Juan Manuel Urtubey tiene todas sus energías enfocadas en la campaña de Consenso Federal. “O soy vicepresidente o me voy a mi casa”, remarca. Se manifiesta muy confiado del espacio alternativo que está construyendo junto al precandidato a presidente Roberto Lavagna recibirá el apoyo necesario como para disputarle al macrismo o al kirchnerismo el sillón de la Casa Rosada en una eventual segunda vuelta. “La mitad de los argentinos sabe que no quiere saber nada ni con Mauricio Macri ni con Cristina Fernández de Kirchner”, remarca en una entrevista con LA GACETA.
El mandatario salteño estuvo ayer en Tucumán para encabezar un acto junto a los referentes locales del espacio (se informa por separado). Luego del evento, hizo un lugar en su agenda para explicar por qué considera él ya pasó el tiempo de la polarización y es necesario construir sobre el consenso. “El Gobierno actual, lamentablemente, lo único que ha podido hacer en el transcurso de este tiempo, por muchísimos factores, fue profundizar una política de ajuste muy fuerte. Y el kirchnerismo, está claro que todavía tiene que resolver centenas de causas de corrupción, con gran parte del gabinete en prisión, otros gracias a los fueros libres… No es fácil pensar en un país que vaya adelante que se construya sobre esa dialéctica, entre ese extremo y el otro. Me parece un exceso”, explica.
– En su discurso insistió con que no todo tiene un precio. ¿A qué se refiere?
– La distintos polos del poder de Argentina, tanto Cambiemos como el kirchnerismo, apostaron a desarticular una tercera vía que pueda ser una instancia superadora de esta crisis. Y nosotros les hemos demostrado que la Argentina todavía tiene espacio para gente que pueda tener la voluntad de construir algo diferente a lo que le quiere ofrecer el poder.
– En su espacio se hace hincapié en la antipolarización…
– Me parece que prácticamente la mitad de los argentinos, un poco más, un poco menos, sabe que no quiere saber nada ni con Macri ni con Cristina. Nuestro desafío es ofrecer una alternativa. Nuestro desafío es que la sociedad, que sabe que quiere ir a un lugar diferente al que lo lleva el Gobierno o al que lo quiere volver a llevar el anterior Gobierno, sepa que tiene una salida, que es para adelante. Creo que eso es lo que podemos ofrecer nosotros.
– ¿Pero va a ser suficiente ese discurso ante posiciones quizá más marcadas?
– La Argentina está viviendo una profunda crisis. Nuestro candidato presidente es la persona que sacó a la Argentina de la peor crisis económica de los últimos 50 años. Entonces, evidentemente, tenemos el candidato, la fuerza política y, en definitiva, la coherencia de representar un espacio político en el cual la sociedad política, a mi juicio, se ve representada.
– ¿Van a alcanzar ese 1,5% necesario para superar las PASO?
– Yo creo que Lavagna va a ser presidente. Creo que vamos a discutir entrar a segunda vuelta, o contra el kirchnerismo o contra el macrismo.
– ¿Cómo quedó la relación con Juan Manzur? Porque él se acercó a Alternativa Federal, pero luego terminó apoyando a los Fernández
– A él le parecía que el lugar necesitaba la Argentina es la que él tomó. Yo tengo que respetar esa decisión. Tengo una mirada diferente, pero eso no implica necesariamente que uno tenga que tener una mala relación. Tenemos una mirada política distinta.
– ¿Qué pasó desde aquella foto de 2018 junto a Juan Schiaretti, Miguel Pichetto y Sergio Massa?
– Claramente los polos fueron atrayendo. Uno se fue para el kirchnerismo (Massa) y otro para el macrismo (Pichetto). Schiaretti siempre planteó su vocación de quedarse en Córdoba, por lo cual el único que quedó de Alternativa Federal fui yo. Lavagna estaba en la misma sintonía, por lo que decidimos trabajar juntos para no desperdiciar los esfuerzos de ambos y haciendo que nuestra posición no tenga competitividad electoral.
– ¿Pero qué sensación le queda?
– No hay sensación. Hay claramente la lectura de la realidad, que hay gente que resolvió irse con algunos de los polos de poder, cosa que lamentablemente se ha hecho habitual en la política argentina. Eso hace que tenga un enorme desprestigio nuestra política.
– ¿No se siente defraudado?
– No. Cada uno hace lo que le parece que tiene que hacer y no siento que tenga que ser yo el sensor moral de otro. Para mí la coherencia y mantener la palabra tiene un valor muy grande.
– ¿Por qué piensa que Massa accedió a ir con el kirchnerismo?
– Habría que preguntarle a él, porque no tengo la menor idea. Daría la sensación de que no le sirve de mucho. Debe tener sus razones, a mí no me las explicó.
– ¿Puede venir desde el interior algo suficientemente grande como para imponerse a nivel nacional?
– Nos hemos acostumbrado a que los porteños manejan la Argentina y que nosotros tenemos que ser espectadores. Yo me resisto a acostumbrarme a eso, por eso hemos conformado esta fórmula con Lavagna y vamos a pelear para llevar nuestra mirada hacia la escena nacional.
– ¿Cuál es la mayor preocupación que tienen de la situación del país?
– Esencialmente hay que sacar a la Argentina de este lugar en donde hace ocho años que no crecemos, y los últimos dos años ya hemos caído. Eso significa pérdida de empleo, caída de la actividad productiva, menos consumo interno, más pobreza.
– ¿Cuánto tiempo podría demandar una recuperación?
– Va a demandar un tiempo, esto no se hace de la noche a la mañana. Tenemos que iniciar un camino que tiene que ser sustentable. Tenemos que tener salir de la lógica del milagro, de pretender que una jugada de (Lionel) Messi salve el partido. Al partido hay que jugarlo. Vamos a tener que hacer un esfuerzo, pero el esfuerzo no es el ajuste: es trabajar, es crecer y es generar desarrollo.