Una semana trágica vivió Tucumán cuando apenas atravesamos la primera mitad del mes de agosto. Y es que no solo nuestra provincia atraviesa los peores momentos en materia de la pandemia de coronavirus. La otra pandemia, la de la inseguridad, se reinstaló nuevamente con la fuerza de una violencia que provocó muertes a manos de delincuentes que no le temen ni al COVID-19, ni a las autoridades gubernamentales que brillan por su ausencia.
En ese marco, la sociedad asistió a un nuevo asesinato de un productor agropecuario a manos de ladrones que no dudan en quitar la vida de sus víctimas con tal de salirse con la suya. La propia Sociedad Rural Argentina (SRA), emitió un sentido comunicado en la que dio cuenta de las sensaciones que embargan a la ciudadanía tucumana. “La credibilidad se ha perdido; la inseguridad ha ganado una nueva batalla”, dice el texto.
Y es que, tal y como manifiesta el documento dado a conocer a la opinión pública, la sociedad está descreída de los tres poderes de la república a la hora de hacerle frente al flagelo de la inseguridad, la violencia y la delincuencia. Se trata de un combo mortal que inocula miedo en la ciudadanía, al tiempo que interroga a los funcionarios del Gobierno, en general, y del área de Seguridad, en particular, cuya cabeza visible es el ministro Claudio Maley.
Además, una joven sufrió un disparo que la tiene luchando entre la vida y la muerte, luego de que dos adolescentes la atacaran mientras esperaba el colectivo. Debido a que los malhechores no pudieron quedarse con la cartera de la mujer, le dispararon sin ningún tipo de remordimiento a la altura del estómago. El hecho tuvo lugar en Villa Amalia, lugar donde los vecinos están hartos de soportar episodios como este a diario, como toda la sociedad tucumana.
Los asaltantes, se movilizaban en una motocicleta, dejando en claro, una vez más, que la ley antimotochorro no sirvió para nada. No en vano, durante la semana la provincia se enteró de la falta de reglamentación de esta norma por parte del Poder Ejecutivo. Y es que la aplicación de la misma es imposible y viola derechos constitucionales básicos. Una vez más, la improvisación es moneda corriente entre la clase política que nos gobierna.
Asimismo, los robos también se encuentran a la orden del día. Tal es así, que en San Miguel de Tucumán, sustrajeron una mochila cargada con USD 50.000 mediante un clásico ataque de los llamados “rompe vidrios”. Otra de las modalidades delictivas a la que el Gobierno de Manzur no le encuentra la vuelta tampoco. Mientras tanto, la respuesta del oficialismo solo pasa por meros reacciones espasmódicas a la hora de encarar el problema de la inseguridad.
Y es que creen que dotando de un supuesto equipamiento moderno a las fuerzas de seguridad se podrá revertir una situación como la de la inseguridad que empeora día a día.
[su_note note_color=”#0A8C06″ text_color=”#ffffff” radius=”10″ class=””]Mientras no se establezca una política de seguridad por parte del Poder Ejecutivo, mientras no se sancione leyes efectivas por parte de la Legislatura, y mientras la Justicia continúe siendo una puerta giratoria para los delincuentes, no habrá forma de solucionar esta problemática.[/su_note]