Hace un mes dimos cuenta desde Tucumán Despierta, que el intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, estaba poniendo en riesgo la vida de los tucumanos que viven en la capital, a partir del descarado despilfarro de dinero que realiza en su gestión por medio de los denominados gastos discrecionales. Ayer quedó evidenciado cuando no le pudo asegurar vacunas a los educadores municipales y el Gobierno provincial tuvo que hacerlo.
El intendente Alfaro goza de no rendir cuentas a nadie sobre el dinero que maneja por fuera del presupuesto, a pesar de que la provincia se ahoga en COVID-19 y la ciudad no cuenta con infraestructura propia para hacerle frente a una segunda ola tan contagiosa como letal. Luego de una reunión entre el intendente y la ministra de Salud, Rossana Chahla, se anunció la inmunización para los educadores que dependen del municipio.
Pero el descaro de Germán Alfaro lo llevó a que, al finalizar la audiencia que tuvo lugar en la Casa de Gobierno, anunciara que la próxima semana se comenzará a vacunar contra el COVID-19 a los docentes municipales, tal como se viene haciendo con empleados esenciales de otras reparticiones del municipio, como si se tratara de un mérito propio, cuando nada está más lejos de esa realidad.
“En pocos días comienza la vacunación del personal docente y personal auxiliar de los establecimientos educativos municipales”, señaló Alfaro con la misma sonrisa cínica que recuerda al personaje de Batman, El Guasón. Pero no le quedó otra que agradecer “que ya nos haya vacunado a gente de reparticiones como Salud y Defensa Civil, empleados que constantemente están expuestos y son ellos los que están en primera línea, en la trinchera”.
La hipocresía lo llevó a admitir que se trata de personal que se encuentran permanentemente expuestos a la pandemia al punto de estar ubicados en la primera fila. Pero no fue capaz de destinar la inconmensurable cantidad de dinero que maneja sin rendir cuentas en el Municipio para proteger con una vacuna a estos trabajadores esenciales como él mismo los reconoce recién ahora.
El jefe municipal adelantó que “también hay un compromiso para la vacunación del personal de la Agencia de Protección de Espacios Públicos”. Es decir, si no fuera por el Gobierno provincial, Alfaro no podría encargarse de proteger a nadie que esté bajo su órbita. Pero no olvidemos que esto se debe pura y exclusivamente al hecho de que el intendente prefiere invertir ese dinero en la carrera política suya y de su esposa, Beatriz Ávila.
En ese sentido, un total de unos $1.095.000.000 en gastos discrecionales de Germán Alfaro, sobre los cuales está libre de rendir cuentas, equivalen a un gasto diario de unos $3.000.000 los 365 días del año, incluidos sábados, domingos y feriados, sin contemplar la cantidad de tiempo que lleva el intendente al frente del Municipio. Es por ello que cabe preguntarse:
¿Hasta cuándo seguirá sin rendir cuentas el intendente Alfaro de los dineros públicos?
