 a pagar en dos cuotas. Apenas por debajo de ese esquema se definió hace diez días la primera reapertura del convenio de la Uocra que elevó del 62% al 76% el incremento salarial anual, pero con la expectativa de retomar las negociaciones en noviembre para convenir una suba para último bimestre del año.
Aunque aún no está definido, el sindicato que agrupa a los trabajadores de la industria de la alimentación está en plena discusión de su convenio, cerrado en mayo con un aumentos en 4 tramos de 59%. Desde el sector empresario plantearon la alternativa de adelantar el pago de las cuotas previstas para noviembre y febrero próximo, pero en el gremio presionan por incorporar una suba adicional en línea con los parámetros del 80% que negocian en otras actividades.
En las próximas semanas el listado de reapertura se ampliará notablemente. Héctor Daer, uno de los miembros del triunvirato de conducción de la CGT, se pondrá el frente de la renegociación de la paritaria de Sanidad, que cerró inicialmente con una suba de 60%, en tanto que el Smata, el gremio de mecánicos que lidera Ricardo Pignanelli, discutirá con las terminales automotrices el aumento salarial correspondiente al cuarto trimestre del año. A su vez también comenzará el proceso de revisiones en las paritarias de trabajadores de estaciones de servicio, industria del cuero y la actividad de los seguros.
Una instancia clave será desde los próximos días la nueva discusión que librará el sindicato de Camioneros, que lidera Hugo Moyano, que había cerrado con las cámaras empresarias un acuerdo semestral del 31% en dos tramos. La intención del moyanismo es garantizar que el entendimiento para el nuevo semestre contemple el impacto de la aceleración de la inflación y asegure que la mejora no quede licuada por la suba de precios de los próximos meses.
En ese escenario el caso de Comercio podría constituir otra novedad. Si bien se cerró a fines de agosto una revisión que adelantó el pago de las cuotas del acuerdo previstas originalmente para enero, tras la renovación de autoridades del sindicato, que culminaron con la nueva reelección de Armando Cavalieri por otro mandato de 4 años, el gremio analiza la alternativa de pedir una nueva reapertura para antes de fin de año para convenir una recomposición adicional.
La presión sindical en el marco de las paritarias es la reacción previsible ante la propia admisión oficial sobre las dificultades para contener la suba de precios. El año culminará con una inflación de “entre 90% y 100%”, aceptó este domingo José Ignacio de Mendiguren, secretario de Industria y uno de los principales colaboradores del ministro de Economía, Sergio Massa, en declaraciones radiales.
Aunque reiteró que el Gobierno está decidido a garantizar su promesa de que los salarios superen a la suba de precios. Los propios datos oficiales por ahora no se condicen con esa promesa: en el primer semestre los sueldos crecieron nuevamente por debajo de la inflación, marcando un deterioro del poder de compra que golpeó especialmente a los trabajadores del sector informal de la economía.
