El microcentro tucumano comienza a registrar más circulación de gente, pese a que aún rige el aislamiento preventivo y obligatorio para evitar la propagación del coronavirus. Esto se debe a que muchas personas salen de sus casas para pagar los servicios antes de que se venzan.
Ante esto, y al verse desbordado por la cantidad de público en las calles, el fiscal Carlos Picón ordenó a la Policía que regule la situación en los lugares donde se abonan las facturas.
Entre las medidas que estableció, pidió a los agentes que en cada establecimiento -como ser Rapipago o Pagofácil- vayan y acomoden las filas. Además, como ocurre en los bancos, que se pongan sillas a las personas mayores; y que traten de evitar que se violen las normas de seguridad.
Es que desde hace días que se ve en los distintos lugares que muchas personas no respetan la distancia de más de un metro. Y que no todos tienen barbijos. Pero tampoco se veía a fuerzas de seguridad organizando esas filas según las pautas para mitigar las posibilidades de contagio. Por eso es que la Justicia ordenó que se regule la situación.
Según las personas que están en las filas, no quieren que se les acumulen las facturas y después no poder pagarlas, cuando termine la cuarentena. “Tengo ahora, pago ahora”, es lo que piensan. Tampoco están familiarizados con el pago con tarjetas de crédito o de débito ni han considerado que un familiar cercano lo pague de esa manera por ellos. Pero sobre todo, no quieren arriesgarse a pagar intereses sobre facturas que, de por sí, son pesadas de pagar.