La gestión de Germán Alfaro al frente de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán continúa a la deriva y ahora decidió ensañarse con un laburante que junta cartones. En ese marco, cabe mencionar que el alfarismo lo hizo por medio de la Patrulla de (des) Protección Ciudadana (PPC), cuyos dos agentes quedaron registrados en un video que se viralizó en la noche de ayer jueves generando la indignación de la ciudadanía.
De más está decir que la nefasta fuerza del alfarismo siempre secuestra bicicletas, monopatines eléctricos y ahora también los carros de cartoneros, es decir, laburantes de los más sufridos. Se trata de la misma fuerza que a las mecheras y a los ladrones ni los tocan. Y es que pareciera que la PPC hubiera sido creada con el único propósito de generar contratiempos a las personas más humildes.
En ese sentido, cabe recordar que no es la primera vez que la fuerza que responde al intendente capitalino se mete con el trabajo de los más humildes. Y es que, a fines del mes de abril de este año, la Patrulla de Protección Ciudadana desató una feroz represión contra los puesteros que se defendían de la incautación masiva de mercaderías contra más de 60 locales de indumentaria en la zona de El Bajo.
Las familias allí presentes denunciaron en su momento que, desde temprano, la policía y la PPC comenzaron a incautar, sin previo aviso, no solamente la mercadería, sino que también les robaron el dinero recaudado. Ante la protesta de las y los vendedores, las fuerzas policiales no tuvieron mejor idea que desatar una feroz represión entre mujeres y niños, con detenidos y hospitalizados.
Pero eso no es todo, debido a que el intendente capitalino aplica la misma política de mano dura con los que menos tienen, es decir, puesteros que se la rebuscan para sobrevivir todos los días. En ese marco, si para muestra basta un botón, recordemos que hace apenas un año desalojó un centenar de familias del Mercado del Norte, que ahora busca concesionar a alguna empresa inmobiliaria.
Es por ello que cabe señalar que, de esta forma, todo parece indicar que se trata de una bajada de línea inquietante que se produce en el seno del alfarismo que pretende implementar políticas represivas dirigidas a los más humildes en lo que hace a San Miguel de Tucumán, sobre todo, si se trata de las cuatro avenidas. En ese sentido, Alfaro no creó la PPC para combatir la inseguridad en la capital.
Sino que lo hizo para mantener con mano dura el control de la calle proyectando en los trabajadores de las clases popular sus propios prejuicios. No en vano, el acercamiento de Alfaro con Ricardo Bussi, hijo del genocida Domingo Bussi, se produce desde hace varios meses en lo que parece prometer un acuerdo por más represión contra los trabajadores. La de ayer no fue más que una mancha más en la pobre gestión alfarista.
