Si no se tratara de un tema tan delicado y que se cobra a diario la vida de ciudadanos tucumanos, pareciera que las declaraciones del gobernador sobre la inseguridad fueran una burla o un chiste sin gracia. Y es que manifestó que “la inseguridad es un tema que nos ocupa y nos preocupa mucho”. ¿Acaso toma por tontos a los habitantes de una provincia que no para de contar muertes día a día a manos de delincuentes y asesinos?
Suelto de cuerpo, en el marco de una recorrida de obras ayer por la mañana en Yerba Buena tuvo que enfrentar a la prensa que le hizo ver que una encuesta dejó en claro que la crisis en materia delictual genera más aflicción en la comunidad que la emergencia por la pandemia de coronavirus. Y es que esto no debería de llamar la atención si se considera el hecho de que la inseguridad implica más muertes que el COVID-19.
Lejos de realizar alguna especie de autocrítica, Manzur se fue por la tangente y valoró la labor conjunta con el intendente de Yerba Buena, Mariano Campero. ¿Acaso se tratará de un acercamiento en agradecimiento por cómo el mandatario municipal viene erosionando a la oposición? Incluso, el gobernador resaltó la supuesta coordinación entre las fuerzas provinciales y municipales de Yerba Buena.
Una vez más, parecieran burlarse de los ciudadanos, justo luego de que desde este medio resaltáramos el hartazgo que sufren los yerbabuenenses que manifestaron que el doble robo a los bomberos voluntarios de la Ciudad Jardín son el síntoma de la enfermedad endémica en que se convirtió la inseguridad. Lejos de esta realidad, Manzur sólo atinó a destacar la supuesta inversión en recursos humanos y tecnológicos, como las cámaras de seguridad.
Las mismas cámaras que no son capaces de identificar a los ladrones que roban en el cuartel de los bomberos voluntarios de Yerba Buena. Y que tampoco sirven para la prevención de los actos delictivos. Mientras tanto, Manzur repetía antes la prensa que la inseguridad “es un flagelo”, como si eso no lo supiese de sobra el pueblo tucumano. Es como si el gobernador creyera que su puesto es el de un simple espectador de la realidad.
“Todos los días tenemos que redoblar los esfuerzos. Estamos trabajando denodadamente en toda la provincia de Tucumán”, expresó ayer, admitiendo que lo realizado hasta aquí no sirvió de nada. Pero también miente cuando asegura que trabajan a fondo para resolver el problema de la inseguridad cuando a diario se cuentan los muertos a manos de delincuentes que son capaces de gatillar a quemarropa por una cartera o un celular y a pleno día.
Declaraciones de este estilo no hacen más que hablar de la falta de empatía de parte de la clase política, sobre todo, de parte del oficialismo provincial encabezado por Juan Manzur, el mismo que no hace otra cosa más que proteger al incapaz de Claudio Maley, un ministro que sólo sabe hacer silencio cuando más hace falta la presencia en serio de un ministro de Seguridad que brinde respuestas a la sociedad, y no que se escude detrás del gobernador de la provincia.