Parafraseando a William Shakespeare, podríamos decir en el marco de la semana que se fue para jamás volver que algo huele mal en Tucumán. La afirmación del comienzo de esta columna encontró su origen en la magna obra “La Tragedia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca”, firmada por el excepcional dramaturgo, quien originó la frase “algo huele mal en Dinamarca”, con la que en la vida política se designan las cosas que no marchan bien en un país por causa de la corrupción.
En este caso, se trata de Tucumán, más específicamente, se trata de un juicio que es histórico pero que, lejos de arrojar luz sobre los hechos, echa su manto de oscuridad en torno a un debate oral en el que se aspira a descubrir cómo hizo Jorge Yapura Astorga para evadir la ley y enriquecerse a costa de supuestos delitos por los que tendría que responder ante la sociedad tucumana en el juicio que comenzó el pasado miércoles.
Sin embargo, lejos de claridad, es la opacidad de lo que rodea a este juicio y lo que hace ruido, justamente, por la falta de repercusión que está teniendo en los medios de comunicación locales a pesar de que están involucrados funcionarios a los que se los acusa de haber incurrido en posibles delitos de corrupción y, sin embargo, no hay ningún medio periodístico que hable, cubra o siquiera presencie el juicio cuando en el año 2022 estaban todos cubriendo su suspensión del debate oral y público.
Es por ello que cabe preguntarse entonces: ¿A qué se debe el blindaje mediático absoluto de parte de la prensa que no está presente en el debate? ¿Por qué no hay ningún medio que informe sobre el juicio contra Yapura Astorga salvo Tucumán Despierta? ¿Acaso desde los medios de comunicación locales se estaría protegiendo al ex intendente de Tafí del Valle por medio de la “no” cobertura del juicio? ¿O se trata de alguien más arriba de Yapura Astorga que se vería salpicado?
¿Por qué desde el medio hegemónico por excelencia de la provincia, el mismo que cada domingo trata de dar cátedra en cuestiones de moralidad conservadora ahora hace mutis por el foro? ¿Por qué sus principales firmas no dicen absolutamente nada en sus editoriales sobre un evento de la magnitud histórica como es el juicio contra Yapura Astorga y su clan? ¿Acaso existen cuentas que saldar y favores que pagar entre el sindicado y este centenario medio de prensa escrito?
¿Por qué supuestos medios amigos esta vez ni siquiera emitieron comentario alguno acerca de quien supo ser el Gildo Insfrán de Tafí del Valle? ¿Es que todos los medios de prensa no quieren ofender a un supuesto protector de Jorge Yapura Astorga? ¿Alguien muy poderoso habría advertido a los medios que no se ocupen de su protegido?
Pero si de oscuridad en torno a este caso hablamos, el otro hecho de irregularidad tamaño elefante que existe en torno al juicio contra Yapura Astorga pasa, justamente, por quién está llevando la parte acusatoria del debate oral. Y es que se trata de un hecho tan anormal como la falta de cobertura periodística del caso, pero se trata de algo aun peor y que despertó fundadas sospechas en la opinión pública en la semana que se esfumó para jamás retornar.
Se trata de que la fiscalía que conduce el doctor Daniel Gerardo Marranzino, más precisamente, la Fiscalía de Cámara N° 3 es la misma que está llevando a cabo la supuesta acusación contra Jorge Yapura Astorga. La pregunta entonces es ¿Por qué lo hace cuando no correspondería debido a que carece de cualquier mínimo atisbo de objetividad debido a que ya se había excusado con anterioridad en el inicio del juicio contra Yapura Astorga en el año 2022?
Y para que no quede duda alguna sobre esto, fueron los propios auxiliares fiscales quienes develaron toda vacilación confirmando precisamente esta premisa. Cuando enfrentaron los micrófonos de la prensa el miércoles pasado, dijeron que “mi compañero y yo somos auxiliares de la Fiscalía de Cámara N° 3 a cargo del doctor Daniel Gerardo Marranzino”. ¿Qué oscura trama se teje como telón de fondo en este juicio?
Cabe recordar que, en su momento, Marranzino insólitamente emitió un dictamen en el que dejó por escrito que sí correspondía considerar distintos ítems que se debían ponderar basándose en las distintas funciones públicas de Yapura Astorga, las que había cumplido y cumplía todavía por entonces como integrante del cuerpo legislativo de la provincia de Tucumán. Asimismo, el fiscal dijo que debía determinarse la nulidad absoluta de los actos de citación a juicio y apertura juicio.
Puesto que se hicieron luego de que el ex intendente tafinisto asumiera como legislador. Como si esto no fuera suficiente, Marranzino expresó que además no correspondía continuar con el proceso siempre y cuando no se solicitara previamente su desafuero. Como pudo comprobarse después, la cuestión del desafuero no fue más que una miserable excusa. Luego vendría el revés que sufrió Yapura Astorga de parte de la mismísima Corte Suprema de Justicia de Tucumán.
Y henos aquí de vuelta en lo que parece un deja vu cuando quienes se desempeñan ahora como auxiliares fiscales actúan de la manera en la que lo hicieron el miércoles pasado. Además, cabe mencionar que estos auxiliares vienen con indicaciones del Fiscal en Jefe, es decir, Marranzino, quien ya había emitido opinión en lo que hace a la causa contra Yapura Astorga, con lo cual pierde toda posibilidad de “objetividad” en este caso.
Lo cual se debe al hecho de que falló en su favor anteriormente, aduciendo que se habían violado las garantías constitucionales del ex intendente de Tafí del Valle, argumentos que no fueron tenidos en cuenta por la Corte Suprema de Justicia de Tucumán. Y es que la propia ley habla que un fiscal que tuvo intervención desde el Ministerio Público Fiscal en una causa, pierde toda objetividad en el debate judicial.
¿Cómo se entendería entonces que un fiscal que intervine en una primera oportunidad a favor de un procesado, luego sea quién realice la acusación del mismo en un juicio oral? Inclusive, cabe recordar que por esta razón se realizó un pedido de juicio político en contra del propio Marranzino en aquel momento. ¿Por qué entonces esta Fiscalía en cuestión está a cargo del juicio cuando ya en su momento se había excusado y había asumido la fiscal Marta Jerez de Rivadeneira?
¿Se está preparando acaso el terreno para un hipotético pedido de sobreseimiento para el ex intendente de Tafí del Valle? ¿Es por ello que se pretendería indudablemente silenciar a los medios de prensa para que no divulguen a la opinión pública la gravísima posibilidad de que acaso ya esté redactada una hipotética absolución de Yapura Astorga? En ese sentido, cabe mencionar que en los pasillos de tribunales existe mucha preocupación.
Y nada menos que de la mismísima Corte Suprema de Justicia acerca de este polémico accionar del Ministerio Público Fiscal. Esto significa que el máximo tribunal provincial está siguiendo de cerca lo que acontece en torno al juicio y a la postura de la Fiscalía que conduce Marranzino. Incluso, comenzó a correr el rumor en Tribunales acerca de que sería tanto el “humo” que estaría “vendiendo” la Fiscalía que terminará “avivando” la llama que encienda una luz sobre la oscuridad auto generada.
¿Será Justicia en Tucumán o ganará la impunidad?