Luego de que durante el transcurso de las últimas horas trascendiera el saludo virtual por medio de las redes sociales de parte de Horacio Rodríguez Larreta para con la lista del alfarismo, está claro que su estrategia electoral pasa por llevar a cabo un armado filoperonista para sostener su candidatura presidencial. No en vano, en Tucumán, el jefe de gobierno porteño y Patricia Bullrich impulsan la lista que lidera el intendente de San Miguel, el kirchnerista Germán Alfaro.
Y lo hacen en desmedro de las boletas radicales, encabezada por José Cano y Mariano Campero. Además, poco parece importarle el hecho de que Germán Alfaro haya realizado toda su carrera política dentro del peronismo hasta que en 2015 se alió con Cambiemos y ganó en la capital de la provincia. Menos parece importarle de que la actual diputada, Beatriz Ávila abandonó el bloque de Juntos por el Cambio tras la caída de Mauricio Macri.
Debido a que, durante su presidencia, Mauricio Macri dejó de lado al peronismo y buscó apuntalarse en la Coalición Cívica y el radicalismo, lo que abrió un fuerte debate interno que de hecho todavía continúa sobre si es posible gobernar a la Argentina sin una porción importante del peronismo en el Gobierno, es que Larreta y Vidal entienden que no es posible y por eso le decidieron que en esta nueva etapa de Juntos por el Cambio, el peronismo tiene estar.
Es decir, que tiene que pasar de socio relegado a actor importante de la coalición, sobre todo en el Gobierno, algo que puso en alerta a la UCR y que se puede observar en la creciente agresividad de Gerardo Morales, que aspira liderar ese partido. El jefe de gobierno porteño quiere alejarse del discurso antiperonista que permea en importantes sectores de Cambiemos y por eso decidió pactar con el alfarismo en Tucumán.
Es por ello que en el radicalismo están muy atentos a las señales políticas que envía el jefe de Gobierno, más allá de lo que declara, y consideran que de imponerse en las presidenciales Larreta los marginará del gabinete para consolidar un armado con impronta peronista. La presencia de Bullrich en Tucumán es otra señal del reacomodamiento de Cambiemos, por lo que el radicalismo local salió con los tapones de punta.
En ese sentido, cabe recordar que Mariano Campero, precandidato a senador por la lista “Juntos por Tucumán”, fue uno de los más duros contra la ex ministra de Seguridad de la Nación. Sobre todo, después de que inaugurara una sede del alfarismo en la mismísima Yerba Buena. “Me parece que tuvo en cuenta mucho más el aparato, la estructura, la billetera por encima de los valores y la coherencia”, dijo.
En tanto que José Cano, postulante a senador por “Cambiemos Juntos”, lanzó: “me parece bien que se ponga contenta porque vuelven los que se fueron en 2019. Hubiese sido mejor que no se vayan en el peor momento, cuando había que poner la cara; (nosotros) no necesitamos que vengan dirigentes a ratificar que estamos en un espacio del que nunca nos fuimos”. Y es que el radicalismo ya tomó nota de que Larreta eligió al filoperonismo como aliado en Tucumán.
