La diputada Fernanda Vallejos ya se ganó un lugar en el podio de quienes hacen las propuestas más jurásicas. Sus ideas y declaraciones, van a contramano del progreso, y apelan a conceptos dogmáticos de una presunta izquierda que fracasó en todos los países del mundo. Pero ella insiste. Acaba de cometer un sincericidio para respaldar el aumento del 40% de sueldos a los legisladores que decretaron Cristina y Sergio Massa.
Sus palabras en Twitter son una radiografía terrible de su falta absoluta de sensibilidad social pese a que dice defender a los pobres. Le da vergüenza ganar tan poco, mientras a la inmensa mayoría de nuestro pueblo le da vergüenza que ganen tanto. El sueldo mínimo hoy es de 25.572 pesos. Eso sí que es una vergüenza. Una diputada nacional como Vallejos recibe en mano, limpios de polvo y paja, por lo menos 175 mil pesos. Es decir, casi 7 veces el ingreso mínimo.
¿Cuál es el sueldo promedio? Según el Indec, es de 36.246 pesos. Es decir que un diputado gana más de 4 veces el sueldo promedio. Y eso que se trata del ingreso pelado de un legislador sin contar los pagos extras por desarraigo, pasajes, movilidad y otras yerbas. ¿Cuánto gana de promedio un policía? 68 mil pesos. ¿Y una enfermera? 57 mil pesos. La diputada Vallejos se tiene que comparar con la mayoría de los argentinos y no con los legisladores de otros países.
Esas palabras son una humillación para tanto trabajadores que ganan mucho menos, para tantos desocupados y para tantos empresarios que vieron con horror como se fundían sus negocios edificados con años de sacrificio. Pero como si esto fuera poco, la diputada acusa a los diputados de la principal oposición de ser “todos ricos”. Otra injusta arbitrariedad. Discrimina, como toda generalización.
Primero que no es ningún pecado tener una buena posición económica si la ganó en forma honesta con su esfuerzo personal. Pero lo más grave es que su jefa política, Cristina, su jefe del bloque, Máximo y casi todos los ex funcionarios se hicieron mega millonarios en el estado y encima, no tienen forma de explicarlo. Montañas de dólares sucios de la corrupción fueron lavados por la jefa de la asociación ilícita dedicada a saquear al estado.
Nunca hubo tantas pruebas documentales y testimonios de arrepentidos de ambos lados del mostrador del plan sistemático de coimas y sobre precios. El ejemplo que me gusta poner es bastante ilustrativo. Daniel Muñoz y Fabián Gutiérrez, los secretarios personales de Néstor y Cristina murieron con fortunas incalculables. Y eso, que solo se quedaron con los vueltos y los billetes que se caían de los bolsos de la cleptocracia kirchnerista.
Pero la diputada Vallejos no se rinde. Defiende sus convicciones revolucionarias sin que le importe demasiado la opinión de los demás. La grieta es moral y no clasista. El combate debe ser contra los ladrones de estado y no contra los emprendedores que crecieron y se desarrollaron. Vergüenza es robar y hay una frase que dice “cuando los gobiernos pierden la vergüenza, los pueblos les pierden el respeto”. Y algo de eso nos está pasando aquí y ahora.