Mientras en el día de hoy el intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, intentará hacerle creer a la ciudadanía que él es el artífice de una gran obra, es necesario que la verdad salga a la luz este 9 de julio. En ese sentido, para muestra basta un botón y, según el mandatario municipal, a la plaza Independencia le instaló más de 20 de km de cables, sin duda una burla a la ciudadanía. ¿Cuál es su utilización?
Las críticas de los ciudadanos en redes sociales se hacen sentir desde que se pueden ver las modificaciones que sufrió la plaza, que según el intendente costaron más de 200 millones de pesos. Tamaña cantidad de dinero disparó las alarmas y la oposición al intendente Germán Alfaro, estaría preparando un pedido de auditoria de esta obra, donde ningún contribuyente de la ciudad sabe cuánto gastó el mandatario municipal.
Y es que, ¿Quién puede asegurar que se invirtieron más de 200 millones de pesos? Pero, además, incluso si fuera así, se trata de una cantidad exorbitante de dinero que de ningún modo justifica tamaña inversión teniendo en cuenta los resultados. En ese sentido, realizando una recorrida, lo primero que salta a la vista es la falta de las históricas y emblemáticas farolas que tienen un valor incalculable.
De hecho, solo quedaron 4 o 5 en pie. La plaza tampoco cuenta con el servicio de WIFI según pudieron constatar los mismos vecinos de alrededor que volcaron esta información en las redes sociales. Pero eso no es todo, se redujo ostensiblemente el arbolado, cuando hoy en día lo que más se necesita es verde para oxigenar la ciudad. También, en un acto de imprevisibilidad se instalaron bancos de madera sin considerar al trascendental.
Justamente, que durante alguna manifestación sean objeto de actos vandálicos como que les prendan fuego en el fervor del evento. La realidad es que, con mucho menos que 200 millones de pesos, la ciudad podría haber recuperado la Asistencia Pública, el Palacio de los Deportes, acondicionar y alquilar el local de calle Buenos Aires primera cuadra o construir una nueva escuela municipal.
Se trata de mucho dinero dilapidado de un crédito no reintegrable que podría haber mejorado la calidad de vida de miles de tucumanos que habitan la Capital tucumana. En ese marco, la información a la que tuvo acceso Tucumán Despierta, es que las cuentas de los “millones de pesos” no estaría clara. Es por ello que hay una gran sospecha de la oposición acerca de que habría malversado al erario público.
Al respecto, el concejal de la capital por Fuerza Republicana, Eduardo Verón Guerra, afirmó que “la plaza Independencia no ha sufrido una reforma, sino un ultraje”. De esa forma, el edil criticó las reformas en el paseo público impulsadas por la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. “Son cuatro canteros y perdimos espacios verdes y el sentimiento que tenía la plaza. Se hizo mamotreto de cemento sin ninguna planificación”, expresó.
Según el dirigente, “hay decepción entre los vecinos, basta ver las redes sociales donde todos los comentarios son negativos”. Verón Guerra también pidió que la intendencia haga público los gastos del presupuesto, entre otros temas que se iban a tratar en la sesión del Concejo Deliberante. Ahora bien, ¿Por qué razón no se trató este tema? ¿Acaso Germán Alfaro tiene algo que ocultar?
Pero, además del dinero empleado que no justifica el resultado obtenido, es necesario también hacer hincapié en el tiempo que demandó la obra. Y es que luego de casi un año y medio de espera es que recién levantaron el vallado de la Plaza Independencia. Demasiado tiempo que ni siquiera la pandemia logra explicar por qué razón existió tanta demora en la ejecución de la remodelación de este paseo.
La idea era finalizar los trabajos en un año, pero tardaron casi año y medio en terminarlos. Tanta demora generó molestia en los ciudadanos, quienes no podían entender cómo el principal paseo público de la capital tucumana se mantenía oculto tras unas chapas que ensombrecían aún más el panorama gris que trajo consigo la pandemia. La ineficiencia de la administración alfarista salió a la luz.
Y es que el tiro le salió por la culata a la deficiente gestión de Germán Alfaro ya que, circularon las primeras imágenes de sus refacciones, las cuales provocaron una indignación generalizada de los tucumanos en las redes sociales. Y es que cuando personal del área de Obras Públicas de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán retiró las vallas que aprisionaban a la plaza principal de la provincia, quedaron al descubierto las remodelaciones que le hicieron.
A primera vista, parecería que hay menos espacios verdes y que las veredas fueron hechas a las apuradas. Algunas de las remodelaciones fueron: la instalación de 315 artefactos LED, de 239 columnas metálicas, de 450 toneladas de mosaico de granito y de 1.000 toneladas de pórfido. Además, se colocaron 1.586 metros cuadrados de sendas podotáctiles -para personas con discapacidad visual-, 184 bancos de madera y se construyeron 631 metros de asientos lineales.
En la manzana se dispusieron 91 cestos para basura. Bajo el suelo se extienden 12.600 metros de conductores subterráneos y 20 kilómetros de cable. Sin embargo, en las primeras imágenes que circularon, antes de la inauguración oficial, parecería que no se concretaron todos estos cambios o que los resultados no fueron los más satisfactorios. Esta primera impresión produjo lo inesperado para el intendente de la capital.
Y es que Germán Alfaro fue duramente castigado y objeto de fuertes acusaciones en las redes sociales. ¿Acaso se trató de un acto de corrupción oculto bajo la fachada de una supuesta gran obra? Cabe recordar que se desconoce quiénes fueron las empresas que realizaron los trabajos, así como los costos que se manejaron. ¿Hubo malversación de fondos públicos? No se trata sólo de la mala e ineficiente gestión de Germán Alfaro.
Estamos hablando de que el intendente hizo algo más grave que invertir dinero en reparar calles que luego siguen poceadas. Se trata de una posible defraudación a la ciudadanía en lo que a sus impuestos se refiere y todavía no dio explicación alguna en el Concejo Deliberante. Se trata de un acto carente de vergüenza de parte de Germán Alfaro, lo cual hizo que lo que hoy se inaugure sea considerada como la plaza de la “vergüenza”.