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La patota de Alfaro secuestra la bicicleta a un repartidor de Pedidos Ya

Video. Lucas tiene 30 años y trabaja de repartidor para pagar sus estudios y ayudar a su padre, que hace dos años sufrió un ACV. El video que indigna a Tucumán y la respuesta de Enrique Romero al trabajador damnificado.

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Intendente Germán Alfaro - Secuestro de bicicletas
Descacharreo

Eran las 09:15 de la mañana. En 25 de Mayo al 300, Lucas Juárez, repartidor de 30 años, llega con su bici para retirar su segundo pedido del día en una conocida cadena de hamburgueserías. En la zona hay un espacio habilitado recientemente para estacionar motos, pero nada para bicicletas. Entonces, procede a atarla con cadena en uno de los árboles que sobrevivieron a las nuevas semipeatonales.

Al cabo de cinco minutos, otro repartidor lo encara y le pregunta si era suya una bici roja, que los agentes de Tránsito municipales habían pasado y se la habían llevado. Era la suya. La bicicleta en cuestión es la que se ve en el video viral del momento, aquel en que municipales quedan filmados cortando con un alicate la cadena que resguardaba de robos la herramienta de trabajo principal de Lucas.

Negocios

“Salí corriendo, tuve que dejar el pedido, y cuando salí la gente me empezó a guiar hacia el camión. Mientras lo corría, la gente los insultaba. Cuando los alcancé, uno de estos tipos, que no tenían uniforme, me dice que no me gaste, que directamente vaya al corralón y que ahí me la iban a entregar”, describe el damnificado. “Fue un acto de hurto, me rompieron el candado, no sé si tienen esa potestad, me pareció una gran impunidad la forma en que actuaron”, recrimina Lucas.

Quien resalta la ausencia casi total de estacionamientos para bicicletas, especialmente para quienes trabajan como repartidores. Sin gastar más energía, Lucas procedió a dirigirse al corralón donde municipales llevan todos los vehículos que secuestran en el día. Al llegar, se encontró de frente con Enrique Romero, subsecretario de Transporte de San Miguel de Tucumán, con quien mantuvo un breve debate, por momentos, subido de tono.

SEPARA

“Me acerco y lo saludo respetuosamente y le cuento que estaba trabajando. Su respuesta fue que yo no podía dejar la bici ahí y le contesto que entonces qué solución podía darme para que pueda trabajar normalmente: me dice que tengo que pagar estacionamiento privado”, recuerda, indignado, el repartidor. “Me dijo directamente que a él no le interesa, lo hizo de una manera totalmente soberbia”, agrega.

ROMERO. foto de Analía Jaramillo LA GACETA / ANALÍA JARAMILLO

La bicicleta que usa Lucas para trabajar fue un regalo de su padrino, reemplazo de la bici que tenía y que le habían robado dos años antes, también mientras trabajaba. Con lo que hace, junta dinero para pagar sus estudios de Diagnóstico por Imágenes y para ayudar en los gastos de la casa de sus padres, ya que su papá sufrió un ACV y ya no puede trabajar.

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“Yo necesitaba seguir trabajando, perdí el día y no me repusieron el candado. No me hicieron multa, solo me sacaron una foto para comprobar que me habían devuelto la bici y me dijeron que la próxima trate de dejarla donde no se vea”, describe sobre el desenlace de la historia, que terminó con Lucas recuperando su bici, pero sin respuestas sobre los días por venir, en los que bien podría padecer nuevamente el secuestro de su herramienta de trabajo.

Esto se debe a la falta de estacionamientos gratuitos para bicicletas, ya sea en la vía pública o a cargo de cada local de comida que ofrece envíos a domicilio. “Hace tres años que trabajo yo de esta manera. En horas pico es intransitable el centro por los autos estacionados en doble fila y a él (Romero) le molesta una bicicleta atada a un árbol”, se lamenta Lucas y culmina: “No puedo creer que sigan operando así, con total impunidad”.

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