El espacio opositor de Juntos por el Cambio está decidido a enfrentar al Gobierno nacional en el terreno parlamentario. En ese marco, los diputados de la principal coalición opositora, estarán presentes en la Cámara baja mañana cuando se reanuden las sesiones en el Congreso previstas para hoy martes. La novedad es que lo harán de forma presencial, algo inédito desde que la Cámara legislativa implementó la vía virtual para el tratamiento de diversas leyes.
Sin embargo, en Juntos por el Cambio tomaron nota de que este mes puede ser clave a la hora de debatir determinados proyectos de ley. La diferencia es que, desde el oficialismo, se intentará en septiembre obtener la aprobación definitiva de la polémica reforma judicial. Sobre la misma, buena parte de la oposición, pero, sobre todo, gran parte de la sociedad y de la opinión pública temen que no sea otra cosa que una forma de institucionalizar la impunidad para Cristina Kirchner y compañía.
Entonces, la oposición no quiere quedar mal parada de cara a la ciudadanía que los votó para que los representara cabalmente y le pueda poner un freno a las aspiraciones del kirchnerismo. En ese sentido, parecen haber hecho una suerte de mea culpa acerca de la pasividad con la que se manejaron hasta aquí. Esa actitud le allanó el camino al oficialismo para estar a un paso de conseguir reformar a la Justicia a la medida de sus pretensiones.
Sin embargo, desde el kirchnerismo no le harán fácil a Juntos por el Cambio la pretensión de volver a las sesiones legislativas en formato presencial. Para ello, en el día de ayer recurrieron al uso espurio del gremio legislativo, con el que buscaron presionar a los diputados opositores a través de un comunicado en el que los trabajadores parlamentarios se oponen a retomar las sesiones presenciales bajo la excusa del miedo a contagiarse de coronavirus.
Todo parece indicar que maniobras de este tipo serán una constante en pos de que todo siga como hasta ahora, es decir, bajo la modalidad virtual. No es casualidad que el Gobierno nacional prefiera este tipo de sistema, ya que la posibilidad de que la tecnología falle es siempre una posibilidad latente. Además, es un hecho que es imposible rastrear culpas a la hora de que algún legislador se encuentre impedido de votar a causa de un desperfecto técnico.
De hecho, así sucedió en pasadas sesiones en las cuales, incluso, la titular de la Cámara alta, Cristina Kirchner, se dio el lujo de cerrar el micrófono a algún senador de la oposición cuando no le gustó lo que éste estaba opinando. De esta forma, Juntos por el Cambio decidió tomar el toro por las astas e insistir hasta las últimas consecuencias en dar el debate parlamentario, siempre y cuando sea de manera presencial en la Cámara legislativa.
Cabe destacar que será clave la presión que pueda ejercer en las calles la propia ciudadanía para impedir cualquier posibilidad de atropello institucional. No sólo la independencia de la Justicia está en juego, sino que también se pondrá en discusión un delicado equilibrio de poderes en medio de una pandemia que no solamente afecta a la República. Sino también al conjunto de las libertades civiles, cuya custodia final está en las mismas manos del pueblo argentino.
