Finalmente, Alberto Fernández no concurrirá el próximo sábado hasta rosario para conmemorar el Día de la Bandera. Mucho se habló y todavía más se especuló respecto de por qué pegará el faltazo justamente cuando se cumplirán 200 años del fallecimiento del General Manuel Belgrano. Más, cuando el propio Presidente había dicho que estaría presente en la capital de Santa Fe para el 20 de junio.
La realidad es que en Rosario se está preparando una marcha con banderazo incluido para protestar por la confiscación de la empresa Vicentin por parte del Gobierno nacional. Y es que desde la ciudad de Reconquista, donde tiene su sede la compañía, se tiene pensado realizar una movilización en una clara demostración de fuerzas frente a lo que la ciudadanía considera un nuevo atropello del estado ante la iniciativa privada.
Pero, también, sectores productivos sienten que es el comienzo de una nueva embestida contra el campo, en lo que podría ser una suerte de reedición del conflicto por la 125. Creen que el “vamos por todo” no sólo regresó, sino que lo hizo, además, en modo venganza. Por lo que la idea era enrostrarle al Presidente que no están dispuestos a dejarse atropellar por el autoritarismo estatista propio del kirchnerismo.
Sin embargo, y para disimular esta realidad, desde la administración central se comunicó que el jefe de estado no asistirá en carácter de prevención. Y es que la situación crítica que atraviesa la región del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), hace que, tanto él como la comitiva presidencial que lo acompaña, sean vistos con desconfianza por parte de las poblaciones ques e encuentran en el interior del país.
Este hecho, despertó inquietud en Rosario ante la hipotética llegada de la comitiva presidencial prevista para el próximo sábado 20 de junio. Días atrás, el propio Presidente había manifestado a una radio rosarina que “¿Cómo no voy a ir? Va a ser más cuidado porque tenemos que cuidarnos. No podremos ver desfilar la bandera más larga del mundo, pero sí que voy a ir”. Sin embargo, tuvo que desistir de hacerlo.
Cabe recordar que ya la semana pasada, antes de que Alberto Fernández viajara a Formosa, en las redes sociales los habitantes de la provincia norteña se habían manifestado en contra de la visita presidencial ante el temor que pudieran trasladar al distrito el virus COVID-19. De hecho, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, tuvo que retornar de inmediato y ponerse en aislamiento ante el temor de que pudiera estar contagiado.
Algo similar se vivenció en Catamarca, la única provincia de Argentina que no registra casos positivos de coronavirus. Incluso, el exdiputado, Carlos Molina, presentó un amparo ante la Justicia solicitando que se prohíba la presencia del Presidente. Y en Rosario comenzó a exhibirse una movida similar. Y es que la población local teme que los que viajan acompañando a Alberto Fernández, lleven el virus hasta allí.
