El panorama no podría ser más oscuro para la oposición de Tucumán de cara a las elecciones legislativas de este año. Y es que el encuentro que mantuvieron el gobernador, Juan Manzur, con el intendente de la capital, Germán Alfaro, todavía sigue concitando diferentes lecturas puertas adentro de la coalición de Juntos por el Cambio, pero también en los otros espacios que no se identifican con el oficialismo.
Y es que, mientras que para algunos se trata simplemente de gestión en medio de un momento delicado, con el sistema de salud exigido al límite por la segunda ola de coronavirus, otro sector interpreta que en realidad Alfaro y Manzur podrían tejer una alianza. El caso es que la reunión coincidió con fuertes internas en gran parte de la oposición, las cuales, lejos de calmarse, están más marcadas que nunca.
Luego de que hace algunas semanas en la oposición, el radicalismo, el PRO y la Coalición Cívica-ARI relanzaran la mesa local de Juntos por el Cambio, y teniendo en cuenta que no se sumó el Partido para la Justicia Social de Germán Alfaro, la realidad es que se trata de un espacio verdaderamente dinamitado, al punto de que algo quedó prácticamente definido de cara a las elecciones de este año.
Y es que Juntos por el Cambio irá a las PASO con un par de listas, es decir, que no han alcanzado un acuerdo interno y cada vez es más difícil de hacerlo a medida que se acerca la fecha electoral en la que tendrán lugar las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. No se vislumbra acuerdos en esta coalición y existe mucha desconfianza y ambiciones personales como para pensar que pueda haber una lista de unidad.
Sobre todo si se tiene en cuenta el estado de ebullición en el que se encuentra el radicalismo. Y es que existen líneas internas que podrían presentar nóminas de candidatos en las primarias, especialmente de aquellos descontentos con el accionar de los que representan al partido cuando este está intervenido y, por ende, desmovilizado. La intentona de un grupo del radicalismo para incluir a Fuerza Republicana en el armado jamás pudo ser digerido.
Y si de bussismo se habla, el concejal bussista y presidente de la bancada de Fuerza Republicana en el Concejo Deliberante de la capital, Eduardo Verón Guerra, declaró que el acercamiento institucional o político entre Manzur y Alfaro “es parte del peronismo, cuando parecen que se están peleando en realidad se están reproduciendo. Los dos vienen del mismo espacio. Son peronistas y creo que más que nada fue la reproducción de más peronismo”.
El bussismo se sabe rechazado por todos los espacios políticos y todo parece indicar que volverá a jugar solo otra vez, por lo que las acusaciones acerca de que es funcional al oficialismo peronista resonarán otra vez. Mientras tanto, está claro que con un peronismo cada vez más claramente dividido y en donde Manzur llevaría las de perder, la oposición será devorada por los de afuera porque entre ellos se pelean, como advirtió José Hernández en el Martín Fierro.
