Dicen los chinos que crisis significa oportunidad y vaya que lo sabrá Manzur. Y es que el gobernador aprovechó como nadie que la pandemia de coronavirus vino a poner al mundo patas apara arriba y entonces una serie de cuestiones pudieron suceder sin que llame lo suficiente la atención como para inquietarlo en el poder. Justamente ese que empezó a disputar de forma prematura con el vicegobernador, Osvaldo Jaldo.
El enfrentamiento contra la pandemia puso a Manzur en la primera fila de este show dantesco que significa la llegada del mortal virus. Y es que solo en materia sanitaria parece ser que el Gobierno puede más o menos coordinar una política de control efectivo. Y es que, al menos hasta la fecha, la del COVID-19 parece ser la única pandemia que se puede manejar, porque la de la inseguridad, es de los puntos más flacos de la administración.
Sólo así se explica que el ministro de seguridad siga en su puesto cuando hasta un cura párroco es asesinado a una cuadra y media de su vivienda y no pareciera generar nada. Sólo así pudo evitar un conflicto en ciernes con los gremios docentes que hasta llegaron a denunciar represión policial en la vereda de la Casa de Gobierno. Sólo así logra que no se cumpla la ley a la hora de contratar empresas vinculadas a su ministra de Gobierno, Carolina Vargas Aignasse.
Sólo así se explica que efectivos de la Policía de Tucumán hayan asesinado a dos personas, una con connotaciones propias de la última dictadura militar y la otra emulando a la muerte de George Floyd en Estados Unidos. Tales fueron los casos de Luis Espinoza y de Ceferino Nadal, cuya repercusión llegó a nivel nacional pero que ya forma parte del anecdotario provincial de cosas que pasaron durante la pandemia mundial.
Mientras tanto, la economía a nivel nacional cruje por todos lados y esta provincia no es la excepción. Aun así, Manzur se resiste a que emprendimientos vuelvan a abrir sus puertas. Lo que no dice, es que esto no se justifica de ninguna manera, cuando se pueden observar bares y restaurantes colmados de gente en su interior. Al tiempo que salones de fiestas infantiles no pueden funcionar a pesar de contar con protocolos para evitar contagios.
Solo la pandemia permite explicar que Manzur cuente con el “super poder” de cambiar la fecha en que el hombre llegó a la luna y trasladar el festejo del día del amigo para cuando llega la primavera. Y sin desfachatez, la misma Policía admitió que medidas como esta apuntan a que, efectivamente, haya menos gente en las calles, facilitando la tarea que deben realizar. A pesar de ello, la inseguridad no da tregua a la ciudadanía que la sufre a diario. Y solo la pandemia puede explicar que el Estado se desentienda de la responsabilidad que le cabe por la muerte de una niña pobre de 3 años que no fue debidamente asistida por el Gobierno y la Justicia que la puso en manos de parientes que la terminaron conduciendo a la misma muerte. Pero deberá entender Manzur que esta realidad aun estará allí cuando el fantasma del coronavirus se esfume como no lo hacen las problemáticas estructurales.