El Presidente ya mira el tablero electoral del 2025 y generó un sacudón en todos los bloques con una acción premeditada. La reunión secreta de Karina Milei y las negociaciones por las sesiones extraordinarias.
El miércoles a las seis de la tarde, la diputada Silvia Lospennato reactivó un chat grupal que ella misma había creado una semana antes. Se llamaba “Sesión FL” y entre sus integrantes estaban todos los presidentes de los bloques que mayoritariamente apoyaban el proyecto de Ficha Limpia: “Buenas, hay mucha ansiedad por la sesión de mañana. ¿Podrían estimar cuántos de cada bloque estarían presentes?”. La respuesta a esa pregunta fue una seguidilla de mensajes confirmando asistencia. Nicolás Mayoras, de la Libertad Avanza, escribió con seguridad: “Estamos todos menos Pagano. Somos 38″. Marcela Pagano hace quince días ya no va a trabajar por su embarazo en término. Con el recuento hecho, Lospenatto concluyó: “Con estos números y si no hay imprevistos, mañana tenemos aprobación en Diputados”. La diputada volvió a chequear el número a las 9.30 de la mañana de ayer. Todos confirmaron presencia. Sin embargo, se sabe, no hubo ni aprobación ni sesión. Pasaron cosas.
José Núñez, diputado santafesino del PRO, llegó al Congreso de la Nación el jueves temprano preparado para sentarse en su banca. Núñez es el legislador que la semana pasada había faltado impidiendo que hubiera quorum para el primer intento de sesión de Ficha Limpia. “Me atasqué en el tráfico, calculé mal el viaje desde Rosario a Buenos Aires”, se justificó. Pidió disculpas y prometió presencia esta semana. Eligieron creerle y él cumplió. Pero cuando faltaban 15 minutos para las diez de la mañana -la hora de inicio de sesión- , sonó su celular y escuchó un pedido: “Necesitamos que no bajes”. La orden se la dio una dirigente de su partido a la que no desobedecería jamás. Disciplinado, Núñez le avisó al jefe del bloque PRO, Cristian Ritondo, que no iba a estar en su banca. A partir de ahí, se esfumó. No contestó ni uno de los llamados frenéticos que le hacían desde el recinto. Una situación particularmente similar vivió el otro santafesino ausente del PRO, Gabriel Chumpitaz. Nunca apareció. Son dos legisladores que jamás harían algo fuera del foco de las jerarquías partidarias. Dos rosarinos de bajísimo perfil dispuestos a inmolarse por una orden política. Hay mucho misterio y paranoia.
La reunión secreta de Karina Milei
Sucedió entonces una coreografía muy particular de interpretaciones disímiles. Porque desaparecieron como en cuentagotas legisladores de todos los bloques comprometidos a votar, no sólo del PRO: de la Libertad Avanza fueron 8, dos del PRO, tres radicales y un grupo más del sur. Ejemplos deliciosos: el diputado libertario que dijo que no pudo estar porque se indigestó con fiambre pero estaba adentro del Congreso o la diputada radical Mariela Coletta, que, embarazada, había participado el miércoles hasta última hora en la sesión para combatir la ludopatía pero se ausentó ayer. Ella es una incondicional de Emiliano Yacobitti.
En el caso del PRO, es cierto que romper el bloque es lo único que les falta para debilitarse, pero es curioso que Macri, que después de espantarse por la falta de convicción en la lucha contra la corrupción de la política, pidió, volando a Qatar (adonde verá correr a Franco Colapinto, entre otras misiones), que Ritondo se reúna con los dos diputados ausentes díscolos para escuchar sus explicaciones. Parece poco para un desplante tan desprolijo. Un proyecto con la bandera del PRO que buscaba aprobar desesperadamente y dos de los propios no aparecen.
¿Con qué argumento los convencieron? ¿Quién los convenció?
Llamó la atención la presencia de Karina y Lule Menem el miércoles al atardecer mientras se discutía el proyecto de Ludopatía. Había crecido el rumor de que la próxima semana, cuando se definan las autoridades de Diputados para 2025, el peronismo había mandado a decir que si aprobaban ficha limpia -lo que expondría a Cristina a no ser candidata-, conseguirían los votos para que Emilio Monzó, expresidente de la Cámara durante el macrismo e integrante del bloque que lidera Pichetto, reemplace a Martín Menem en la Presidencia del cuerpo. Son rumores de palacio, pero llenos de anécdotas concretas y de movimientos visibles.
Los chats de Milei y Lospennato
En el vínculo humano, el PRO quedó todo roto. A Lospennato, una diputada de trayectoria y mucha solidez, que lleva años intentando conseguir que el proyecto para impedir que personas condenadas no puedan ser candidatas, le bajó la presión, vomitó, dijo sentirse “burlada” en un discurso con la voz quebrada. Su indignación atravesó las pantallas. En algún momento, en la Rosada entendieron que era demasiado. ¿Cuál es, aún hoy, la explicación para ausentar a ocho legisladores propios en un proyecto que perjudica a condenados como la expresidenta Cristina Kirchner? Anoche en TN, Guillermo Francos, dijo que les parecía que podía sonar a proscripción. Son argumentos impensados para un libertario.
A la noche, el Presidente le mandó unos chats a Lospennato proponiéndole trabajar juntos en una ficha limpia “con esteroides”. Ella agradeció, se puso a disponibilidad y se fue a dormir.
Están sucediendo partidas simultáneas aceleradas por el fin de año y la inminencia de la competencia electoral. Es un laberinto lleno de picardías, pero que merece ser recorrido para entender. Lo de ayer sólo expuso esas corrientes subterráneas. Hay altas dosis de pragmatismo y paranoia en todos los frentes. Diversos partidos con definición abierta. Macri no habla desde hace varias semanas ni con Milei ni con Caputo. Jorge Macri ya no sabe qué pensar de los libertarios en la Ciudad. La situación llegó a tal punto que la semana pasada se juntó a solas con Karina en la Rosada para emprolijar el funcionamiento de la legislatura de la Ciudad y arreglaron una reunión grupal que sólo mostró desconfianza y tensión.
Las sesiones ordinarias se terminaron. El Gobierno negocia con mano dura el temario que se tratará en las sesiones extraordinarias. Sin dudas, estará la discusión de retirar las PASO, una votación que el PRO detesta, pero que el peronismo apoya. De hecho, había acuerdo en este punto entre peronismo y oficialismo. Paso por Ficha Limpia. “All in, all the time”, decía esta semana la persona más relevante en las decisiones estratégicas de la Rosada, emulando frases que usan los grupos de operaciones especiales estadounidenses. “Con todo, todo el tiempo”. Una conceptualización que CFK adoraría.
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¿Qué va a pasar con los jueces de la Corte? Llevaría muchas páginas detallar uno a uno todos los bordes institucionales que se están barajando en este tema. Cristina cantó truco y le hizo firmar a la senadora Corpacci el último voto que faltaba para que Ariel Lijo tenga la posibilidad de ser votado en el recinto como juez de la Corte. Lijo, sí; García Mansilla no, es la reiteración del mensaje. El Gobierno cantó retruco asegurando que los designará por decreto. Ella cantó vale cuatro diciendo que el 1 de marzo, cuando empiece el año legislativo, voltearán los pliegos de los dos. ¿Aceptarían lijo y Garcia Mansilla ser jueces por tres meses?
Axel, Cristina, Máximo y Massa
El peronismo está en su proceso de ordenamiento interno. Sergio Massa encontró el lugar de moderar, otra vez, entre Cristina y sus tensiones. Antes, con Alberto; ahora con Kicillof. Lo está logrando. Se está construyendo una ingeniería electoral para desarmar las PASO provinciales también, desacoplar las elecciones bonaerenses de las nacionales. Es win win. Ella capitaliza sus votos en las nacionales y Axel, en las de Buenos Aires. Massa es pacificador de esta gestión.
Son todos protagonistas de la política peronista que claramente ya no incluye al que era Presidente hasta diciembre pasado. Se lo vio por primera vez en cuatro meses a Alberto Fernández, después del escándalo de la denuncia de Fabiola Yañez. Fue como imputado a Comodoro Py por una causa de corrupción. ¿Dónde estuvo todo este tiempo? recluido en Puerto Madero, en el departamento que le presta Pepe Albistur y del que no sale nunca. Jamás. No ve el sol. Se notó en la foto que se publicó cuando fue tribunales. Pálido y cercado. Así pasa sus días.