Los trabajadores involucrados en diferentes sectores del rubro de la carne consideran que las carnicerías no se sumarían a la medida implementada desde Nación para combatir el avance de la inflación.
Tras el anuncio del secretario de Comercio, Matías Tombolini, de incorporar al sector a Precios Justos y establecer precios bajos para siete cortes populares, representantes y comerciantes tucumanos del rubro se manifestaron. Hugo Benejam, dueño de un frigorífico de la provincia, consideró que será difícil que los comercios minoristas adhieran a la baja y congelamiento en el valor de cortes de carne.
Por su parte, los pequeños comerciantes, coincidieron con las declaraciones del empresario. Maximiliano, quien prefirió reservar su apellido, es el encargado de una carnicería ubicada en Barrio Norte. Sostuvo que los acuerdos “son para los supermercadistas”, que podrán hacer frente a las modificaciones en los precios. Benejam, en consonancia, manifestó que el acuerdo “quedará circunscripto a los supermercados debido a los convenios que pueden hacer entre ellos y los frigoríficos exportadores”.
El empresario explicó que la suba de carne fue impulsada por los altos costos de la alimentación que debieron afrontar los productores ganaderos, a partir de la sequía. Según Benejam, la medida repercute solamente en el bolsillo del consumidor “que cree que va a poder comprar cortes baratos y quizás pueden hacerlo en los supermercados, pero en las demás carnicerías no va a ocurrir eso”. Acorde a esta postura, se manifestó contundente el encargado de la carnicería de barrio Norte: “esos precios no son reales –declaró en relación a los montos establecidos por Nación–. Yo no bajo los precios”.
Minoristas y mayoristas
Los costos, según los representantes del rubro, no permitirían a los trabajadores obtener ganancias. Por su parte, Benejam detalló que los precios para la compra de res aumentaron para los frigoríficos: “nosotros pagábamos $350 el kilo y hoy estamos pagando $500”. Como consecuencia, los precios de venta a los minoristas también se incrementaron.
En representación de los vendedores minoristas, Maximiliano también dio a conocer los costos con los que su negocio debe correr para abastecerse. “El proveedor que más barata tiene la carne, me deja el kilo de nalga a $1.650”, manifestó; mientras que el programa Precios Cuidados establece un monto de venta de $1.375 para el mismo corte. El asado, por su parte, es vendido a $2.190 el kilogramo actualmente, mientras que la medida contrainflacionaria prevé un precio de $1.035.
No hay bolsillo que aguante
Dueño de otra de las carnicerías de Barrio Norte, Walter también compartió su opinión con LG Play. Respecto a la reacción de sus compradores, precisó que “la gente se queja” cuando él debe comunicar un cambio de precios. Los cortes de carne no aumentan de manera dispar, sino que los minoristas se abastecen de a media res: “este año ya llevamos un aumento de entre el 30% y el 40%”–dijo el comerciante–; no hay bolsillo que aguante”.
Tanto en su negocio, como en el de Maximiliano, los productos más vendidos son los elaborados, como la milanesa preparada, porque “es lo más económico”, según indicó Walter. El vendedor sostuvo que la venta “cuesta bastante porque la gente no compra o ve lo que está en precio y lleva eso”.