El próximo 14 de julio iniciará una revolución en la industria refresquera y muchas otras que dependen del aspartamo para colocarse como productos “saludables” que no utilizan azúcar y, por lo tanto, son considerados como light. Pero la etiqueta light podría no ser sinónimo de saludable, sino todo lo contrario. La OMS liberará el 14 de julio un par de informes que fueron construidos de la mano con la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, IARC por sus siglas, en un esfuerzo permanente que se tiene para encontrar productos cancerígenos en el planeta.
El estudio, dice Reuters, prevé declarar que el aspartamo es un potencial iniciador de cáncer. La IARC tiene cuatro listas: elementos considerados como no cancerígenos, elementos posiblemente cancerígenos, elementos probablemente cancerígenos y elementos cancerígenos para humanos. Reuters asegura que fuentes le han dicho que el aspartamo se integrará a la segunda lista, la de posiblemente cancerígenos.
El aspartamo es crucial para la industria multimillonaria que depende de sustitutos de azúcar para ser considerados como una alternativa por quienes quieren seguir consumiendo productos dulces, pero desean eliminar al azúcar convencional de su dieta, cosa que, por cierto, recientemente fue desaconsejado por la OMS. A decir de la Organización Mundial de Salud, ninguna persona no diabética debe consumir endulzantes que no sean azúcar.
La caída para quienes dependen del aspartamo, como por ejemplo muchos refrescos light, puede ser severa. El mercado del aspartamo fue valuado en 9,000 millones de dólares en 2021 y se prevé que crezca hasta 12,000 millones de dólares para 2027. Claro que con las nuevas noticias nada es seguro. El reporte adelantado de Reuters indica que la decisión se tomó con base en los estudios que serán abiertos y publicados oficialmente a mediados de julio.
El episodio tendrá relevancia internacional, inundará medios noticiosos y la conversación podría ser más grande que la que se inició en 2015 cuando el glifosato fue catalogado como posible cancerígeno en un proceso muy similar. La industria refresquera no cederá. Lo más probable es que utilice el argumento del comité de expertos de aditivos en alimentos de la OMS (JECFA) que desde 1981 aseguró que el aspartamo es seguro siempre y cuando se consuma de forma limitada.
El límite está calculado en entre 12 a 36 latas de refresco para un adulto de 60 kilos. Una aclaración importante: “posiblemente cancerígeno” no es igual a “cancerígeno”. La conversación que está por estallar debe involucrar en justa medida los riesgos de tomar demasiado aspartamo, pero en ningún momento la conversación debería girar en torno al aspartamo como un precursor definitivo de cáncer.
Para ello no hay evidencia definitiva. La OMS no está agregando el aspartamo a su lista de agentes más peligrosos. Ese matiz es lo que ha vuelto tan controversial la discusión en torno al glifosato. No hay, por ahora, un estudio totalmente preciso que coloque al glifosato como un indiscutible iniciador de cáncer. Ni el glifosato ni cualquiera de los otros agentes listados como posibles cancerígenos acumulan la evidencia científica suficiente para considerarles en definitiva como cancerígeno.
Otros elementos en la lista son la carne roja, las frituras, los campos electromagnéticos causados por teléfonos y la exposición a químicos de quien trabaja en una peluquería. Si la conversación se vuelve innecesariamente alarmista, entonces puede que pase lo que suceda con el glifosato, el controvertido herbicida que sistemáticamente ha sido expulsado de países por el temor que induce su uso, lo que significa un revés importante en el uso de alimentos transgénicos.
La filtración adelantada “podría engañar innecesariamente a los consumidores para que consuman más azúcar en lugar de elegir opciones seguras sin azúcar”, dijo a Reuters el director ejecutivo del Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas. Sin resolución concreta, la discusión sobre el aspartamo debería moverse a ritmos más acelerados y la comunidad científica espera no solo la resolución de la IARC, sino también su metodología.
Una vez que la IARC publique, la JECFA podría actualizar su recomendación sobre consumo de aspartamo. “El hallazgo más importante sería lo que JECFA concluyó sobre la ingesta de aspartamo”, le dijo a The Guardian el profesor emérito de estadística aplicada de Open University, Kevin McConway. Se prevé que la IARC y la JECFA den a conocer sus hallazgos el 14 de julio.