El profesional, que encabezó una revisión detallada de la fábrica azucarera, dejó en claro que no está en condiciones de funcionar, ya que es evidente el deterioro de todos los elementos relevados.
Aún cuando no se atrevió a estimar qué tiempo puede demandar el aprestamiento del ingenio, Katz dio a entender que no va a moler, al menos este año, además de trazar un panorama sombrío hacia el futuro.
la falta de funcionamiento de la planta al momento de la inspección, impidió la revisión de posibles fallas cruciales como pérdidas de vapor y funcionamiento de elementos rodantes, entre otras.
Además, como el ingenio no cuenta con suministro eléctrico ni dispone de grupos electrógenos, está claro que las tareas de aprestamiento demandarán mucho más tiempo que el recomendable para poder garantizar la molienda.
En su informe, Katz detalló que al momento de la revisión había sólo dos personas realizando tareas de mantenimiento -eliminación de malezas-, pese a que el grupo empresario a cargo del salvataje de la empresa había pedido autorización para encarar las tareas con medio centenar de operarios.
A la falta total de elementos para encarar el aprestamiento del ingenio, el perito antepuso la falta de limpieza del lugar, remarcando que se trata de un aspecto crucial para comenzar a alistar la fábrica.
Otro aspecto clave subrayado por Katz en su informe, fue la falta de seguridad, en un ámbito sin matafuegos, con escaleras sin barandas, pisos rotos al igual que las ventanas y techos proclives a voladuras.
La lapidaria revisión terminó recomendando que, si se va a insistir con el aprestamiento del ingenio, el proceso debe ser puesto en manos de un experto, sin que eso garantice que los trapiches lleguen a funcionar este año.