A uno de los jóvenes lo conoció en el VIP del boliche Wabi, en la ciudad de Mendoza. Tomaron unos tragos y pasadas las 5, fueron en taxi al hotel donde él, jugador del seleccionado francés de rugby, estaba alojado con el resto de la delegación. Subieron a la habitación 603. Ella declaró que la había invitado a “tomar algo”, pero que cuando entraron, quiso ir al baño y él la agarró “sin mediar palabras” y la violó.
Relató que mientras era sometida por él sonaron golpes a la puerta y entró otro joven, que también participó activamente del ataque sexual. Ninguno de los dos usó preservativo. El detalle de todo lo que contó que le hicieron es escalofriante. LA NACION tuvo acceso a la denuncia, realizada ante la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual de Mendoza. La causa es por abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante agravado (en número indeterminado de hechos) y abuso sexual con acceso carnal agravado por ser cometido por dos o más personas”.
Los dos rugbiers son defendidos por el abogado Rafael Cúneo Libarona, hermano del ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, con quien compartía estudio jurídico hasta que Mariano se apartó por haber asumido en el gabinete nacional.
Este jueves, la mujer que denunció la violación fue internada por una “descompensación general”, informó su abogada a la agencia francesa AFP
Cuando todo terminó -duró horas-, ella contó que fue al baño y advirtió que tenía marcas de golpes (incluída una trompada en un ojo), mordidas y estrangulamiento (por momentos -dijo- la dejaron sin oxígeno “al punto del desvanecimiento”). Que incluso en las piernas tenía hematomas porque la arrastraron por el piso. Contó que finalmente, a las 8.35 del domingo, pudo salir de la habitación y se fue a su casa.
Al día siguiente, hizo la denuncia. Los dos rugbiers acusados son Oscar Jegou, de 20 años, y Hugo Auradou, de 21, que fueron detenidos cuando estaban en Buenos Aires, antes de viajar a Montevideo para jugar contra la selección de Uruguay. Hoy fueron trasladados a la ciudad de Mendoza para responder ante la Justicia por las gravísimas acusaciones.
Cuando la mujer terminó su relato, los funcionarios que le tomaron la denuncia le preguntaron si en algún momento había consentido los “actos sexuales”. Ella respondió, terminante, que no. Contó que una y otra vez, en español y en inglés, les pidió que se detuvieran y que el morocho, con el que había llegado a la habitación, le decía que no con la cabeza.
Ayer, al llegar a Mendoza, Rafael Cúneo Libarona adelantó que solicitará pruebas que “cambiarán el rumbo de la investigación” y dijo que se trató de una relación consentida entre los jugadores y la mujer. “Yo les creo a ellos”, afirmó. El letrado estuvo acompañado por el presidente de la Federación Francesa de Rugby, Florian Grill.
Por su parte, el procurador de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, Alejandro Gullé, informó: “Si libraron la orden de detención es porque hay pruebas suficientes para avalar en esta instancia la detención de estas personas y la imputación que se les va a formular, de manera tal que confío absolutamente en la actuación de los fiscales. He visto lo que hay y creo que es suficiente para la altura del proceso en la que estamos”.
Cómo empezó la nocheLa denunciante contó que la madrugada del 7 de julio fue con una amiga a bailar al boliche Wabi, ubicado en el Lateral Acceso Sur 1450 de la ciudad de Mendoza. Que llegaron entre las 2.30 y las 3 y que a las 4.30 la llamó por teléfono el encargado de las relaciones públicas del boliche para darles las pulseras que habilitan el acceso al VIP. Que una vez allí, aproximadamente a las 5, vió a un hombre morocho que le pareció atractivo y empezaron a tomar tragos. Contó que él se los daba (que era Fernet en un vaso de plástico y que ella no vio cuando lo preparaban porque estaba bailando) y que, a toda costa, él la quería llevar al baño.
“Yo no sé si me metió algo en el trago, pero me inducía a tomar”, relató. Dijo que en un momento él la invitó a “tomar algo al Hotel Diplomatic”, donde estaba alojado. Declaró que salieron del boliche a eso de las 5.12 y se subieron a un taxi, donde estaban otras personas, además del chofer.
Cuando llegaron al hotel y subieron al sexto piso él se dio cuenta de que no tenía la tarjeta y bajó a recepción. Después volvió a subir. Ella contó que cuando él abrió la puerta, ella no vio “ningún tipo de bebida”, solo botellas con agua, pese a que el plan era tomar algo. Según su declaración, la violencia y los abusos empezaron de inmediato. “Yo le pedí que me dejara ir a mi casa, por favor, y el sujeto movía la cabeza y me decía que no”, declaró.
Este jueves, cinco días después, la denunciante sufrió un trastorno del ánimo llamado “hipotimia” y “una descompensación general del cuerpo”, según informó su abogada, Natacha Romano, a la agencia AFP. “Fue producto de todo lo sucedido y está internada”, dijo.
Mientras tanto, la selección francesa de rugby sigue adelante con su gira. El miércoles jugó contra Uruguay y el próximo sábado enfrentará de nuevo a Los Pumas; esta vez, en el estadio de Vélez. Además de los dos jugadores que están presos acusados de abuso sexual, habrá un tercer ausente: Melvyn Jaminet, que fue apartado del plantel francés el domingo pasado, por una publicación que hizo en su cuenta de Instagram. La misma madrugada de los hechos en el Hotel Diplomatic, Jaminet se grabó por las calles de Mendoza repitiendo: “Al primer árabe que encuentro le doy un cabezazo (coup de casque)”.
Por Gabriel Di Nicola y Paz Rodríguez Niell / La Nación