
Mientras el Gobierno exhibe datos récord de ventas y actividad, cada vez más analistas advierten que la recuperación no llega a todos los hogares; entre sueldos que suben pero rinden menos y shoppings llenos pero fábricas en crisis, se multiplican las contradicciones en el nuevo mapa del consumo
En la última semana el debate sobre lo que está pasando con el consumo se impuso en la agenda de funcionarios, economistas y opositores. Desde el Gobierno salieron a criticar a las voces que alertan sobre los problemas que enfrenta la economía argentina, tomando como principal argumento a los últimos indicadores que muestran un fuerte crecimiento de la actividad en general y, en forma muy puntual, del consumo privado. En paralelo, cada vez más economistas alertan que la reactivación no se siente en los hogares de la base de la pirámide y se multiplican los estudios que dan cuenta de los problemas para llegar a fin de mes de una gran parte de la sociedad argentina. ¿Quién tiene razón? Como sucede en muchas discusiones, las dos partes tienen argumentos válidos y números concretos para defender sus posiciones.
A continuación las cinco paradojas más llamativas que muestra el consumo en la economía de Milei.
1. Se dispara el consumo ABC1 vs. No repunta la base de la pirámide
El Gobierno se jactó esta semana de que el consumo privado, en términos absolutos, alcanzó en el primer trimestre de 2025 su valor más alto de la serie que el Indec inició en 2004. Este indicador incluye al consumo masivo -como los productos de la canasta básica- pero también se extiende a todos los gastos realizados por los hogares y personas en bienes y servicios, tanto de origen nacional como importado, lo que da cuenta de un alto grado de heterogeneidad de los resultados.
“Hay una fragmentación y una disparidad muy grande según el rubro, pero en términos generales el consumo privado desestacionalizado alcanzó un récord histórico, al superar los máximos de 2017 y 2018”, explica el economista Camilo Tiscornia.
En el estudio Moiguer no dudan en hablar de un consumo “dual” para explicar este momento de la economía en el que conviven “la Argentina pesificada con una Argentina dolarizada”. El informe precisa que mientras un 50% de los hogares no llega a cubrir sus gastos básicos, se endeuda y le cuesta llegar a fin de mes, hay un tercio de la población que aprovecha el tipo de cambio para viajar al exterior, adquirir bienes durables o al menos dolarizar sus ahorros.
2. Récord en la venta de O km y electro vs. Las góndolas siguen frías
La Argentina dual o, que al menos se mueve a dos velocidades distintas, es confirmada por otros indicadores. El consumo de bienes y servicios más ligados al dólar (como autos, electrodomésticos y turismo al exterior) se disparó en lo que va del año, con cifras que no se veían desde hace décadas. Un informe de la consultora MAP destacó que gran parte de los bienes durables crecen a tasa de que se acercan o superan los tres dígitos, como autos (cuyas ventas crecieron un 83,9% en los primeros cinco meses de 2025 frente al mismo período de 2024), lavarropas (con una suba de 99,9% en el primer trimestre) o heladeras (+115,5%).

Daniel Basualdo
En cambio, los crecimientos que muestran los productos de la canasta básica son mucho más modestos. Según la consultora Scentia, en mayo las ventas de alimentos, bebidas, artículos de tocador y limpieza crecieron un 5,5% versus igual mes de 2024, logrando que el acumulado también se posicione de manera positiva por primera vez en el año, con un módica suba del 0,6%. Sin embargo, si se considera la evolución mensual, mayo cerró con una baja del 2,2% contra abril.
La primera lectura de estos datos es que los rubros que muestran altos niveles de recuperación no hacen más que profundizar un modelo de desigualdad, ya que la demanda de estos bienes durables es impulsada exclusivamente por los hogares del ABC1. Sin embargo, los analistas advierten el papel clave que juega el crédito como un motor que democratiza el consumo. “Es cierto que muchos rubros que más crecieron, como turismo, autos o electrodomésticos, son típicos del consumo de sectores medios y altos. Aunque también aumentó el consumo de algunos bienes populares, como motos, que pueden comprarse en cuotas, y el regreso del crédito favoreció esta dinámica”, advierte Daniel Schteingart, director de Planificación Productiva de Fundar.
Haciendo doble click sobre lo que ocurre con los alimentos también hay que poner atención en los cambios de hábitos de los consumidores. “Las ventas en supermercados siguen por debajo de 2023 y en niveles históricamente bajos. Pero si se observa el consumo total de alimentos, sumando todos los canales, el panorama es mejor. Por ejemplo, aunque el consumo per cápita en supermercados cayó 17% frente a 2017, el de carnes (bovina, aviar, porcina) se mantiene estable”, destaca Schteingart.
3. Suben los sueldos (privados) vs Cae el ingreso disponible
Uno de los indicadores que el Gobierno nacional comunicó con más fuerza en el último tiempo es la evolución de los salarios privados. Un informe de MAP precisó que el índice general de salarios del Indec anotó 11 meses creciendo por encima de la inflación hasta febrero, acumulando una suba de 19,9% desde el mínimo de marzo de 2024. La tendencia se frenó en marzo y abril, cuando se despertó la inflación, pero la mayoría de los analistas esperan que la baja que se conoció en mayo (1,5%) y el dato que se espera para junio (en torno al 2%) le permitirán a los salarios privados volver a ganarle a la inflación.
¿Cómo se explica entonces que a pesar de que los salarios de gran parte de los argentinos le están ganando a la inflación su mayor poder de compra no se traduzca en más consumo? En la consultora Empiria, que lidera el exministro de Economía Hernán Lacunza, acuñaron el concepto “ingreso disponible” que son los fondos que le quedan a los hogares una vez descontados los gastos fijos como servicios públicos, transporte, alquiler y expensas.
“Los ingresos de la población se mantuvieron estables para gran parte de la población, con la excepción de los empleados públicos y los jubilados, pero lo que pasó es que los gastos fijos volaron por la actualización de las tarifas”, señaló Federico González Rouco, economista de Empiria.
4. La industria textil enfrenta una crisis estructural vs. Los shoppings dan pelea
Si hay una industria nacional golpeada por el actual modelo económico es la textil. La combinación de apertura económica y tipo de cambio apreciado provocaron que las empresas del rubro, que durante años pudieron cazar en el zoológico, hoy enfrentan a una competencia importada que es muchísimo más económica.
De acuerdo con un relevamiento de la Fundación Pro Tejer, la mitad de las empresas textiles sufrieron una caída en sus ventas en el primer trimestre del año y el 60% de las firmas redujeron su plantilla de personal, lo que consolidó un proceso de ajuste laboral generalizado en el sector.
El mal momento de los fabricantes de telas y ropa contrasta con otros indicadores oficiales y privados que dan cuenta de las ventas minoristas. Según el Indec, las ventas en los shoppings -que tienen a la indumentaria como principal caballito de batalla- en abril a precios constantes registraron un aumento de casi 20 por ciento. En IRSA, la principal operadora de shoppings porteños, además destacan que todos sus centros comerciales están trabajando con ocupación de prácticamente 100% y listas de marcas en espera.
Hernán Zenteno – LA NACION
A la hora de explicar esta paradoja hay que tener en cuenta que en el público de los shoppings los hogares de altos ingresos están sobrerrepresentados, aunque en el sector también reconocen el papel dinamizador de la demanda que significó la aparición de la oferta importada, lo que se tradujo no solo en más oferta, sino también en precios más competitivos. De acuerdo a los datos del Indec, el rubro “prendas de vestir y calzado” fue el que menos aumentó después de transporte en lo que va del año, con una suba acumulada del 9,3% en los primeros cinco meses de 2025 contra la inflación promedio del 13,3 por ciento.
5.Se derrumba la inflación en alimentos vs. Las promos siguen impulsando la demanda
En marzo del año pasado, el ministro de Economía, Luis Caputo, inició una cruzada personal contra el modelo de promociones que utilizan las grandes cadenas de supermercados. Concretamente, el funcionario acusó que las acciones del tipo “un descuento de la segunda unidad al 70%” o el “2×3 en toda una categoría” terminaban distorsionando los números estadísticos e impedían capturar la evolución real de los precios.
Quince meses después las promos que más criticaba Caputo se siguen viendo en los folletos promocionales de los supermercados, pero está claro que perdieron terreno frente a otros tipo de acciones comerciales. Y desde el Ministerio de Economía se pueden jactar de que en los últimos doce meses la inflación en el rubro alimentos estuvo ocho puntos por debajo de lo que aumentó el índice de precios al consumidor.
Sin embargo, esto no significa que el consumo no siga estando muy dependiente de los “anabólicos” que le ofrezcan la industria y los supermercados. De acuerdo al Observatorio Shopper Experience 2025 (OSE), elaborado por la compañía in-Store Media en colaboración con Ipsos, los consumidores argentinos continúan priorizando las promociones y descuentos al momento de elegir qué y dónde comprar. Y el 88% de los encuestados reconoce estar dispuesto a modificar su decisión de compra para aprovechar una oferta.