Cuenta Nicolás Medina que con apenas 6 años su rutina de leer LA GACETA ya era inalterable. “El día más esperado era el sábado -precisa-. Sentado en un banquito o en el piso me pasaba toda la mañana con el diario”. Lo que estaba prendiendo en ese momento era una vocación docente y alfabetizadora, que con el tiempo Nicolás traduciría de distintas formas. Así llegó al desarrollo de Litera, una aplicación orientada a colaborar con la enseñanza de la lectoescritura y que ya probó -según afirma- con mucho éxito. La app fue, además, el tema de la tesis con la que se recibió de licenciado en Tecnología Educativa en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
“El requerimiento que tuve en la última materia era elegir un problema existente en la educación y buscarle una solución. Entonces empecé a desarrollar esta app -explica-. La hice por mi cuenta, sin la ayuda de profesores de la Facultad, con el objetivo de alfabetizar por medio de la tecnología. Creo que la tecnología genera una inclusión que a veces no se puede lograr en el trabajo cara a cara con los alumnos y al final puede cambiarle la vida a un niño”.
El trayecto académico de Nicolás se inició en el JIM y en el San Francisco. Pasó en la secundaria al colegio Nuestra Señora de Fátima y allí encontró docentes inspiradores, entre los que nombra a Cristian García, Analía Escudero, Graciela Saavedra y Graciela Martínez. “Cada uno me fue aportando una semillita”, apunta. Fue un momento bisagra para él y al recibirse se decantó por cursar el profesorado de primaria en la Escuela Normal. Eso le permitió atesorar las primeras experiencias en el aula como residente, familiarizándose con un ámbito al que regresaría tiempo después.
NUMEROSOS PASOS. Así lucen algunas de las ventanas de la aplicación, con las que trabajan los chicos desde la guía de un especialista.
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“Me tocó encontrarme con chicos de segundo grado que no sabían leer ni escribir; estaban como abandonados. Igual los hacían pasar de grado y pienso que eso está mal -sostiene-. Pero como en la residencia nos marcan temas no podía profundizar el tema de la alfabetización”. Le quedó esa espina, ya llegaría el momento de sacársela, Y la oportunidad se presentó.
Proyecto en marcha
Al momento de bautizar la app pensó en la literatura, así que terminó poniéndole Litera, un nombre más corto y fácil de retener. Nicolás apunta que la desarrolló a partir de un lenguaje de programación que encontró en Estados Unidos, no disponible en ese momento en la UTN. Y para hacerla amigable, además de los colores y de la sencillez del diseño, le dio una voz: la de Bob Esponja. Quedaba lo más difícil: el trabajo de campo con alumnos de primer grado para probarla, y fue así que se instaló el año pasado -de septiembre a noviembre- en una escuela de Villa 9 de Julio, en una zona vulnerable y a la que asisten niños con toda clase de carencias.
“Había niños que ni siquiera tenían guardapolvo, me ha tocado presenciar episodios de violencia -comenta Nicolás-. Llegué con la aplicación cargada en un celular y en una tablet y con esos elementos empecé a trabajar, uno por uno con cada alumno. Desde el primer momento les generó mucha curiosidad y eso es algo que todo niño debe tener”.
Subraya Nicolás que la app puede utilizarse sin wifi, lo que la torna ideal para escuelas que no cuentan con ese servicio, en especial de zonas alejadas del centro o de la ruralidad. Y afirma que pronto estará disponible para descargarse en PlayStore. El programa está pensado para aplicarse en un proceso de tres meses y consta de cinco pasos:
1) Observar al grupo de la clase durante un tiempo.
2) Realizar pruebas objetivas que sirven para sacar datos (consignas de tres preguntas, como ordenar frases simples o completar palabras). y así diagnosticar el nivel de alfabetización.
3) Explicarles a los chicos qué es una app y luego que todos los niños la usen.
4) Medir el impacto de la app con pruebas objetivas, que sean un poco más desafiantes.
5) Seguir la evolución de los alumnos con actividades y juegos.
El hecho de que Litera no requiera de internet para funcionar la emparienta con Háblalo, la app creada por Mateo Salvatto para ayudar a las personas sordas. Justamente, cuando se refiere a un modelo inspirador, Nicolás elige a Salvatto. Es un espejo en el que le gusta mirarse. Y no deja de mencionar a su hermano Lucas, estudiante como él en la UTN. “Fue quien me convenció de seguir ingeniería”, enfatiza.
¿Cómo funciona?
Nicolás fue detallando los pasos que dio en el aula, incluso la charla con el grado -alrededor de 30 estudiantes, todos de 6 años- para explicarles qué es la programación. “Los chicos creen que el celular o la tablet son para jugar, pero también sirven para aprender y eso muchos no lo sabían -comenta-. Después cada uno tuvo su momento con el dispositivo”.
EN LA SEDE DE LA UTN. Nicolás Medina, quien desarrolló la app para su tesis.
Litera consta de varias ventanas y la narrativa está unida por esa voz tan característica de un personaje infantil popular como Bob Esponja. A medida que se va avanzando de pantalla surgen los ejercicios, desde los más básicos como reconocer vocales y consonantes, hasta los más complejos, escribiendo palabras y oraciones. Cuenta con imágenes para asociar los conceptos, espacios para hacer dibujos, y una experiencia de usuario en extremo sencilla, a partir de botones de colores y guías permanentes de manejo.
“Me quedaron varias anécdotas de la experiencia en el aula -añade-. Una tuvo que ver con la reacción de los chicos cuando hicimos un juego, que consistía en escribir una palabra al revés. Puse issem y en el acto todos levantaron la mano y se pusieron a gritar ¡Messi!. La cuestión es que en tres meses pude comprobar la evolución del grupo; al principio eran contados los que sabían leer y escribir y al final esa proporción era del 80%”.
Como muestra de esos avances, revela que de movida la maestra lo miraba con desconfianza, pero con el paso de las semanas eso cambió y ella fue dejándole cada vez más tiempo con el grado.
Con 26 años, Nicolás está decidido a seguir el camino formativo, por lo que se abocará a la carrera de Ingeniería en Sistemas, también en la UTN. Mientras, planea seguir mejorando las prestaciones de Litera, con ajustes y nuevos contenidos, advirtiendo de paso que la app también sirve para la enseñanza del inglés. “Pero sin leer ni escribir nada es posible -enfatiza-. Es uno de los problemas más graves que hay en la educación y de ahí mi interés por la alfabetización. Espero que esta herramienta contribuya a ayudar en ese sentido”.