En los últimos días ha comenzado a circular la información de que los diferentes partidos que conforman la oposición al oficialismo en Tucumán, podrían ir divididos a las elecciones legislativas del año que viene. De esta manera, volverían una vez más a ser funcionales al peronismo tucumano que se relame aprovechando las internas de la oposición en torno a la posibilidad de que tengan lugar o no las PASO en el mes de agosto del 2021.
No parecieran darse cuenta de lo mucho que estará en juego el año que viene a nivel político y de cara al futuro inmediato en lo que será la elección para gobernador del año 2023. En ese marco, en lugar de apostar por la unidad para no dispersar el voto de una enorme porción de la ciudadanía, que no encuentra representación política a la hora de enfrentar al peronismo local, sólo atinan a privilegiar sus intereses individuales.
En ese sentido, no es un secreto para nadie que el intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, declaró que coincide con el gobierno nacional y su intención de eliminar las PASO. Cabe destacar que la intención del kirchnerismo, no es ni más ni menos que la de intentar debilitar a Juntos por el Cambio mediante un hipotético estallido de las internas del principal espacio opositor al no contar con las elecciones primarias cómo ordenador político.
Pero también la estrategia del oficialismo nacional pasa por postergar lo máximo que sea posible las elecciones legislativas que el año que viene serán una especie de referéndum popular que calificará al gobierno luego de lo que ha sido un año desastroso y que evidenció el fracaso, tanto de la política sanitaria como de la económica en el marco de la pandemia mundial de coronavirus. Por lo que estar a favor de la disolución de las PASO es ser funcional al kirchnerismo.
Claramente, en la oposición tucumana sobran caciques que pretenden ocupar el puesto de senador por la minoría que entrará a la Cámara alta del Congreso el año que viene. Pero eso no debiera de ser un impedimento para lograr la unidad apostando a demostrarle al peronismo que gran parte de la ciudadanía que no comulga con el oficialismo tiene la posibilidad de ser bien representada, tanto a nivel local como a nivel nacional.
Pero para ello deberán dejar de lado mezquinos intereses individualistas en pos de apuntar con todo a fortalecer un espacio vacante como es el del liderazgo de la oposición, el cual, más que centrarse en la figura de una sola persona, debería ser contemplada como un representante cabal de la sociedad que rechaza el mal manejo que el oficialismo local viene realizando desde finales del siglo pasado desde la época de Julio Miranda.
Apostar a la división y a la no realización de las elecciones primarias del año que viene será claramente un comportamiento funcional a los intereses de Juan Manzur y de Osvaldo Jaldo. Por lo que deberán tener muy en claro que la sociedad tucumana, también les puede hacer pagar a los principales representantes de la oposición este tipo de conducta. Como siempre, será el pueblo soberano el que tendrá la última palabra.
