Tras más de tres años, finalmente tuvo lugar el juicio contra los uniformados que acabaron con la vida de Facundo Ferreira, un niño de 12 años y vecino del Barrio Juan XXIII, “La Bombilla”. El tribunal dará a conocer este martes la sentencia que resolverá sobre el pedido de prisión perpetua para los policías Mauro Gabriel Díaz Cáceres y Nicolás Javier Gonzales Montes de Oca.
El pedido de pena máxima contra los policías se basa en considerar que ambos son coautores de homicidio, doblemente agravado por alevosía y por el ejercicio abusivo de la función de los miembros de la fuerzas de seguridad, agravado por el uso de armas de fuego e incumplimiento de deberes de funcionario público. Además del abandono de persona, ya que no pidieron asistencia inmediata para el niño, quién en el hospital fue anotado como si fuera víctima de un accidente de tránsito.
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Familiares victimas del gatillo fácil y organizaciones sociales concentran en Avenida Sarmiento al 400 para esperar la sentencia y el esclarecimiento dl caso.
En dialogo con Vivo Tucumán, Florencia, de la organización social Polo obrero, manifestó que solicitan la prisión perpetua contra los policías: “Pedimos perpetua para estos dos policías como para Roberto Rejas que puso en evidencia la impunidad que hay ante la fuerza policial cuando cometen estos tipos de crímenes. Pedimos que el Estado le de perpetua y lucharemos para que eso ocurra y que no se escape como ocurrió con Rejas”.
Tiros y muerte
De acuerdo a la teoría del caso, el 8 de marzo de 2018, a las 01:20 horas aproximadamente, los agentes Díaz Cáceres y González Montes de Oca, a bordo de una motocicleta de la División de Motoristas del 911, cruzaron la platabanda y emprendieron la persecución en contramano por avenida Benjamín Aráoz de un rodado, conducido por un adolescente de 15 años, quien llevaba como acompañante a Facundo. Mientras continuaba la persecución, los agentes realizaron disparos contra los menores, quienes buscaron protección al lado de un contenedor, impactando uno de ellos en la cabeza de Facundo, ocasionándole un traumatismo encéfalo craneano que determinaron su muerte a causa del proyectil.
